Un equipo disciplinado, que no se rinde nunca, que batalla hasta el último segundo del partido y que deja el alma en cada intervención. Los guerreros del general Rafael Dudamel han hecho temblar los cimientos del fútbol suramericano en lo que va del torneo continental sub 17.
Apoyada en la ofensiva letal del zuliano Andrés Ponce, la magia de Ronaldo Peña y la seguridad de Beycker Velásquez, esta selección vinotinto que consiguió el cupo al Mundial de Emiratos Árabes Unidos y que se mantiene, a falta de una jornada, al frente de la clasificación, manifestó un poderío que lo mantiene por encima de potencias tradicionales como Argentina o Brasil.
Dudamel comandó más de una docena de concentraciones durante el año antes del evento. El exarquero vinotinto, cuya experiencia previa en el banquillo se remonta a conducir a Estudiantes de Mérida, armó un equipo basado en el orden en todas las líneas.
El timonel yaracuyano innovó desde la confección del once inicial: utilizó un 3-5-2, con Ponce y Peña como los arietes, aunque con el llanero generando más jugadas para el zuliano. En el fondo, cooperando con Velásquez, se situaron como torres Juan Tineo, José Luis Marrufo y el capitán Franko Díaz (en su lugar durante su suspensión por tres partidos estuvo Andrés Benítez).
El copado mediocampo tuvo en David Zalzman a uno de sus puntales, junto con Benítez, José Caraballo, Francisco LaMantia y Jhonny Camacho.
Los suplentes estuvieron a la altura y Dudamel supo mover sus piezas. Luis Rodríguez, Eduardo Maceira y Nicolás Márquez encendieron —Venezuela comenzó perdiendo en los últimos tres partidos del hexagonal, que terminaron 1-1 ante Brasil, 2-1 contra Perú y 1-1 frente a Uruguay— la fiesta desde la banca.
“La grandeza de estos jugadores de 15-16 años de entender como adultos que es importante el que abre, pero con el que viene de alternativa se puede ganar o terminar de perder un partido, y ellos siempre entrar para ganar”, apuntó Dudamel, culminado el duelo de ayer en el estadio Juan Gilberto Funes.
Ahora, apunta más lejos: ganar el primer Suramericano de fútbol, inédito en cualquier categoría. La historia espera.
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