Lino Alonso, el sembrador de futbolistas


El acento español, gallego para más seña, lo mantiene intacto, a pesar de tener más de treinta años en Venezuela. Su cabello cano, con la barba tipo candado y su figura bonachona son más que reconocidas en el país, además de su capacidad de trabajo en pro de las categorías inferiores del balompié nacional.

Lino Alonso, exseleccionador nacional y actual asistente técnico de César Farías, será condecorado hoy por la Confederación Suramericana de Fútbol por su trayectoria en el fútbol continental. Gracias a su trabajo la Vinotinto ha tenido resonancia con títulos, como los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1998.

“He contribuido con mi trabajo para con toda esta generación”, afirmó durante su reciente visita al Zulia, en el marco del campamento Harina PAN-Real Madrid, donde actuó como scout. “Ése es el trabajo que tenía asignado, no me abrogo ninguna cosa. Siempre me voy contento con todos los colaboradores, los que recibieron mensajes o hicieron cosas por el fútbol en sus comunidades”.



Nacido en la gallega población de Orense, el 6 de junio de 1956, transita por el camino del fútbol desde los 13 años. Arribó a Venezuela para difundir sus conocimientos y aquí se quedó: llegó a ser técnico nacional en 1995, y ha estado siempre vinculado a las categorías juveniles.

“En este momento es fácil ver nacer a las estrellas en el fútbol venezolano. Crecer es más difícil, porque son muchos”, consideró, lanzando una especie de parábola sobre los jugadores criollos:

“Antes teníamos en un despoblado un arbolito. Luego otro árbol. A esta edad, es un bosque. Dentro del bosque se imponen ciertos árboles por el tipo de terreno o por la variedad de árboles. En este momento hay un bosque, y quisiéramos que pudieran salir árboles bien grandes, bien fuertes, buena madera que durara mucho. Pero el árbol depende de la raíz: lo que se ve del árbol para arriba depende de lo que tiene del terreno para abajo. Qué valores traen, forma de vida y aceptación a lo que conseguirán, como en el bosque el viento, el agua, la tala, la quema. Siempre sobrevive el más fuerte o el mejor ubicado”.

En los Centroamericanos y del Caribe del 98, celebrados en Maracaibo, Alonso lideró un equipo de jóvenes figuras, en el que destacaban Cristian Cásseres, Jorge Alberto “Zurdo” Rojas, Leopoldo Jiménez, Alexander “Pequeño” Rondón y Daniel “Cari Cari” Noriega.

La final, celebrada en el “Pachencho” Romero, fue ganada por aquel equipo con el uniforme del mapa en el pecho por 3-1, con dos goles de Noriega y uno de Cásseres. “Fue una generación trabajada con una motivación al logro, no al poder de jugar bien, sino al logro”.

Es una de las grandes alegrías en su carrera. “Por resultados, los Centroamericanos de 1998, una piedra bien ubicada. Luego, el Mundial juvenil de 1999 y el logro de la medalla Centroamericana y del Caribe en femenino. Son los grandes logros para nosotros. Los otros son partidos, los resultados”.

 “Siempre trabajé con una esperanza, con un optimismo. Aquellos momentos no nos dejaron cicatrices, sino cosas positivas, veo que cada vez podemos incorporar más recursos, optimización. Ahora los escenarios están más cerca de la población, no hay que atravesar la ciudad, cualquiera puede entrenar en canchas de grama artificial, todos sin distinción, se abren escuelas... yo estoy muy contento”, confesó.

Alonso describió al jugador venezolano en general. Lo ha visto nacer y crecer: hoy disfruta los triunfos. “El jugador venezolano es muy completo ya, tanto en la parte humana, que influye en la parte intelectual, en la técnica y en el juego”.

Como característica del futbolista criollo, Alonso resalta “el atrevimiento. El jugador venezolano tiene una actitud permanente dentro del juego, no es casi estático, el venezolano se mueve, es inquieto. Nunca está en el mismo sitio, hurga. En el juego está así. Antes teníamos menos buenos jugadores, menos participantes en las menores. El jugador se traía entre lo que veías, ahora vienen, hay que esperarlos, hay que estar preparados para recibirlos y poder encaminarlos. Hoy los traen los padres. Dejaron de trabajar hoy para que tengan un porvenir en el fútbol”.

El gallego —amante de las parrilladas, el vino y la playa— es la mano derecha de Farías en el combinado nacional. El sucrense cuenta con la sabia palabra de Alonso en la guerra que encabezan para clasificar a Venezuela al Mundial 2014.

“El logro que nos está costando más es ir al Mundial. Es cerrar un ciclo de trabajo. Todos los logros anteriores han sido importantísimos, pero el más importante será el ir a un Mundial. Es darle la satisfacción a todo un país, todo un pueblo”.

Comentarios

  1. para carlos espejo y todods los niños de la escuela de futbol el triunfo fc lino es el gran padre del futbol y gran amigo gracias a lino estamos contando con dotacion deportiva de las enpresas privadas lino todo el estado guarico y venezuela se siente orgullo de tenerte entre nosotros tambien doy gracias al profesor roiman guzman al sr toro precidente de la asociacion de futbol de guarico por estar al nuestro pendiente por eso es que el futbol esta avanzando a pasos agigantados por este tipo de personas que si les importa los niños venezuela y todos nosotros gracias mi gente el futbol los ama y nosotros tambien viva el futbol viva lino viva roima viva toro viva venezuela viva la vinotinto y viva el triunfo fc amen por siempre

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  2. Tú no has oído a los gallegos hablar... Eso de que mantiene el acento intacto es muy discutible

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  3. no tiene el acento español ya no

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