Así trabaja un DT de élite

Richard Páez, cuyo regreso a la Vinotinto parece inminente; Noel Sanvicente, el técnico más ganador de la historia de Venezuela; y el exitoso Eduardo Saragó con puestos bajo la lupa de Luis Vallenilla Pacheco, Jorge Alberto "Zurdo" Rojas y Miguel Mea Vitali.



Jorge Alberto “Zurdo” Rojas sobre Noel Sanvicente
“Siempre está aspirando a más, a la perfección”
El volante merideño ganó cuatro títulos con el Caracas FC, los tres últimos con Sanvicente como entrenador (2000-01, 2002-03, 2005-06 y 2006-07). Disputó 88 partidos con la Vinotinto.

“La preparación del partido la hace según el rival. En base a los clubes trabajaba pensando en cómo contrarrestar al contrario, aprovechando sus debilidades. Sus trabajos eran muy dinámicos, a espacio reducido. Pelota aérea, córners, tiros libres, jugadas, pedía a los mejores cobradores que fueran media hora, 45 minutos antes de comenzar la práctica.

Su personalidad, lo que él te transmite, esa seriedad, esa parte del convencimiento en lo que hace, la pasa al jugador y lo ves plasmado en la cancha. El jugador está metido en el partido, aportando. Él no te alaba, solo se fija en las cosas que no hiciste bien para corregírtelas, porque sabe que tienes que jugar bien y trabajar para el equipo. Él no te alaba si hiciste un sombrerito o un golazo, sino que siempre te recomienda qué es lo que debes mejorar. Siempre está pendiente de ti.

Él habla cuando reúne al grupo tras un partido, y dentro de la cancha a la hora de los trabajos. Pero cuando está en el camerino es callado, observador. Ya cuando trabajaste un partido en la semana solo se va a lo que es la parte de ver cómo funciona el equipo el domingo. Su intensidad para trabajar en la semana hace que llegues en muy buenas condiciones para enfrentar un partido. Esa es la tranquilidad que él puede tener, cuando ve que el jugador trabaja bien en la semana, responde a lo que él pide, ya después disfruta el domingo. Se concentra, se mete mucho en el partido, siempre está aspirando a más, a la perfección. Eso se nota mucho en él. Es un entrenador que está actualizado, en lo que es el fútbol moderno, y eso llena a uno como jugador.

Él le da un 60, 70% de importancia a la preparación física. Porque él dice que cuando el jugador está preparado, puede exigirle. Le da mucha importancia a esa parte física para que le responda a cualquier circunstancia.

Una de las cosas importantes de Chita es que él preparaba los partidos de la misma forma que si enfrentaba al mejor del mundo o al peor. Observaba videos, para aprovechar las debilidades. Siempre hacía lo mismo contra el peor equipo de Venezuela o cuando jugaba cuatro días después contra un equipo brasileño de la Libertadores. No quería relajos de los jugadores. Además, les daba mucha oportunidad, el que cumplía con sus requerimientos en lo físico y en lo táctico, estaba siempre. Los jugadores le rinden bastante, no son solo once o quince o dieciocho, sino con más jugadores, para que a la hora de jugar, entraran bien preparados”.

Miguel Mea Vitali sobre Eduardo Saragó
“Eduardo es muy abierto a la conversación, al diálogo”
Mediocampista caraqueño, campeón absoluto (Apertura y Clausura) con el CD Lara que dirigió Saragó en la temporada 2011-12. Estuvo en 84 partidos con la selección de Venezuela. 

“Eduardo es muy minucioso en cada detalle. No solo se enfoca en su equipo, sino en el rival. Estudia muy bien al rival. Todos los equipos se estudian, para eso están los videos, se hacen los reportes de los equipos. Con eso le da a los jugadores herramientas importantísimas a la hora de enfrentar al rival, detalles jugador por jugador, fortalezas, debilidades. Uno llegaba al juego conociendo casi al 100% las principales características del jugador. Eduardo se basaba mucho en el estudio del rival y de uno mismo, viendo en videos los detalles de los partidos anteriores.

Sabe mantener el grupo. Aparte, este era un grupo muy sano, con muchos jugadores de experiencia, y eso hizo más fácil mantener el camerino. Eduardo es una persona inteligente, que supo tratar al grupo, mantener la motivación en todo momento dentro del vestuario, para que solo nos dedicáramos a jugar al fútbol. Nos daba una tranquilidad importante. La motivación la daba cada partido, cada entrenamiento, a través de sus charlas. Era un grupo bastante humano, provocaba ir a entrenar, a trabajar, no solo Eduardo, sino sus colaboradores. Siempre mantuvo la motivación al máximo.

Él conversaba mucho no solo con los de experiencia, sino con todos. Para dar un consejo, para decir en qué podríamos mejorar, ayudar, en el juego. Eduardo es muy abierto a la conversación, al diálogo, a intercambiar ideas. Muy abierto, trabajador, estudiado. Eso facilita muchísimo las cosas. Cuando uno está frente a un técnico así, las ideas afloran rápidamente y uno puede dar su opinión, que es siempre bien recibida por su parte.

Es alguien inteligente, que sabe cuándo pegar un grito o cuándo callar y hacerte llegar el mensaje de otra manera. Tú lo puedes ver, vive en esa raya al máximo en cada partido. Así en cada entrenamiento, amistoso, se entrega al máximo. A la hora de transmitir un mensaje más calmado, más tranquilo, sobre todo en el entretiempo. Sabe transmitir su mensaje.

A la primera pretemporada le dio un altísimo valor a la preparación física, casi de un 70%, para que el equipo rindiera al máximo. Utiliza también mucho el trabajo con la pelota, lo táctico. Hoy, la parte física es fundamental. La parte física es vital, la parte técnica la aporta el talento de cada jugador, y él se consiguió con un grupo bastante talentoso, con mucha jerarquía, ganador, que venía de equipos importantes. Ese toque que le dio a la preparación física fue muy importante para la obtención de ese campeonato”.

Luis Vallenilla Pacheco sobre Richard Páez
“Vino más preparado en lo psicológico y en lo motivacional”
El zaguero trabajó bajo las órdenes de Páez en la selección venezolana de fútbol y en Mineros de Guayana, con el que obtuvo el torneo Apertura 2013. Defendió a la Vinotinto en 77 compromisos. 

“Es un privilegio trabajar con el profesor Páez. De memoria ya uno sabe lo que él quiere y lo que pretende que uno haga en la cancha. En las primeras convocatorias a la selección transmitía un estilo de juego que no era fácil de aceptar entre los jugadores, pero poco a poco, a medida que pasaron los partidos, con sus repeticiones y sus mecanismos de psicología te fue ayudando: te decía que eras el mejor en tu posición. Nos creímos eso y conseguimos lo que conseguimos con la selección, con la insistencia y el nivel de pensamiento. De repente uno quisiera conseguir el torneo local, pero él piensa en ser campeón de una Libertadores. Eso te llena de mucha confianza.

Con su aprendizaje en el exterior, las vivencias en la selección, vino más preparado en lo psicológico y lo motivacional. Eso nos ayudó a ser campeones en 2013, conformando un gran equipo con mucho talento. Prepara al equipo en base al talento, sacándole a cada uno lo mejor en base a psicología.
Viene con algo que no tenía: el reforzar lo espiritual, siempre creyendo en Dios, dándote esa fe. Siempre sabe llevar al grupo, que se mantenga contento. Nadie se siente excluido. Pienso que eso lo aprendió en Colombia. Es positivo para el grupo.

Él no nos muestra el partido del equipo contrario, sino el anterior de nosotros, para que cada uno corrija los errores en cada partido y recalque las cosas positivas. Él va y te dice las cosas en la cara: si las haces bien, te felicita; si no, busca que veas que mejores.

Siempre está hablando, constantemente, pero en lo positivo, pensando en que el jugador puede dar más, de las cosas buenas. No es de alzar la voz e irrespetarte. Es un caballero, un profesional que te trata como tal. Te ve como un jugador de alto nivel, que es una imagen para la institución o para la selección.

La preparación física es mucha. Un jugador que no tenga bien esta parte, no puede jugar: está pendiente de estos detalles, del entrenamiento. La parte física la hacemos con la pelota para tener el tacto, siempre ha sido así, nunca de correr solos, sino con la pelota”.

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