Un error, un gol recibido. Una oportunidad, un gol fallado. La fórmula de la derrota venezolana durante la eliminatoria a Rusia 2018 volvió a aparecer la noche del martes en Mérida contra Brasil: 2-0 fue el resultado final.
Ya son diez los partidos sin ganar, con 2 puntos obtenidos de 30 posibles. No hay respuesta, no aparece el final del túnel, la Vinotinto continúa en el fondo.
Y lejos de ser una simple cuestión matemática de la dificultad de ir a un mundial, tiene rato convertida en una psicológica: la nueva generación está cargando con la pesada mochila del fracaso.
"Este equipo necesita ganar para soltarse las amarraduras", señaló contundentemente el técnico Rafael Dudamel, al término del encuentro. "Los jugadores asumen su error, nadie quiere cometerlos, son situaciones que pasan. Se acercan, se disculpan con el grupo, pero tienen toda mi confianza. Quiero fortalecer su ánimo. Los veo y cada vez siento más admiración por ellos. Queremos salir adelante".
Ante Brasil, el fallo correspondió a Dani Hernández. El arquero -el jugador de mayor regularidad en los últimos partidos, llegando a detener dos penales en la caída ante Colombia- entregó mansamente la pelota a Gabriel Jesús, que se la devolvió con un sombrerito.
"El partido esta muy marcado por mi error, lo asumo. A partir de allí todo es cuesta arriba", reconoció Dani. "El grupo está unido, pero trabajaré para que esta situación no vuelva a suceder. Pensé en lanzar a la izquierda, pero no me salió así. Uno quiere hacer las cosas bien y pasa esto. Pensé en decidir lo mejor y ocurrió esto", lamentó el guardameta.
Un combinado amazónico, nuevo líder del camino a Rusia y que muestra su mejor rostro en años, presionó para buscar el segundo tanto inmediatamente, pero la falta de tino y la reacción de Dani lo evitaron.
Mientras, en el ataque venezolano, las asociaciones no aparecían. Adalberto Peñaranda apelaba constantemente al regate, pero sin resolución. Salomón Rondón no concretó las oportunidades que tuvo y Juan Pablo Añor resultó anulado por la zaga amazónica.
El segundo tanto llegó por el costado derecho. Un centro de Renato Augusto terminó rematado por Willian para el 2-0.
El apagón al minuto 74 bajó la intensidad del encuentro. Aunque a la vuelta de la iluminación la Vinotinto mostró un mejor rostro, el gol del descuento nunca apareció.
Chile y Bolivia son los dos próximos rivales nacionales. El bicampeón de América, herido en su orgullo, apartado de los puestos de clasificación; y la selección altiplánica, que muestra un mejor juego bajo el mando de Ángel Guillermo Hoyos. Una nueva oportunidad para ganar o seguir agregándole piedras a la mochila de la nueva generación venezolana.
Ya son diez los partidos sin ganar, con 2 puntos obtenidos de 30 posibles. No hay respuesta, no aparece el final del túnel, la Vinotinto continúa en el fondo.
Y lejos de ser una simple cuestión matemática de la dificultad de ir a un mundial, tiene rato convertida en una psicológica: la nueva generación está cargando con la pesada mochila del fracaso.
"Este equipo necesita ganar para soltarse las amarraduras", señaló contundentemente el técnico Rafael Dudamel, al término del encuentro. "Los jugadores asumen su error, nadie quiere cometerlos, son situaciones que pasan. Se acercan, se disculpan con el grupo, pero tienen toda mi confianza. Quiero fortalecer su ánimo. Los veo y cada vez siento más admiración por ellos. Queremos salir adelante".
Ante Brasil, el fallo correspondió a Dani Hernández. El arquero -el jugador de mayor regularidad en los últimos partidos, llegando a detener dos penales en la caída ante Colombia- entregó mansamente la pelota a Gabriel Jesús, que se la devolvió con un sombrerito.
"El partido esta muy marcado por mi error, lo asumo. A partir de allí todo es cuesta arriba", reconoció Dani. "El grupo está unido, pero trabajaré para que esta situación no vuelva a suceder. Pensé en lanzar a la izquierda, pero no me salió así. Uno quiere hacer las cosas bien y pasa esto. Pensé en decidir lo mejor y ocurrió esto", lamentó el guardameta.
Un combinado amazónico, nuevo líder del camino a Rusia y que muestra su mejor rostro en años, presionó para buscar el segundo tanto inmediatamente, pero la falta de tino y la reacción de Dani lo evitaron.
Mientras, en el ataque venezolano, las asociaciones no aparecían. Adalberto Peñaranda apelaba constantemente al regate, pero sin resolución. Salomón Rondón no concretó las oportunidades que tuvo y Juan Pablo Añor resultó anulado por la zaga amazónica.
El segundo tanto llegó por el costado derecho. Un centro de Renato Augusto terminó rematado por Willian para el 2-0.
El apagón al minuto 74 bajó la intensidad del encuentro. Aunque a la vuelta de la iluminación la Vinotinto mostró un mejor rostro, el gol del descuento nunca apareció.
Chile y Bolivia son los dos próximos rivales nacionales. El bicampeón de América, herido en su orgullo, apartado de los puestos de clasificación; y la selección altiplánica, que muestra un mejor juego bajo el mando de Ángel Guillermo Hoyos. Una nueva oportunidad para ganar o seguir agregándole piedras a la mochila de la nueva generación venezolana.
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