El César Farías más humano apareció luego del triunfo de Venezuela en Paraguay, anoche. Lloró, ofreció disculpas por “la novela” armada contra Salomón Rondón y Juan Arango antes del reinicio eliminatorio, agradeció a la Virgen del Valle y citó a Mahatma Gandhi, todo en la zona mixta en el estadio Defensores del Chaco.
Un inconveniente en la rueda de prensa hizo que el seleccionador cortara su intervención. Un fanático local le increpó (“Farías puto”, le dijo, aunque otros apuntan que señaló “Fuera Napout”, el presidente de la Asociación Paraguaya del Fútbol) y el sucrense decidió no ofrecer sus palabras en la conferencia. Sí lo hizo en el camino al autobús.
Saco gris, camisa blanca y corbata rojiza, primero calmado y luego con la emoción a flor de piel, el sucrense evocó al líder de la India, Gandhi, en una frase que vio esta semana. “Pasamos por esas circunstancias. ‘Primero te ignoran, después se ríen de ti, después te atacan y después te toca ganar”, indicó el estratega. “En estos cinco años hemos pasado por eso. Hemos paseado por Suramérica recibiendo insultos, piedra, botellas, que en la rueda de prensa me insulten y me digan barbaridades. Es parte del fútbol. Nosotros lo que sí entendemos es que esas cosas no pasan en Venezuela ni queremos que pasen”.
Confesó que tenía decidido irse del cargo de seleccionador si caía en Asunción: hubiese sido la tercera caída en fila, luego de Chile (2-0) y Perú (2-1).
Se le quebró la voz. ¿Mucha presión?, preguntó un periodista. “Mucha”, respondió el entrenador. “Uno tiene valores que le enseñó su familia. Si perdía hoy, me iba, porque tengo dignidad. No estoy detrás de la puerta de nadie esperando a que se caiga. Hoy demostramos que estamos en el camino correcto. Pensamos 24 horas en esto”.
“Sabía que no íbamos a perder, sino a jugar para ganar”, apuntó, respecto a su estrategia dentro del campo, con dos delanteros y hasta tres volantes con tendencia ofensiva. “Le agradezco a estos jugadores que creen en lo que hacemos. No es fácil decir vamos a Paraguay y vamos a atacarlo, a esconderle la pelota, a sumarle siete tipos para llegar allá, vamos a invadirle la cancha, a abrir la cancha. Metimos a cuatro jugadores con categoría de enganche”.
Y recordó todas las críticas que emitió luego de la ausencia de Salomón Rondón y Juan Arango del empate a uno en Japón. Se justificó: “La ambición y la necesidad no se nos olvidan. Esos jugadores están hechos para triunfar y nosotros estamos para sacarles lo mejor a ellos. Sacarles lo mejor es también es llamarles la atención cuando es necesario. Disculpen los excesos, pero todo lo hemos hecho para ir al Mundial”.
Luego de dedicarle el triunfo a la Virgen del Valle, patrona del pueblo oriental, ratificó el compromiso con el país: “La selección está en una lucha muy bonita para llegar al Mundial. Claro que podemos”.
Se sacó una espinaFarías recordó que Paraguay era la única selección de Suramérica a la que le faltaba vencer. Y de qué manera lo hizo: de visita y en las eliminatorias. Se sacó, también, la espina de la Copa América, en la que ganaron los guaraníes en semifinales y por penales. “Esta selección era la única que me faltaba ganarle. Habíamos empatado dos veces en la Copa América, veíamos los videos y decíamos que merecíamos haber sido finalistas. Sabíamos que podíamos sorprender”, señaló.
Un inconveniente en la rueda de prensa hizo que el seleccionador cortara su intervención. Un fanático local le increpó (“Farías puto”, le dijo, aunque otros apuntan que señaló “Fuera Napout”, el presidente de la Asociación Paraguaya del Fútbol) y el sucrense decidió no ofrecer sus palabras en la conferencia. Sí lo hizo en el camino al autobús.
Saco gris, camisa blanca y corbata rojiza, primero calmado y luego con la emoción a flor de piel, el sucrense evocó al líder de la India, Gandhi, en una frase que vio esta semana. “Pasamos por esas circunstancias. ‘Primero te ignoran, después se ríen de ti, después te atacan y después te toca ganar”, indicó el estratega. “En estos cinco años hemos pasado por eso. Hemos paseado por Suramérica recibiendo insultos, piedra, botellas, que en la rueda de prensa me insulten y me digan barbaridades. Es parte del fútbol. Nosotros lo que sí entendemos es que esas cosas no pasan en Venezuela ni queremos que pasen”.
Confesó que tenía decidido irse del cargo de seleccionador si caía en Asunción: hubiese sido la tercera caída en fila, luego de Chile (2-0) y Perú (2-1).
Se le quebró la voz. ¿Mucha presión?, preguntó un periodista. “Mucha”, respondió el entrenador. “Uno tiene valores que le enseñó su familia. Si perdía hoy, me iba, porque tengo dignidad. No estoy detrás de la puerta de nadie esperando a que se caiga. Hoy demostramos que estamos en el camino correcto. Pensamos 24 horas en esto”.
“Sabía que no íbamos a perder, sino a jugar para ganar”, apuntó, respecto a su estrategia dentro del campo, con dos delanteros y hasta tres volantes con tendencia ofensiva. “Le agradezco a estos jugadores que creen en lo que hacemos. No es fácil decir vamos a Paraguay y vamos a atacarlo, a esconderle la pelota, a sumarle siete tipos para llegar allá, vamos a invadirle la cancha, a abrir la cancha. Metimos a cuatro jugadores con categoría de enganche”.
Y recordó todas las críticas que emitió luego de la ausencia de Salomón Rondón y Juan Arango del empate a uno en Japón. Se justificó: “La ambición y la necesidad no se nos olvidan. Esos jugadores están hechos para triunfar y nosotros estamos para sacarles lo mejor a ellos. Sacarles lo mejor es también es llamarles la atención cuando es necesario. Disculpen los excesos, pero todo lo hemos hecho para ir al Mundial”.
Luego de dedicarle el triunfo a la Virgen del Valle, patrona del pueblo oriental, ratificó el compromiso con el país: “La selección está en una lucha muy bonita para llegar al Mundial. Claro que podemos”.
Se sacó una espinaFarías recordó que Paraguay era la única selección de Suramérica a la que le faltaba vencer. Y de qué manera lo hizo: de visita y en las eliminatorias. Se sacó, también, la espina de la Copa América, en la que ganaron los guaraníes en semifinales y por penales. “Esta selección era la única que me faltaba ganarle. Habíamos empatado dos veces en la Copa América, veíamos los videos y decíamos que merecíamos haber sido finalistas. Sabíamos que podíamos sorprender”, señaló.
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