El nombre de Richard Páez Monzón vuelve a tornarse en color vinotinto. El merideño podría asumir, luego de encabezar el boom entre 2001 y 2007, el timón de la selección. Su hijo, Ricardo David Páez, podría asistirle en el cuerpo técnico.
PANORAMA conversó con el dorsal 10 de Mineros de Guayana, analizando el triunfo de los negriazules en el Apertura y el probable retorno del estratega al combinado patrio.
—¿Cuánto significó para usted la obtención del Apertura con Mineros?
—Significó mucho. Ya teníamos varios años quedando a un pasito de salir campeón. Teníamos presión, por el cuerpo técnico que trajeron, por los jugadores. La directiva ya estaba presionando de forma directa para salir campeón. Jugamos así, y no fue fácil, pero el equipo tuvo jerarquía, una idea clara en la que todos los jugadores se entregaron. Un Apertura muy disputado por todos los equipos, pero al final Mineros dio los resultados más contundentes en las últimas fechas.
—No fue solo ganar, sino hacerlo con propuesta ofensiva. ¿Hasta dónde se vio la mano de Richard Páez en el momento del cuadro guayanés?
—Hubo una evolución en el estilo de juego. Se jugó prácticamente sin jugadores de marca en su característica principal. Nuestros recuperadores eran de salida, de juego creativo, y los acompañó con jugadores ofensivos, de técnica, rápidos. Al principio generó críticas, pero los resultados les dieron la razón al técnico y a los futbolistas que nos entregamos a esa idea de juego, de ser un equipo ofensivo, de tener posesión de la pelota. Demostramos que de esa forma también se puede ganar en Venezuela. Se pensaba que era para otras ligas, donde las canchas eran mejores, pero aquí lo pudimos demostrar. Por ser un número 10, me siento muy complacido de lograr el título de esa manera, porque uno lo disfruta el doble, cuando te dejan esa libertad de jugar que a veces uno no tiene con otros técnicos. En el Clausura el equipo estará con la presión de salir campeón ya solventada. El equipo se puede soltar a jugar un poco mejor.
—El triunfo del doctor Páez le terminaría abriendo las puertas de la selección. ¿Cómo valora esa posibilidad?
—Si se da, sería importante para él como director técnico, para cumplir un objetivo que era su sueño: llevar a Venezuela al Mundial. Para el próximo entrenador, sea Páez o el que le toque agarrar la selección, el único objetivo es clasificar a un Mundial. Él tiene la experiencia, siete años en una primera etapa, y en ese sentido conoce bien lo que se va a jugar. Le sumamos la experiencia de Perú (Alianza Lima), de Colombia (Millonarios de Bogotá), donde salió campeón, y ahora demostrando la capacidad, en Venezuela, no de conseguir el resultado, sino de hacerlo de una forma en la que no todos intentan. Así cambió la historia del fútbol venezolano en esa primera etapa, y ahora, en una segunda etapa, con la experiencia y los jugadores actuales, puede conseguir cosas importantes.
—¿Qué le reconoce a César Farías en su paso por el banquillo vinotinto?
—A César la reconozco ese ímpetu que le puso, las ganas desde el primer día hasta el final. En la selección el estilo de juego cambió bastante, porque era un equipo contragolpeador, fuerte defensivamente, pero nadie puede decir que no fue exitoso. Venezuela siempre mantuvo los resultados, quedó a las puertas de ir a un Mundial, y eso hay que reconocerlo. Es un técnico que trabaja y es obsesivo en lo que hace. Tal vez el estilo de juego no es vistoso, ofensivo, pero lo que hace es muy bueno. Arma equipos batalladores, que consiguen resultados. Venezuela, en la parte física y en la concentración de buscar las victorias hasta el último minuto, mejoró muchísimo. La forma de preparación para enfrentar los partidos en la altura, sacar puntos allá. Deja una base de jugadores muy aprovechable para las eliminatorias que vienen.
—¿Se ve usted integrando un hipotético cuerpo técnico de Richard Páez?
—No sé, yo realmente tengo la necesidad, por mi trayectoria, de ser uno de los jugadores pioneros en salir de Venezuela, de transmitir mi experiencia a las nuevas generaciones. Por la forma de ver al fútbol, sería una oportunidad para jugadores de buen pie. Yo hice el curso (de entrenador), tengo dos, tres años preparándome para esto, para llegar a ser técnico o a un cuerpo técnico. Vamos a esperar estos seis meses con Mineros. La idea es terminar bien, ver y analizar si juego un año más o no. Eso lo analizaré cuando termine este torneo. Después veré cómo afronto mi carrera de técnico, ya sea en un equipo, en categorías menores o formar parte de un cuerpo técnico con él. Pudiera ser. El trabajo ya lo he ido haciendo. Tenemos experiencia ganadora, tanto yo como mis excompañeros, que es lo que hacía falta en Venezuela.
PANORAMA conversó con el dorsal 10 de Mineros de Guayana, analizando el triunfo de los negriazules en el Apertura y el probable retorno del estratega al combinado patrio.
—¿Cuánto significó para usted la obtención del Apertura con Mineros?
—Significó mucho. Ya teníamos varios años quedando a un pasito de salir campeón. Teníamos presión, por el cuerpo técnico que trajeron, por los jugadores. La directiva ya estaba presionando de forma directa para salir campeón. Jugamos así, y no fue fácil, pero el equipo tuvo jerarquía, una idea clara en la que todos los jugadores se entregaron. Un Apertura muy disputado por todos los equipos, pero al final Mineros dio los resultados más contundentes en las últimas fechas.
—No fue solo ganar, sino hacerlo con propuesta ofensiva. ¿Hasta dónde se vio la mano de Richard Páez en el momento del cuadro guayanés?
—Hubo una evolución en el estilo de juego. Se jugó prácticamente sin jugadores de marca en su característica principal. Nuestros recuperadores eran de salida, de juego creativo, y los acompañó con jugadores ofensivos, de técnica, rápidos. Al principio generó críticas, pero los resultados les dieron la razón al técnico y a los futbolistas que nos entregamos a esa idea de juego, de ser un equipo ofensivo, de tener posesión de la pelota. Demostramos que de esa forma también se puede ganar en Venezuela. Se pensaba que era para otras ligas, donde las canchas eran mejores, pero aquí lo pudimos demostrar. Por ser un número 10, me siento muy complacido de lograr el título de esa manera, porque uno lo disfruta el doble, cuando te dejan esa libertad de jugar que a veces uno no tiene con otros técnicos. En el Clausura el equipo estará con la presión de salir campeón ya solventada. El equipo se puede soltar a jugar un poco mejor.
—El triunfo del doctor Páez le terminaría abriendo las puertas de la selección. ¿Cómo valora esa posibilidad?
—Si se da, sería importante para él como director técnico, para cumplir un objetivo que era su sueño: llevar a Venezuela al Mundial. Para el próximo entrenador, sea Páez o el que le toque agarrar la selección, el único objetivo es clasificar a un Mundial. Él tiene la experiencia, siete años en una primera etapa, y en ese sentido conoce bien lo que se va a jugar. Le sumamos la experiencia de Perú (Alianza Lima), de Colombia (Millonarios de Bogotá), donde salió campeón, y ahora demostrando la capacidad, en Venezuela, no de conseguir el resultado, sino de hacerlo de una forma en la que no todos intentan. Así cambió la historia del fútbol venezolano en esa primera etapa, y ahora, en una segunda etapa, con la experiencia y los jugadores actuales, puede conseguir cosas importantes.
—¿Qué le reconoce a César Farías en su paso por el banquillo vinotinto?
—A César la reconozco ese ímpetu que le puso, las ganas desde el primer día hasta el final. En la selección el estilo de juego cambió bastante, porque era un equipo contragolpeador, fuerte defensivamente, pero nadie puede decir que no fue exitoso. Venezuela siempre mantuvo los resultados, quedó a las puertas de ir a un Mundial, y eso hay que reconocerlo. Es un técnico que trabaja y es obsesivo en lo que hace. Tal vez el estilo de juego no es vistoso, ofensivo, pero lo que hace es muy bueno. Arma equipos batalladores, que consiguen resultados. Venezuela, en la parte física y en la concentración de buscar las victorias hasta el último minuto, mejoró muchísimo. La forma de preparación para enfrentar los partidos en la altura, sacar puntos allá. Deja una base de jugadores muy aprovechable para las eliminatorias que vienen.
—¿Se ve usted integrando un hipotético cuerpo técnico de Richard Páez?
—No sé, yo realmente tengo la necesidad, por mi trayectoria, de ser uno de los jugadores pioneros en salir de Venezuela, de transmitir mi experiencia a las nuevas generaciones. Por la forma de ver al fútbol, sería una oportunidad para jugadores de buen pie. Yo hice el curso (de entrenador), tengo dos, tres años preparándome para esto, para llegar a ser técnico o a un cuerpo técnico. Vamos a esperar estos seis meses con Mineros. La idea es terminar bien, ver y analizar si juego un año más o no. Eso lo analizaré cuando termine este torneo. Después veré cómo afronto mi carrera de técnico, ya sea en un equipo, en categorías menores o formar parte de un cuerpo técnico con él. Pudiera ser. El trabajo ya lo he ido haciendo. Tenemos experiencia ganadora, tanto yo como mis excompañeros, que es lo que hacía falta en Venezuela.
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