Salta recibió como propia a la Vinotinto

Ciudad pequeña, de tendencia a lo sencillo y con base en lo rural, Salta recibió a Venezuela como si fuese el grupo de hijos que vuelve a casa, el lunes, a su llegada.

En el aeropuerto Martín de Güemes (llamado así en honor a un héroe local de la Independencia argentina), la recepción estuvo a cargo de las autoridades de la ciudad. El recibimiento incluyó actividades folkloristas, resaltando los colores vinotinto (rojizos oscuros, más bien) de la ciudad. 


Los entrenamientos de los nacionales son, en las mañanas, en el predio de Confraternidad, y por las tardes, en el estadio de Gimnasia y Tiro, uno de los equipos de la región norteña. La Vinotinto se encuentra hospedada en el céntrico hotel Alejandro I, cinco estrellas.

César Arjona, un habitante de la ciudad, afirmó a PANORAMA que Venezuela genera expectación y "simpatía, ya por el hecho de sacar un empate a Brasil, que todos aquí celebramos. Esperamos que puedan llegar lejos en la copa".

Salta es una localidad con la calma de los Andes venezolanos, de calles estrechas, con pocos  semáforos, pero con grandes plazas, como es usual en Argentina. Los negocios cierran entre las 3:00 pm y las 6:00 pm, para descansar.

El centro es colonial, atractivo y colorido, pero siempre modesto, sobre todo en comparación con la imponente Buenos Aires.

La población no pasa de los 600 mil habitantes, y tiene fuerte influencia indígena y mestiza. Está situada en los límites argentinos con Bolivia y Paraguay.

Siendo fría y recordando que está en el período invernal, la temperatura es un poco más benévola que en Buenos Aires: el promedio se ubica alrededor de los 5-10 grados centígrados.  Sin embargo, el año pasado nevó durante cuatro días en el mes de julio. 

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