Yohandry Orozco, el nuevo ídolo en San Cristóbal

Cuando el Deportivo Táchira anunció que Yohandry Orozco vestiría su camiseta para el Apertura 2013, se generó una mezcla de alegría con escepticismo en el aficionado aurinegro. El más pasional del país, exigente hasta lo impredecible, el seguidor del conjunto andino le dio su voto de confianza, a medias, al volante zuliano que venía en horas bajas desde Alemania.


El marabino conquistó, y lo sigue haciendo, el corazón de los hijos del río Torbes. Este viernes los volverá a ver, y volverá a sentir el apoyo del pueblo oro y negro, pero esta vez con la franela vinotinto, cuando reciba en el estadio de Pueblo Nuevo, en San Cristóbal, a Paraguay, en la última fecha venezolana de la sufrida eliminatoria a Brasil 2014.

“Hay que ganar. Estamos enfocados en el encuentro de este viernes, vamos con todo a sacar los tres puntos”, manifestó el volante zurdo a PANORAMA, en la capital andina. “Esta eliminatoria debemos terminarla de la mejor manera”.

“Para mí es un orgullo jugar aquí o en cualquier parte, vistiendo la camiseta de Venezuela. No podemos pensar en otra cosa sino en ganar, y luego depender de los demás resultados que se nos den a favor. Después veremos”, recalcó el marabino.

"La Perla" Orozco llegó para enfundarse la 10 del equipo más popular de Venezuela, siete veces campeón del país, pero sin ganar un título desde el 2011. El elenco atigrado, con inyecciones de dinero tremendas en los últimos años, pero con grises resultados, esperaba levantarse finalmente, de la mano del exjugador del Unión Atlético Maracaibo, Zulia FC y Wolfsburgo. Lo está haciendo, poco a poco.

El cuadro que dirige Daniel Farías es sexto en el Apertura 2013, con 16 unidades de 24 posibles, a falta de una fecha por disputar. Tres de los goles del equipo (además de uno en Copa Venezuela) son de Yohandry, al que ahora le tocará asumir mayor liderazgo, con la lesión del experimentado César "Maestrico" González.

Encabeza Orozco una legión de guerreros, muchos de ellos llegados, como el entrenador Farías, del Anzoátegui campeón del Apertura y la Copa Venezuela 2012. Gelmin Rivas, Carlos Salazar, Francisco Flores y Giácomo di Giorgi.

Y en Venezuela igual. La generación sub 23 de futbolistas como Alexander González y Josef Martínez tiene a Orozco como una de las primeras lanzas. “Es fácil jugar con ellos”, señaló Rómulo Otero, que compartiría en el mediocampo con “La Perla” zuliana. “Son jugadores que le dan buen fútbol al equipo, de muy buen pie. Es una gran experiencia”.

“Acá nos toca hacer el trabajo que nos mandan”, señala Orozco. “Siempre aprendemos, día a día, para llevarle una alegría al país. Somos profesionales, dentro y fuera de la cancha”.

El papel de Yohandry en Táchira es el mismo que tiene en la selección: llevar los hilos del juego, desequilibrar, forzar a la defensa contraria a abrir espacios, luchar.

César Farías, hermano mayor del técnico del Táchira, recobró su fe en Orozco tras haberlo desechado por su falta de minutos en Wolfsburgo, donde apenas jugó siete partidos en tres temporadas de la Bundesliga. “No es el mismo Yohandry de estos últimos dos meses al que estuvo dos años sin competitividad en su club… (Orozco, Josef, Alexander) son jugadores que han crecido mucho, que nos permiten tener nuevas herramientas, potenciadas, más allá de las bajas que tenemos”, señaló el seleccionador, ayer, en una conversación con medios desde San Cristóbal.

Ante Bolivia, en un amistoso, el marabino le dio el empate a dos a Venezuela con un golazo de volea. Contra Perú, ya en eliminatorias, contribuyó a la victoria nacional generando un penal y asistiendo a Rómulo Otero para ganar 3-2, en Puerto La Cruz.

Las esperanzas que tiene la Vinotinto (19 puntos, -6 su diferencia de goles) de avanzar, al menos, al repechaje contra Jordania para ir a Brasil 2014, cuentan en la pierna zurda de Orozco su razón de ser. Tener un boleto pasa, mañana, por derrotar por goleada a Paraguay y esperar que Uruguay y Ecuador (22 unidades cada uno, de cero la diferencia de goles de charrúas y +4 la de los meridionales) no empaten entre ambos, cayendo estrepitosamente en sus últimos duelos, el próximo martes, ante Argentina y Chile, respectivamente.

Allí estará Orozco, con su número 10 y todo "Pueblo Nuevo", por no decir 30 millones de venezolanos, en su espalda, peleando para que así suceda. Y luego, a ligar. Cualquier cosa puede suceder.

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