La batalla de Mendoza

Deportivamente, el triunfo paraguayo en penales sobre Venezuela, por las  semifinales de la Copa América, fue un combate que dejó como saldo las bajas por lesión de Grenddy Perozo, Alejandro Moreno y Juan Arango por la Vinotinto, y de Roque Santa Cruz por la albirroja.

Pero extradeportivamente también fue una batalla, la batalla de Mendoza.

El partido terminó con choques entre los planteles de ambos equipos. Las provocaciones entre los técnicos de los equipos, el venezolano César Farías y el argentino Gerardo "Tata" Martino -que terminó en la tribuna por expulsión-, y los roces en el campo de los jugadores, desembocaron en un huracán de golpes y patadas, la mayoría sin destino cierto, pero siempre con algún susto.



Martino (expulsado por segunda vez en el torneo, la primera ocurrió en el duelo por el grupo B ante Brasil), le repitió a Farías "Bobo, a quién te comiste", cuando el seleccionador sucrense pidió que saliera del campo, luego de la roja sufrida por ofender al árbitro mexicano Francisco Chacón, al 95. Antes de eso ya se habían intercambiado ofensas.

En el campo, durante el partido, el paraguayo Néstor Ortigoza buscó alterar a algún vinotinto con sus gestos, con el ánimo de lograr reacciones que ocasionaran dejar a los criollos con 10 futbolistas. Jonathan Santana, por doble amonestación, recibió una roja al 102. 

Hasta que comenzaron las escaramuzas, con la definición por penales ganada por Paraguay 5-3 (después del 0-0 en los 120 minutos).

"No buscamos ningún quilombo, ni nada por el estilo. Ellos estaban calientes. Tratamos de irnos a los vestuarios y sacar a los jugadores", dijo Ortigoza. La realidad mostró que sí existieron bravatas por parte de los guaraníes, sacando la lengua y repitiendo "a casita, a casita", como burla para los criollos.



"Si pasaron, pasaron, no tienen que decir nada", juzgó Salomón Rondón, uno de los más molestos. "Si se hubiesen comportado de una manera adecuada, bien, pero empezaron a decir cosas, creo que un directivo de ellos dijo cosas, y pasó lo que pasó. Nos agarraron calientes y uno en esos momentos no se puede controlar".

La indignación se apoderó de Rondón, Nicolás "Miku" Fedor, Leo Morales y el preparador Fabián Bazán, además del seleccionado Farías. Durante cinco minutos el campo del Malvinas Argentinas recibió una guerra que hizo honor a su nombre.

En lo meramente deportivo, el central zuliano Perozo, de gran accionar durante la Copa América Argentina 2011, salió fracturado del partido de semifinal entre Venezuela y Paraguay, y estará sin ver acción por un tiempo estimado de tres meses.

Perozo sufrió una "fractura del quinto metatarsiano" en el pie izquierdo, según explicó a PANORAMA el médico de la selección, el doctor Gerardo Cañas. "Es una fractura por estrés. Ocurre por sobrecarga, son lesiones crónicas, el hueso se va sobrecargando y entonces sucede la fractura".

Mientras, Moreno recibió un pisotón accidental y terminó con "un traumatismo en la mano izquierda, fractura del dedo anular"; Arango, el día anterior padeció un desgarro en la pierna zurda, aumentando el dolor durante el compromiso.

Por Paraguay, Santa Cruz cayó también en combate. Ya estaba resentido previamente, pero "Tata" Martino le dio ingreso al 74, saliendo seis minutos más tarde por

Santa Cruz y Aureliano Torres, por lesiones, no estarían ante Uruguay en la final; el portero Justo Villar, héroe ante Venezuela, también quedó golpeado en una pierna, y lo tratarán de recuperar de cara al domingo, al igual que Iván Piris. 

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