Alguna vez pensó que el fútbol era sólo un hobbie para él. Hijo menor de una familia de educadores, comenzó a estudiar Ingeniería Mecánica en la Universidad del Zulia. Pero el sonido del balón rodando y entrando hasta el fondo de las mallas pudo más: Edgar Rito estaba ganado para el área chica, el de los goleadores.
El domingo marcó dos para el Zulia FC, en la goleada 4-1 sobre el Aragua en la fecha seis del Apertura, en Maracay. Pero las cosas no han sido fáciles para el orgullo del marabino sector Raúl Leoni: tuvo que pasar muchas frustraciones antes de vivir este momento estelar.
“Cuando a uno no lo convocan, o está de suplente, uno se preocupa”, confesó a PANORAMA, ayer. “Hablo mucho con mi mamá, me ayuda, me dice que me revise, que haga autocrítica. Tenía que trabajar más, hacerlo el doble, y a eso me dediqué. El técnico (Alex García King) me dio la confianza, me he ganado los minutos haciendo buen fútbol o a punta de goles. Y están llegando”.
Fundamental en su vida es su madre, la educadora Zaida Manzanilla de Rito. Sus cuatro hijos estuvieron, de una u otra forma, dedicados al deporte como afición. Pero sólo Edgar, atacante de 1,80 metros, 75 kilos y 23 años, lo hizo una profesión.
“Jugué fútbol de salón hasta los 17 años. Cargaba la controversia, porque primero jugué fútbol en La Rotaria, y después fútbol de salón en la selección del Zulia, jugando de pívot. Después me fui a la sub 17 del Unión, pero no veía entonces al fútbol como una forma de vida”. Incluso, disputó un Mundial, un torneo Grand Prix, con la selección venezolana de fútbol sala.
Hasta que llegó Carlos Maldonado, cuando dirigió al Unión Atlético Maracaibo, donde Rito estuvo en las juveniles para pasar luego al Zulia, convenciéndole de ver al balompié como su vida misma.
“Aunque no he ganado nada aún, quiero hacerlo”. Su sueño es llegar al fútbol europeo, como alguna vez lo hizo su ídolo, el brasileño Ronaldo.
Atacante de peso, notable ariete, que busca siempre estar ubicado en el momento y lugar exacto, Rito anotó sus dos primeros tantos del Apertura 2011 el domingo en el “Hermanos Ghersi”.
Incluso, en el primer gol le tocó recibir una patada en la boca para marcar de cabeza, tras una pelota rifada. La segunda diana ocurrió tras una galopada de Gustavo Rojas, centrando para rematar de pie.
Como una máquina, de esas que le tocará armar cuando continúe con su carrera de Ingeniero mecánico, que retomará el próximo mes.
Éder Hernández y Santiago Davio redondearon el triunfo negriazul, que los llevó al quinto puesto.
“Supimos capitalizar las oportunidades que se nos dieron, fuimos bastante contundentes”, apuntó. Que la máquina siga funcionando.
El domingo marcó dos para el Zulia FC, en la goleada 4-1 sobre el Aragua en la fecha seis del Apertura, en Maracay. Pero las cosas no han sido fáciles para el orgullo del marabino sector Raúl Leoni: tuvo que pasar muchas frustraciones antes de vivir este momento estelar.
“Cuando a uno no lo convocan, o está de suplente, uno se preocupa”, confesó a PANORAMA, ayer. “Hablo mucho con mi mamá, me ayuda, me dice que me revise, que haga autocrítica. Tenía que trabajar más, hacerlo el doble, y a eso me dediqué. El técnico (Alex García King) me dio la confianza, me he ganado los minutos haciendo buen fútbol o a punta de goles. Y están llegando”.
Fundamental en su vida es su madre, la educadora Zaida Manzanilla de Rito. Sus cuatro hijos estuvieron, de una u otra forma, dedicados al deporte como afición. Pero sólo Edgar, atacante de 1,80 metros, 75 kilos y 23 años, lo hizo una profesión.
“Jugué fútbol de salón hasta los 17 años. Cargaba la controversia, porque primero jugué fútbol en La Rotaria, y después fútbol de salón en la selección del Zulia, jugando de pívot. Después me fui a la sub 17 del Unión, pero no veía entonces al fútbol como una forma de vida”. Incluso, disputó un Mundial, un torneo Grand Prix, con la selección venezolana de fútbol sala.
Hasta que llegó Carlos Maldonado, cuando dirigió al Unión Atlético Maracaibo, donde Rito estuvo en las juveniles para pasar luego al Zulia, convenciéndole de ver al balompié como su vida misma.
“Aunque no he ganado nada aún, quiero hacerlo”. Su sueño es llegar al fútbol europeo, como alguna vez lo hizo su ídolo, el brasileño Ronaldo.
Atacante de peso, notable ariete, que busca siempre estar ubicado en el momento y lugar exacto, Rito anotó sus dos primeros tantos del Apertura 2011 el domingo en el “Hermanos Ghersi”.
Incluso, en el primer gol le tocó recibir una patada en la boca para marcar de cabeza, tras una pelota rifada. La segunda diana ocurrió tras una galopada de Gustavo Rojas, centrando para rematar de pie.
Como una máquina, de esas que le tocará armar cuando continúe con su carrera de Ingeniero mecánico, que retomará el próximo mes.
Éder Hernández y Santiago Davio redondearon el triunfo negriazul, que los llevó al quinto puesto.
“Supimos capitalizar las oportunidades que se nos dieron, fuimos bastante contundentes”, apuntó. Que la máquina siga funcionando.
Comentarios
Publicar un comentario