Un huracán arrasa Brasil: Colombia 4-1 Japón

Nueve goles en tres partidos, líderes del grupo C y cada partido es una pachanga. Colombia es un huracán que está arrasando en Brasil y que ahora se enfila hacia Uruguay, en los octavos de final.



Dos goles de Jackson Martínez, uno de James Rodríguez y otro de Juan Guillermo Cuadrado sepultaron al empate transitorio, marcado por Shinji Okazaki, para el triunfo en el último partido de la fase de grupos.

Colombia entendió desde el principio que no estaba para salir a “matar o morir”: clasificado ya a los octavos de final, el técnico José Pekerman apeló por darle descanso a referentes como Mario Yepes o Teófilo Gutiérrez, y prefirió poner en cancha a jugadores como Eder Álvarez Balanta y  Martínez.

Japón mantuvo la esférica y, desesperada, buscó el resultado. Pero la ansiedad les pasaba factura.

 Las cosas, por el contrario, le salían bien a los neogranadinos. En un contragolpe por la izquierda, Yasuyuki Konno taclea a Adrián Ramos: el  portugués Pedro Proenca pitó penal.

 Cuadrado, con un remate seco por el medio, encendió el marcador para los cafeteros, al minuto 17.

La presión nipona continuaba, pero el gol era esquivo. Shinji Kagawa, Honda, Okubo... el arco de Ospina se mantenía intacto. Hasta que llegó Okazaki, con un cabezazo brillante, lanzado su cuerpo hacia atrás, metiendo el balón hacia el frente: al 45+1 llegó la paridad.

La entrada de James en el segundo tiempo abrió la catarata de goles para los neogranadinos. Algo más de posesión de balón, y al frente: dos asistencias a Martínez para sus dianas (dos zurdazos dentro del área)  y cerrar con el tanto formidable del “10” del Mónaco, sacándose a su marcador y picándola ante el arquero para el 4-1.

 El broche de oro: el ingreso de Faryd Mondragón por David Ospina en el arco colombiano, al 85, para convertirse en el jugador de mayor edad en disputar un Mundial, con 43, uno por encima de Roger Milla en 1994. En la historia.

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