Adiós al timonel sereno

Cuando la tormenta alrededor de la salida de Josep Guardiola comenzaba a hacer zozobrar al Barcelona, Tito Vilanova asumió las riendas del equipo. Todo serenidad, todo tranquilidad, supo dirigir con mano zurda, liderando la transición. Pero el cáncer apareció para cortar su incipiente –y exitosa- carrera como entrenador.

Vilanova falleció este viernes, a los 45 años.

El club confirmó la muerte del entrenador, que había sido recluido de urgencia desde hace una semana en la clínica Quirón, de la capital condal, debido a complicaciones gástricas. Durante más de dos años luchó contra un cáncer en la glándula parótida.

“Siempre llevaré dentro de mí una parte de las cosas que él compartió y vivió conmigo”, afirmó Lionel Messi, el icono culé, en un comunicado del club.

La última aparición pública del técnico nacido en Bellcaire, Gerona, ocurrió en el duelo de vuelta de 16avos de final entre el Barcelona y el Cartagena (3-0), en el Camp Nou. Allí se le vio seriamente deteriorado en su imagen, producto del tratamiento para atacar la enfermedad.

Llamado Francesc Vilanova i Bayó, apodado Tito, fue un volante que surgió de la cantera del Barcelona a finales de los 80, llegando a coincidir con jugadores como Josep Guardiola, Albert Ferrer, Carles Busquets y Guillermo Amor en el filial del equipo. Luego pasó al Figueres, llegando a debutar en primera división con el Celta de Vigo. Luego de pasar por varios conjuntos en España, se retiró con la Unión Deportiva Gramenet, en 2002.

En 2007 se unió a Guardiola como ayudante en el Barcelona B. Pep se lo llevó al primer equipo, cuando asumió las riendas en la temporada 2008-09. La gran era culé, en la que se ganaron 14 títulos hasta el 2012, tuvo a Vilanova como uno de los grandes puntales en el vestuario.

El 27 de abril de 2012 Sandro Rosell, entonces presidente del club, anunció que Tito sucedía a Pep cuando éste decidió hacerse a un lado en el timón. Firmó un contrato por dos temporadas.

“La vida nos pone a prueba como lo ha hecho con Tito”, afirmó Andoni Zubizarreta, director deportivo de la institución, en aquel momento. “Lo único que importa es él y él tiene la fuerza y el carácter para seguir adelante”.

Aunque perdió la Supercopa de España frente al Real Madrid de José Mourinho, Tito lideró al Barcelona a su mejor arranque en la Liga. Pero en diciembre tuvo que ser intervenido por el cáncer que se le diagnosticó, dejando al cuadro en manos de su asistente, Jordi Roura.

“Todo, también mi vida profesional, ha cambiado tanto en tan poco tiempo que me parece que han pasado tres años”, describía Tito. “Era como alguien que llega a casa cansado y se tira al sofá sin ganas de hacer nada, hasta que se le quema la casa y saca todo lo que tiene para correr. Pues yo, hace diez meses, corro y es como si me hubieran pasado dos o tres años”.

El 11 de mayo de 2013, Barcelona se coronó como campeón de la Liga, llegando a 100 puntos. Pero el 19 de julio dejó el cargo, tras recaer de la enfermedad.

La noticia termina de empañar el penoso año deportivo y extradeportivo del Barcelona. Problemas con Messi y Neymar, la renuncia del presidente Rosell, las caídas en Liga de Campeones y Copa del Rey, las complicaciones en la Liga. Pero la pérdida de un valor tan importante como Vilanova hunde moralmente al buque culé.