Antonio Julio de La Hoz. Foto archivo PANORAMA |
En medio de la algarabía, aquel ex medio centro mantenía la serenidad. Bajito, de piel tostada, serio en su facción, el técnico barranquillero Antonio Julio De la Hoz, nacido en 1926, celebraba interiormente la victoria de su Unión Magdalena en la campaña de 1968.
Aunque ya había vivido la experiencia como jugador y dirigido a Colombia en las eliminatorias para el mundial Inglaterra 1966, como entrenador era distinta.
Fue el paso más grande del antiguo atacante del Independiente Santa Fe campeón de Colombia en 1948. Ahora le esperaba otro reto: dirigir en el exterior. La vecina Venezuela estaba a la vista.
El recién fundado Estudiantes de Mérida fue el primer club que dirigió en la patria de Simón Bolívar. La primera temporada, primera victoria: los académicos ganaron, de la mano del colombiano, la Copa Venezuela de 1971.
Luego volvió temporalmente a su país natal. En los Juegos Nacionales de 1974, se situó al frente de la delegación de fútbol del Departamento del Atlántico. Allí se reseñó una anécdota que pinta la calidad humana del barranquillero De la Hoz.
Una madre desesperada acudió al grupo, pidiendo ayuda para sus dos hijas. El entrenador, conmovido por la situación, tomó la decisión de que la representación adoptara a las dos niñas. “Serán las mascotas del equipo”, señaló un sonriente Antonio Julio.
Las dos pequeñas, después de la justa, fueron trasladadas a Barranquilla, donde vivieron acorde a sus necesidades.
Posteriormente, De la Hoz volvía a Venezuela. En 1977 fue designado como entrenador del Zamora FC, entonces Atlético Zamora, dejando una muy grata impresión en el pasado de los barineses.
Otto Garzón Patiño, periodista coterráneo de De la Hoz, habló con este diario sobre la personalidad del técnico.
“Era un entrenador de carácter implacable, recto, honesto, de disciplina extrema. Se caracterizó por su espíritu combativo”, evocaba el periodista, que además de Colombia tuvo como casa la tierra del sol amada.
Petroleros del Zulia en 1981. Foto archivo diario PANORAMA |
En el Zulia
Adelis Fusil, hoy presidente de la Asociación del Fútbol Zuliano, estuvo bajo las órdenes de De la Hoz en Petroleros. “Era muy serio en su trabajo, una persona decidida, planificador. Lo conocí cuando ya tenía una edad avanzada: era un hombre con un acento costeño, del Caribe colombiano, que siempre se hacía notar en las indicaciones”, rememora el dirigente.
El año 1981 llega a Maracaibo con la labor de ascender al recién nacido Petroleros del Zulia. La primera experiencia de un club en la región, el Zulia FC, había desaparecido a comienzos de los 70. Querían escribir una nueva historia. Allí formó un once en el que destacaban, además de Fusil, Roque Vera, Luis Hernández, Wilmer Cabarca, Omar Ferrari, entre otros jugadores.
La fuerza y determinación llevaron a los zulianos a quedar segundos en la división de plata del fútbol nacional. Empates en dos partidos contra el Atlético Falcón, último de la primera, obligaron a un juego extra que se desarrolló en San Cristóbal: un 1-0, con gol de Ferrari, que los catapultó.
El club estuvo desde 1982 hasta 1984 en primera, donde no pudo resistir a la falta de apoyo y a la crisis de resultados. Sin embargo, el colombiano entró a la historia del fútbol zuliano por haber ascendido a una oncena de la región, un trabajo nada fácil.
En Maracaibo le conoció Néstor Quiroz, veterano dirigente deportivo, propulsor del fútbol en la ciudad. “De la Hoz era un hombre muy duro, pero buena gente. Recuerdo que hizo buena amistad con —el desaparecido entrenador— Miguel Ángel Acosta, uruguayo. Le gustaba pelear en el campo, era muy fuerte, pero al final todo quedaba allí”, rememoraba Quiroz.
Acerca del estilo de juego del barranquillero, Fusil explica que “propugnaba el toque de pelota, un fútbol elegante pero para hombres, siempre para adelante. Si había que echar pierna, se echaba”.
“Tiraba el equipo al ataque y no tenía tantas aprehensiones defensivas. Además descubrió a buenos jugadores zulianos, rendidores todos, como Antonio ‘Toñín’ Valles y Carlos Lisi”, recordaba el periodista Ciro Contreras.
Retirado a la Barranquilla de sus amores, este entrenador, sacerdote del ataque en el fútbol, se dedicó a enseñar a equipos de niños en su barrio Chiquinquirá.
Actualmente vive, de acuerdo con el periodista Garzón Patiño, en la isla de Margarita, aquejado de problemas de salud.
En corto
Antonio Julio De La Hoz nació en el barrio Chiquinquirá de Barranquilla, Colombia, en 1926.
Jugó en su país natal como delantero con el Independiente Santa Fe, Junior de Barranquilla, Cúcuta Deportivo y Sporting de Barranquilla, entre otros equipos, y en Venezuela con el Vasco de Caracas.
Dirigió la selección Colombia (Eliminatorias a Inglaterra 1966); Junior de Barranquilla (1966), al Unión Magdalena (1968), el recién fundado Estudiantes de Mérida (1971), el Atlético Zamora (1978), Petroleros del Zulia (1981-82) y el Sporting Barranquilla (1991-92).
Ganó el campeonato colombiano como jugador con el Independiente Santa Fe en 1948; como técnico con el Unión Magdalena en 1968 y fue subcampeón de la segunda división venezolana con el Petroleros del Zulia en 1981.
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