Tristeza sin final: la tragedia del Chapecoense


El avión que trasladaba al Chapecoense. Foto de AFP
Era el pequeño que, apartando gigantes en cada instancia, luchaba por llegar a la cima del balompié continental. Dentro de la inmensa historia del fútbol brasileño, el Chapecoense se erigía como un modesto equipo que, con gallardía, se hizo un espacio entre los grandes, alcanzando la final de la Copa Suramericana.

La tragedia acabó con el sueño.

El avión que trasladaba al equipo hacia Medellín, donde disputaría la final del torneo con el Atlético Nacional colombiano, se estrelló en la zona conocida como cerro El Gordo.

Son 75 las víctimas mortales. Son 75 las vidas que truncó una falla eléctrica en el vuelo 2933 de LaMia.

El llanto es uno solo: el llanto de un campeón y, con él, las lágrimas del planeta fútbol.

Un niño en el estadio del club en Santa Catarina. AFP. 


Salieron del aeropuerto internacional Viru Viru, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. No habían recibido el permiso para hacerlo desde Sao Paulo. El destino era el aeropuerto internacional General José María Córdova, de Ríonegro.

Hace una semana festejaban el pase a la final de la Suramericana, luego de eliminar al histórico San Lorenzo de Almagro. El 0-0 en Brasil hizo valer el 1-1 de la ida en Argentina.

Danilo; Thiego, Neto, Dener, Caramelo; Cléber Santana, Gil, Josimar, Tiago, Ananías; Kempes. Entraron como suplentes Lucas Gomes, Bruno Rangel y Sergio Manoel.

Solo Neto, del grupo de 14 que jugaron en la Arena Condá de Santa Catarina, sobrevivió a la tragedia de Cerro El Gordo.

En total fueron 19 los futbolistas del primer plantel fallecidos, de 22 convocados. Junto con Neto, Alan Ruschel y Follmann fueron atendidos en hospitales colombianos con heridas de consideración.

Todos se encuentran en Medellín. Neto está en la clínica San Juan de Dios con un trauma severo de cráneo, trauma abdominal y de tórax; Ruschel está en cuidados intensivos de la clínica Somer con una luxofractura de vértebra dorsal; Follmann sufrió politraumatismos y sus piernas, según versiones periodísticas, fueron amputadas en el hospital San Vicente Fundación. 

El jugador Neto es atendido en una clínica colombiana. AFP

Además de los jugadores, murieron 28 miembros del cuerpo técnico -incluyendo el entrenador Caio Junior-, dirigentes e invitados, 21 periodistas y siete tripulantes.

Entre los miembros de la tripulación fallecidos en el vuelo estaba el técnico aéreo venezolano Ángel Lugo.

La consternación se hizo presente en el balompié mundial, especialmente en el suramericano. La Conmebol suspendió todo tipo de partidos internacionales, incluyendo la final de la Copa Suramericana: el Atlético Nacional solicitó que se le entregara la Copa al club brasileño, así como los premios, con la finalidad de ayudar a los familiares de las víctimas.

Los equipos brasileños estudian eximir del descenso al Chapecoense por tres temporadas y ayudarlo con la cesión de un jugador por club de forma gratuita. La finalidad: levantarse de la tragedia. Que el balón vuelva a rodar. Que las lágrimas vuelvan a secarse y quede solo el recuerdo de los héroes que lucharon por hacer grande al pequeño equipo de Santa Catarina.

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