La garra repitió. Los guerreros volvieron a elevar la Copa América, esta vez la edición especial del Centenario de la Conmebol. Y otra vez Argentina, Lionel Messi y compañía, sucumbió en los penales. Chile ganó 4-2 en la definición desde los 12 pasos ante la albiceleste, anoche en el estadio MetLife de East Rutherford, Nueva Jersey.
Luego del 0-0 de los 120 minutos, Messi envió su remate por encima del travesaño de Claudio Bravo, en el primer penal albiceleste. Lucas Biglia, en el último tiro, sufrió ante la gran reacción del guardameta austral. Francisco Silva metió su tiro y le dio el segundo título consecutivo a la roja, un año después de la final en Santiago de Chile.
Así cobró Chile: Vidal (falló), Castillo, Aránguiz, Beausejour y Silva (convirtieron); Argentina tuvo a Messi (falló), Mascherano y Agüero (lo metieron), Biglia (lo erró).
El partido tuvo un antes y un después con un fallo monumental de Gonzalo “Pipita” Higuaín, en el primer tiempo: al 21 el delantero del Nápoli italiano no logró asegurar el tiro contra un solitario Bravo y el balón se fue apenas por el poste derecho.
En la memoria estaba una acción similar en la final del Mundial de Brasil 2014, esta vez ante Manuel Neuer.
Chilenos y argentinos terminaron con diez jugadores en un partido que tuvo como protagonista el árbitro brasileño Heber Lopes. Marcelo Díaz, por doble amonestación, salió al 28; Marcos Rojo, por roja directa, se fue a las duchas al 43. En total se sacaron ocho amarillas, tres para los gauchos y cinco para los australes.
Chile fue de menos a más en la justa: luego de caer 2-1 con los argentinos derrotó 2-1 a Bolivia -con un penal en los últimos minutos de Vidal- y 4-2 a Panamá. En cuartos arrasó con México 7-0 y en semifinales ganó 2-0 a Colombia en el partido de la tormenta eléctrica.
El de anoche fue un duelo más físico, de roce, que de oportunidades. Además de Higuaín, Sergio Agüero tuvo su ocasión con un cabezazo en el tiempo extra, pero Bravo envió el tiro al córner. Chile tampoco destacó en remates al arco, pero supo aguantar, llevando el duelo a la definición por penales.
Argentina continúa con su “maldición”: no levanta una copa desde la América 1993. Y con Chile al frente, los penales terminan para los australes. La estrella solitaria brilla de nuevo.
Premio a la continuidad
Dos copas América ganadas en menos de un año (4 de julio de 2015-26 de junio de 2016) confirman a Chile como la selección suramericana del momento. Espíritu guerrero que tiene Arturo Vidal como líder en el campo, la selección austral vuelve a lo más alto del continente.
En las dos definiciones ha dejado con las ganas a la poderosa Argentina. Poderosa en nombres, con Lionel Messi, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín -goleadores en España, Inglaterra e Italia, respectivamente-, pero sin conseguir el éxito colectivo. Éxito que sí tuvo el equipo andino.
La mejor generación de la historia chilena, con Vidal, Gary Medel, Claudio Bravo, Charles Aránguiz y Alexis Sánchez -el más valioso del torneo Centenario para la organización- se consagró. El próximo desafío, quizá el último para muchas de las figuras actuales, será clasificar a Rusia 2018 y romper el celofán de los octavos de final en la era moderna -en la edición de Chile 1962 terminaron en el tercer puesto-.
Actualmente ocupan la cuarta posición del premundial, con 10 unidades.
Luego del 0-0 de los 120 minutos, Messi envió su remate por encima del travesaño de Claudio Bravo, en el primer penal albiceleste. Lucas Biglia, en el último tiro, sufrió ante la gran reacción del guardameta austral. Francisco Silva metió su tiro y le dio el segundo título consecutivo a la roja, un año después de la final en Santiago de Chile.
Así cobró Chile: Vidal (falló), Castillo, Aránguiz, Beausejour y Silva (convirtieron); Argentina tuvo a Messi (falló), Mascherano y Agüero (lo metieron), Biglia (lo erró).
El partido tuvo un antes y un después con un fallo monumental de Gonzalo “Pipita” Higuaín, en el primer tiempo: al 21 el delantero del Nápoli italiano no logró asegurar el tiro contra un solitario Bravo y el balón se fue apenas por el poste derecho.
En la memoria estaba una acción similar en la final del Mundial de Brasil 2014, esta vez ante Manuel Neuer.
Chilenos y argentinos terminaron con diez jugadores en un partido que tuvo como protagonista el árbitro brasileño Heber Lopes. Marcelo Díaz, por doble amonestación, salió al 28; Marcos Rojo, por roja directa, se fue a las duchas al 43. En total se sacaron ocho amarillas, tres para los gauchos y cinco para los australes.
Chile fue de menos a más en la justa: luego de caer 2-1 con los argentinos derrotó 2-1 a Bolivia -con un penal en los últimos minutos de Vidal- y 4-2 a Panamá. En cuartos arrasó con México 7-0 y en semifinales ganó 2-0 a Colombia en el partido de la tormenta eléctrica.
El de anoche fue un duelo más físico, de roce, que de oportunidades. Además de Higuaín, Sergio Agüero tuvo su ocasión con un cabezazo en el tiempo extra, pero Bravo envió el tiro al córner. Chile tampoco destacó en remates al arco, pero supo aguantar, llevando el duelo a la definición por penales.
Argentina continúa con su “maldición”: no levanta una copa desde la América 1993. Y con Chile al frente, los penales terminan para los australes. La estrella solitaria brilla de nuevo.
Premio a la continuidad
Dos copas América ganadas en menos de un año (4 de julio de 2015-26 de junio de 2016) confirman a Chile como la selección suramericana del momento. Espíritu guerrero que tiene Arturo Vidal como líder en el campo, la selección austral vuelve a lo más alto del continente.
En las dos definiciones ha dejado con las ganas a la poderosa Argentina. Poderosa en nombres, con Lionel Messi, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín -goleadores en España, Inglaterra e Italia, respectivamente-, pero sin conseguir el éxito colectivo. Éxito que sí tuvo el equipo andino.
La evolución austral, siempre de la mano de un técnico argentino, es notable. Con Marcelo Bielsa alcanzaron octavos de final en Suráfrica 2010 luego de tener dos eliminatorias sin llegar al mundial. Con Jorge Sampaoli repitieron en la segunda ronda en Brasil 2014, cayendo en penales con el local; su cumbre fue la Copa América de 2015, la primera en la vitrina roja.
Juan Antonio Pizzi siguió con el camino trazado y terminó, como Sampaoli, en la altura del campeonato venciendo al favorito en los penales. Sufriendo y ganando.
La mejor generación de la historia chilena, con Vidal, Gary Medel, Claudio Bravo, Charles Aránguiz y Alexis Sánchez -el más valioso del torneo Centenario para la organización- se consagró. El próximo desafío, quizá el último para muchas de las figuras actuales, será clasificar a Rusia 2018 y romper el celofán de los octavos de final en la era moderna -en la edición de Chile 1962 terminaron en el tercer puesto-.
Actualmente ocupan la cuarta posición del premundial, con 10 unidades.
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