Una sonrisa nerviosa y la mirada perdida anunciaban la partida. Minutos de llanto tras fallar su penal. Días de presión para llegar a la final. Años de frustración para alcanzar el título… esquivo una y otra vez. Lionel Messi habló: “Se terminó para mí la selección argentina”.
Año 2007, Copa América de Venezuela. La invicta Argentina llegada al último partido ante el eterno rival en Maracaibo. Brasil al frente, con Robinho como máxima figura. Leo solo tenía 20 años y estaba bajo la sombra del 10, Juan Román Riquelme, el gran pensador de la pelota. Solo bastaron 19 minutos para que se hundiera la primera ilusión del rosarino: Baptista, Ayala en propia puerta al 40 y Alves al 69 sentenciaron el triunfo amazónico.
Año 2014, Mundial de Brasil. Elevarse a lo más alto en el Maracaná, la casa del enemigo. Alemania frenó al cuadro gaucho, ya con Messi como diez y capitán. Mario Götze marcó al minuto 119 para derrumbar de nuevo el sueño.
Año 2015, Copa América de Chile. De nuevo Messi, capitán y líder. Esta vez la selección austral se encargó de poner las barricadas y evitar que Argentina consiguiera su objetivo. El 0-0 se mantuvo en los 120 minutos de juego y en los penales el rosarino anotó, pero fallaron Higuaín y Banega. La roja metió cuatro y conquistó los Andes.
Año 2016, Copa América Centenario. Otra vez Messi, capitán. Diego Armando Maradona dijo que de líder no tenía nada. El diez se dejó crecer la barba y marcó cinco goles para catapultar a la albiceleste a la definición en East Rutherford. Chile en la vereda opuesta de nuevo. De nuevo 0-0 los 120 minutos. Ahora Leo falló su penal y Argentina cayó 4-2.
Hasta aquí. No más.
“Lo primero que se me viene a la cabeza, y que pensaba recién en el vestuario, es que ya está, que se terminó para mí la selección. Son cuatro finales, no es para mí –sonrió con nerviosismo-. Lo busqué, no se me dio, pero creo que ya está”.
En el camino entre 2007 y 2016, Messi superó cualquier récord individual. Ganó cinco balones de oro, llevando la bandera del FC Barcelona a lo más alto. Alcanzó tres ligas de campeones, ligas españolas, supercopas españolas y europeas, mundiales de clubes. Tuvo dos hijos, maduró como persona. Pasó de mediocampista a falso nueve, de falso nueve a delantero por la izquierda, luego a retrasarse un poquito para asistir más. Lo vivió todo.
Todo, menos llegar a la gloria con la selección absoluta.
Se le recriminó que no cantaba el himno argentino, que no sentía la camiseta, que no reclamaba ni peleaba, que no apilara a cinco rivales antes de marcar, que no convirtiera en magos a jugadores de regular desempeño. Se le recriminó que no fuera Maradona y eso le pesó.
“Si no ganan, que no vuelvan”, lanzó el Diego en una entrevista con Víctor Hugo Morales, en ocasión de los 30 años de su legendaria actuación ante los ingleses en el mundial de México. La pesada losa de 1986 vuelve a caerle en la cabeza a la generación de los Messi, Mascherano, Higuaín, Romero, Banega y demás.
El caso Messi es solo uno de los misiles –quizá el más doloroso- en el hundimiento de la Asociación del Fútbol Argentino. Desde la muerte de Julio Humberto Grondona, el viejo mandamás de la organización, los escándalos se suceden en la casa de los bicampeones mundiales. La renuncia del crack traería otras salidas, ya de referentes como Mascherano y Sergio Agüero. La Fifa podría intervenir al ente por corrupción, incluso se habla de una posible desafiliación. El dinero desapareció y no hay confianza en los nuevos administradores. Con las eliminatorias suramericanas a Rusia cerca de reiniciarse se pide renovación desde las bases.
Un escenario caótico.
Muchos, entre ellos el campeón de 1978 Mario Alberto Kempes, la reacción de Messi es solo producto de la frustración de ayer. Con 29 años y 55 goles anotados que lo encumbran en la historia del fútbol argentino, el diez puede jugar –al menos- hasta Rusia 2018.
“Yo creo que fue un momento de calentura”, indicó Kempes en el programa Los Capitanes, en ESPN. “Messi está cansado y frustrado. El no ganar títulos con Argentina lo tiene así”.
Una puerta puede quedar abierta. ¿Es una decisión definitiva? “Creo que sí, no sé, es lo que siento ahora. Es una tristeza grande lo que nos volvió a pasar. Encima me toca errar el penal a mí. Era importantísimo para tomar diferencia. Hoy me tocó errar a mí, ya está”, recalcó Messi. ¿Podrán convencerlo o está todo consumado?
Año 2007, Copa América de Venezuela. La invicta Argentina llegada al último partido ante el eterno rival en Maracaibo. Brasil al frente, con Robinho como máxima figura. Leo solo tenía 20 años y estaba bajo la sombra del 10, Juan Román Riquelme, el gran pensador de la pelota. Solo bastaron 19 minutos para que se hundiera la primera ilusión del rosarino: Baptista, Ayala en propia puerta al 40 y Alves al 69 sentenciaron el triunfo amazónico.
Año 2014, Mundial de Brasil. Elevarse a lo más alto en el Maracaná, la casa del enemigo. Alemania frenó al cuadro gaucho, ya con Messi como diez y capitán. Mario Götze marcó al minuto 119 para derrumbar de nuevo el sueño.
Año 2015, Copa América de Chile. De nuevo Messi, capitán y líder. Esta vez la selección austral se encargó de poner las barricadas y evitar que Argentina consiguiera su objetivo. El 0-0 se mantuvo en los 120 minutos de juego y en los penales el rosarino anotó, pero fallaron Higuaín y Banega. La roja metió cuatro y conquistó los Andes.
Año 2016, Copa América Centenario. Otra vez Messi, capitán. Diego Armando Maradona dijo que de líder no tenía nada. El diez se dejó crecer la barba y marcó cinco goles para catapultar a la albiceleste a la definición en East Rutherford. Chile en la vereda opuesta de nuevo. De nuevo 0-0 los 120 minutos. Ahora Leo falló su penal y Argentina cayó 4-2.
Hasta aquí. No más.
“Lo primero que se me viene a la cabeza, y que pensaba recién en el vestuario, es que ya está, que se terminó para mí la selección. Son cuatro finales, no es para mí –sonrió con nerviosismo-. Lo busqué, no se me dio, pero creo que ya está”.
En el camino entre 2007 y 2016, Messi superó cualquier récord individual. Ganó cinco balones de oro, llevando la bandera del FC Barcelona a lo más alto. Alcanzó tres ligas de campeones, ligas españolas, supercopas españolas y europeas, mundiales de clubes. Tuvo dos hijos, maduró como persona. Pasó de mediocampista a falso nueve, de falso nueve a delantero por la izquierda, luego a retrasarse un poquito para asistir más. Lo vivió todo.
Todo, menos llegar a la gloria con la selección absoluta.
Se le recriminó que no cantaba el himno argentino, que no sentía la camiseta, que no reclamaba ni peleaba, que no apilara a cinco rivales antes de marcar, que no convirtiera en magos a jugadores de regular desempeño. Se le recriminó que no fuera Maradona y eso le pesó.
“Si no ganan, que no vuelvan”, lanzó el Diego en una entrevista con Víctor Hugo Morales, en ocasión de los 30 años de su legendaria actuación ante los ingleses en el mundial de México. La pesada losa de 1986 vuelve a caerle en la cabeza a la generación de los Messi, Mascherano, Higuaín, Romero, Banega y demás.
El caso Messi es solo uno de los misiles –quizá el más doloroso- en el hundimiento de la Asociación del Fútbol Argentino. Desde la muerte de Julio Humberto Grondona, el viejo mandamás de la organización, los escándalos se suceden en la casa de los bicampeones mundiales. La renuncia del crack traería otras salidas, ya de referentes como Mascherano y Sergio Agüero. La Fifa podría intervenir al ente por corrupción, incluso se habla de una posible desafiliación. El dinero desapareció y no hay confianza en los nuevos administradores. Con las eliminatorias suramericanas a Rusia cerca de reiniciarse se pide renovación desde las bases.
Un escenario caótico.
Muchos, entre ellos el campeón de 1978 Mario Alberto Kempes, la reacción de Messi es solo producto de la frustración de ayer. Con 29 años y 55 goles anotados que lo encumbran en la historia del fútbol argentino, el diez puede jugar –al menos- hasta Rusia 2018.
“Yo creo que fue un momento de calentura”, indicó Kempes en el programa Los Capitanes, en ESPN. “Messi está cansado y frustrado. El no ganar títulos con Argentina lo tiene así”.
Una puerta puede quedar abierta. ¿Es una decisión definitiva? “Creo que sí, no sé, es lo que siento ahora. Es una tristeza grande lo que nos volvió a pasar. Encima me toca errar el penal a mí. Era importantísimo para tomar diferencia. Hoy me tocó errar a mí, ya está”, recalcó Messi. ¿Podrán convencerlo o está todo consumado?
Las finales coperas perdidas
Venezuela 07 Con 20 años Messi llegaba como uno de los pupilos de Riquelme. Jugó seis partidos y marcó dos goles. En la final jugó los 90 minutos, perdiendo 3-0 ante Brasil en el “Pachencho”.
Brasil 2014 Messi, ya capitán de Argentina, arribó a la final del Maracaná contra Alemania. Había anotado cuatro goles en siete duelos. Jugó los 120 minutos: cayeron 1-0.
Chile 2015 En la definición contra Chile en Santiago jugó los 120 minutos y metió su penal. Perdieron 4-1 en los tiros. En el torneo metió un gol en seis compromisos disputados.
EE UU 2016 La Copa América Centenario, cuarta final de Messi, tercera consecutiva. Perdieron en penales 4-2 con Chile y el 10 falló su tiro. Había marcado 5 goles en 5 compromisos.
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