Del pueblo de La Victoria, en las sabanas de Apure, a los
rascacielos de Nueva York. Diomar Díaz ahora lleva sus goles a la capital del
mundo, enfundado la camiseta ocho del equipo que hizo famoso el gran Pelé: el
Cosmos.
El habilidoso volante llanero continúa luchando por
adaptarse a Norteamérica y a su fútbol. No habla inglés aún y le pega el frío,
pero por lo menos ya marca goles y se ha hecho un nombre entre las figuras del
renacido cuadro galáctico.
“Estoy muy comprometido con lo que se viene haciendo”,
afirmó el mediocampista a PANORAMA, vía telefónica. “Es un cambio un poco
difícil por muchas cosas, como el método con el que se juega en Estados Unidos,
distinto al que se utiliza en Venezuela”.
Díaz llegó al Cosmos proveniente de Mineros de Guayana.
Anotó tres goles en 16 partidos, generó ocasiones y deleitó con su fútbol a los
negriazules. Giovanni Savarese, el exdelantero de la selección venezolana, se
decidió por su clase. Sería una de las piezas del equipo que dirige.
“La adaptación se me ha hecho un poco complicada por muchas
cosas: el ritmo de juego, la exigencia, por la manera como se trabaja el día a
día en el equipo. Los entrenamientos son más fuertes, algo largos”, apunta
Díaz, de 23 años y en su cuarto equipo profesional, tras pasar por Zamora,
Petare y Mineros. “Esas cosas, al cambio, se nota un poco. Siempre te termina
costando. Pero gracias a Dios he trabajado muy bien, estoy con muchas ganas de
triunfar, de hacer las cosas bien y estar siempre en el once titular”.
“Desde mis inicios tuve muy buenas personas a mi lado, que
siempre me aconsejaron, me ayudaron”, señaló el volante. “Tuve la fortuna de
llegar a Zamora, que me abrió las puertas para debutar en primera. Allí di mis
primeros pasos. Gracias a Dios estoy en un gran equipo como el Cosmos.
Agradezco a las personas que siempre me apoyaron”.
Se unió al conjunto de la Gran Manzana en la North American
Soccer League, el antiguo torneo que catapultó mediáticamente Pelé en los años
70.
“Son pocos equipos, la temporada es corta, pero bastante
exigente. El método de juego es muy rápido, muy fuerte, tiene mucho choque y
siempre te termina costando. En Venezuela el fútbol es rápido, pero tiene sus
pausas. Aquí te exigen mucho”.
Savarese ha utilizado a Díaz en seis compromisos, en los
que lleva 242 minutos jugados, con un gol marcado ante el San Antonio
Scorpions.
“Nosotros, desde el primer día, ya sabíamos cómo jugar: un
4-2-3-1. He tenido la oportunidad de jugar recostado a la banda izquierda.
Somos tres ofensivos y el profe siempre pide que tengamos mucho movimiento,
compromiso a la hora de agarrar la pelota. Siempre debemos tener la visión de
definir los partidos, o filtrarle la pelota a los compañeros que vengan desde
atrás o a los delanteros”.
No existe un trato preferencial para con el apureño por
parte de Savarese, aunque no faltan los consejos.
“El trato es igual para todos”, destaca Díaz. “El hecho de
que sea venezolano no distingue, no da preferencias. Me exigen un poquito más
para hacer las cosas bien, de trabajar aún más. Es una oportunidad que se me
está brindando”.
“Es un gran entrenador y una excelente persona, con muy
buena comunicación con sus jugadores. Hablamos mucho dentro y fuera de la
cancha. Me pide que me quede tranquilo, que siga trabajando igual, que cada día
me ve mejor. Eso te llena de compromiso, de dar lo mejor de sí día a día.
Cuando se trabaja bien, los frutos se recogen”.
Uno de los que más ha impulsado al mediocampista es Marcos
Senna. Campeón con España en la Eurocopa de 2008, el hispano-brasileño aporta
su experiencia en la zona medular.
“Es un gran jugador. Todos conocemos lo que ha hecho, lo que
sigue haciendo. Una excelente persona. Fue de los primeros compañeros que se
acercó a mí y me preguntó muchas cosas. Eso te llena de entusiasmo, que se
acerque y te ayude. Me corrige, me dice que debo saber cuándo jugar uno contra
uno, tocar la pelota o hacer pausa. Me ayuda a ordenarme en la cancha y en lo
táctico siempre me está corrigiendo”.
Lanza en mano, Diomar Díaz continúa luchando para
establecerse en Nueva York. “La vida es muy diferente, algo dura, porque no
hablo inglés y extraño a mi familia, a los amigos. Estaba acostumbrado a hacer
otras cosas y la adaptación se hace algo difícil”. Pero el llanero es del
compromiso que se le presenta. A punta de goles conquistará Nueva York.
Con la bendición del “Rey”
“Fue muy emotivo conocer a una leyenda del fútbol mundial
como Pelé. Un histórico, no solo del Cosmos, sino del fútbol mundial. En una
cena del equipo tuve la oportunidad de conocerlo, de cruzar algunas palabras,
solo saludos. Muy feliz, conocí no solo a Pelé, sino a Carlos Alberto. Eso te
llena de emoción, de muchas cosas bonitas”.
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