Zulia puso la fiesta en San Cristóbal: así fue el post partido

Jesús "Patoncito" González. Foto de Arturo Bravo
La euforia zuliana surgió con el pitazo final del árbitro Ángel Arteaga. El griterío de los petroleros contrastaba abismalmente con el silencio de los 33 mil espectadores del Deportivo Táchira que observaban, atónitos, la derrota de su adorado club.

Zulia armó la fiesta en medio de la forzada mudez de "Pueblo Nuevo".

Así como hubo tiempo para la alegría, lo hubo para la oración. Henry Palomino se encargó de dar las gracias al Altísimo junto con sus compañeros, arrodillados y abrazados, formando un círculo. Lino Alonso, mano derecha del presidente César Farías, viajó desde Bolivia -donde hacen vida los dos con The Strongest- para acompañar a los suyos.

Henry Palomino. Foto de Arturo Bravo


Con el estadio a media luz y a total disposición de los bicampeones, todos pudieron sacarse fotos con el trofeo del Clausura. Las familias y amistades del plantel zuliano disfrutaron, después de sufrir 90 minutos y los penales, y mucho antes, con sus guerreros.

En el hotel Los Pirineos, el restaurant Imperia se convirtió en el refugio de los negriazules. Abrazos y felicitaciones se sucedían como si de Año Nuevo se tratase, pero todo comedido, con los niños corriendo entre las mesas, refrescos y club sandwiches como aperitivos. Luego sirvieron la cena, pasta para recuperar el cuerpo tras el esfuerzo del partido.

Domingo Cirigliano, vicepresidente del Zulia FC. Foto de Arturo Bravo


En la madrugada comenzó la fiesta. "Eh-eh-eh, somos campeones otra vez", cantaban los regionales, recordando el triunfo en la Copa Venezuela. Cerveza y cantos, bailes y alegría. A las 4:30 de la mañana aún se batían con fortaleza de gladiador algunos de los jugadores.

El grupo partía durante la tarde hacia Barinas, sede de la ida de la final absoluta ante el Zamora FC, el domingo. "Muchos pensaban que nuestro trabajo terminaba en octubre, llegamos a diciembre y aquí estamos. No me quejo, lo disfruto", señaló, entre risas, el capitán Giovanny Romero. Tras la vuelta de la final en Maracaibo esperan que el festejo sea interminable.

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