Cerca. A minutos. A milímetros. Venezuela puso de rodillas de nuevo a Argentina, pero al final el bicampeón mundial sacó la casta y empató con sufrimiento en Mérida. Una Vinotinto pundonorosa estuvo a poco de hacer historia en la octava jornada del premundial Rusia 2018.
En el 2011 Venezuela venció –supo vencer- a Argentina 1-0, con gol de Fernando Amorebieta. Anoche, en el estadio Metropolitano, Juan Pablo Añor y Josef Martínez adelantaron a la tropa de Rafael Dudamel, pero Lucas Pratto y Nicolás Otamendi igualaron.
Es el segundo punto de la escuadra nacional, por 15 de los argentinos, que cedieron el liderato suramericano.
Luego de 15 minutos de más choques físicos que creación, la primera oportunidad llegó luego de un remate de media distancia de Lucas Biglia, que pasó por el poste derecho de Dani Hernández.
Al 19 era Erik Lamela, el suplente del lesionado Lionel Messi, el que tenía su ocasión para el gol. El delantero no pudo aprovechar el pase y vio como la pelota se iba mansamente a la línea final.
En Venezuela, al repertorio de pases de Juan Pablo Añor solo le faltó un buen definidor. El volante del Málaga se encargó de filtrar balones a Salomón Rondón y a Josef Martínez, pero los atacantes no lograron rematar con puntería o tomarle el espacio a sus marcadores.
Rondón, al 21, recibió uno de los regalos de Añor, pero su tiro cruzado fue detenido con algo de esfuerzo por Sergio Romero.
Lucas Pratto, de cabeza al 32, vio cómo Dani paraba su tiro lanzado hacia la derecha.
Tres minutos más tarde Añor armó la jugada de su vida -22 años tiene el genio-, la que no olvidará jamás. El caraqueño bajó la pelota recuperada por Tomás Rincón, le hizo un túnel a Marcos Rojo, pasó entre él y Javier Mascherano, acomodó la pelota y metió un zurdazo soberbio, cruzado hacia la derecha de “Chiquito” Romero.
Gol no, señor gol. ¡Golazo!
El malaguista se lanzó al festejo con sus compañeros, en medio de un grito eufórico que hizo temblar los Andes venezolanos.
Al 37 Rondón estaba cerca del segundo, luego de una habilitación desde la derecha, pero la zaga albiceleste despejó en el último momento.
La lluvia que comenzó, incipiente, en la mitad de los primeros 45, arreció con el paso de los minutos. Como para darle un marco más épico al partido.
Ever Banega, al 50, lanzó un tiro libre que se fue apenas por encima del horizontal de Dani Hernández.
La respuesta criolla, un minuto después, fue una cabalgata de Josef Martínez por la izquierda, pero su remate terminó despejado por la defensa argentina.
Al 53 tendría su recompensa Martínez. Rondón, por la izquierda y tras dejar a dos marcadores sembrados, le dejó el balón al valenciano en el corazón del área. El hombre del Torino italiano se tomó su tiempo, vio cómo se le abalanzaba Romero –desesperado, vencido- y disparó a placer de derecha.
Otro gol para la historia.
Pero al frente estaba el bicampeón mundial. Pratto recortó distancias para Argentina luego de un pase filtrado de Lamela. El tanque argentino se llevó la pelota con defensores venezolanos y todo, quedando solo luego ante Dani Hernández. Disparó a tres dedos en el área criolla, al 58.
El gigante, golpeado, despertaba con fuerza.
Dos veces se acercaron los pupilos de Edgardo Bauza, inmediatamente, tras el gol del descuento. Primero un desvío de Oswaldo Vizcarrondo que casi termina al fondo de las redes; luego un córner que pasó de poste a poste y que no ingresó de milagro.
Dani Hernández ejerció de héroe al 66. Ángel Di María metió un zapatazo a bocajarro, por la izquierda, y el guardameta capitalino paró la pelota. Quedó el rebote, pero la pelota no llevó mayor peligro.
El 2-2 cayó al minuto 82, por obra de Nicolás Otamendi luego de dejar botado a José Manuel Velázquez. A la lluvia merideña se le sumaba otro baldazo de agua fría.
Mikel Villanueva estuvo a milímetros de devolverle el triunfo a Venezuela, luego que Romero dejara suelta una pelota. El zaguero del Málaga remató al poste derecho argentino, al 90.
El ida y vuelta de los minutos finales tuvo en Dani Hernández, de nuevo, al héroe, tapando un zapatazo de Di María.
Un punto anímico, pero que pudieron ser tres de oro. Venezuela salió entre aplausos del Metropolitano. Los muchachos de Rafael Dudamel mostraron que, aunque lejos quede Rusia, aún puede aparecer una actuación de leyenda.
En el 2011 Venezuela venció –supo vencer- a Argentina 1-0, con gol de Fernando Amorebieta. Anoche, en el estadio Metropolitano, Juan Pablo Añor y Josef Martínez adelantaron a la tropa de Rafael Dudamel, pero Lucas Pratto y Nicolás Otamendi igualaron.
Es el segundo punto de la escuadra nacional, por 15 de los argentinos, que cedieron el liderato suramericano.
Luego de 15 minutos de más choques físicos que creación, la primera oportunidad llegó luego de un remate de media distancia de Lucas Biglia, que pasó por el poste derecho de Dani Hernández.
Al 19 era Erik Lamela, el suplente del lesionado Lionel Messi, el que tenía su ocasión para el gol. El delantero no pudo aprovechar el pase y vio como la pelota se iba mansamente a la línea final.
En Venezuela, al repertorio de pases de Juan Pablo Añor solo le faltó un buen definidor. El volante del Málaga se encargó de filtrar balones a Salomón Rondón y a Josef Martínez, pero los atacantes no lograron rematar con puntería o tomarle el espacio a sus marcadores.
Rondón, al 21, recibió uno de los regalos de Añor, pero su tiro cruzado fue detenido con algo de esfuerzo por Sergio Romero.
Lucas Pratto, de cabeza al 32, vio cómo Dani paraba su tiro lanzado hacia la derecha.
Tres minutos más tarde Añor armó la jugada de su vida -22 años tiene el genio-, la que no olvidará jamás. El caraqueño bajó la pelota recuperada por Tomás Rincón, le hizo un túnel a Marcos Rojo, pasó entre él y Javier Mascherano, acomodó la pelota y metió un zurdazo soberbio, cruzado hacia la derecha de “Chiquito” Romero.
Gol no, señor gol. ¡Golazo!
El malaguista se lanzó al festejo con sus compañeros, en medio de un grito eufórico que hizo temblar los Andes venezolanos.
Al 37 Rondón estaba cerca del segundo, luego de una habilitación desde la derecha, pero la zaga albiceleste despejó en el último momento.
La lluvia que comenzó, incipiente, en la mitad de los primeros 45, arreció con el paso de los minutos. Como para darle un marco más épico al partido.
Ever Banega, al 50, lanzó un tiro libre que se fue apenas por encima del horizontal de Dani Hernández.
La respuesta criolla, un minuto después, fue una cabalgata de Josef Martínez por la izquierda, pero su remate terminó despejado por la defensa argentina.
Al 53 tendría su recompensa Martínez. Rondón, por la izquierda y tras dejar a dos marcadores sembrados, le dejó el balón al valenciano en el corazón del área. El hombre del Torino italiano se tomó su tiempo, vio cómo se le abalanzaba Romero –desesperado, vencido- y disparó a placer de derecha.
Otro gol para la historia.
Pero al frente estaba el bicampeón mundial. Pratto recortó distancias para Argentina luego de un pase filtrado de Lamela. El tanque argentino se llevó la pelota con defensores venezolanos y todo, quedando solo luego ante Dani Hernández. Disparó a tres dedos en el área criolla, al 58.
El gigante, golpeado, despertaba con fuerza.
Dos veces se acercaron los pupilos de Edgardo Bauza, inmediatamente, tras el gol del descuento. Primero un desvío de Oswaldo Vizcarrondo que casi termina al fondo de las redes; luego un córner que pasó de poste a poste y que no ingresó de milagro.
Dani Hernández ejerció de héroe al 66. Ángel Di María metió un zapatazo a bocajarro, por la izquierda, y el guardameta capitalino paró la pelota. Quedó el rebote, pero la pelota no llevó mayor peligro.
El 2-2 cayó al minuto 82, por obra de Nicolás Otamendi luego de dejar botado a José Manuel Velázquez. A la lluvia merideña se le sumaba otro baldazo de agua fría.
Mikel Villanueva estuvo a milímetros de devolverle el triunfo a Venezuela, luego que Romero dejara suelta una pelota. El zaguero del Málaga remató al poste derecho argentino, al 90.
El ida y vuelta de los minutos finales tuvo en Dani Hernández, de nuevo, al héroe, tapando un zapatazo de Di María.
Un punto anímico, pero que pudieron ser tres de oro. Venezuela salió entre aplausos del Metropolitano. Los muchachos de Rafael Dudamel mostraron que, aunque lejos quede Rusia, aún puede aparecer una actuación de leyenda.
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