Cuestión de orgullo

Cuatro puntos en la frente tuvo que requerir Grenddy Perozo luego de que sufriera un golpe en una jugada fortuita contra un delantero ecuatoriano: sus salidas momentáneas del campo fueron los momentos más apremiantes de Venezuela ante la selección meridional, en el triunfo 1-0 del pasado sábado en Salta.

Ver al zuliano jugando luego del corte, salir una y otra vez sangrando, mientras sus diez compañeros resistían ante un equipo portentoso físicamente demostró que este equipo venezolano no sólo tiene elementos técnicos y habilidosos, sino que le sobra el coraje, el pundonor y el orgullo.


La salida de Perozo del campo, en el primer tiempo durante seis-siete minutos para ser cosido, y en el segundo por cinco minutos para colocarle una banda en la cabeza, con la intención de frenar el sangrado, obligó a que Franklin Lucena retrocediera para defender en la zaga central junto con Oswaldo Vizcarrondo.
La polivalencia del llanero, ficha del Caracas FC, es otro sello del equipo de César Farías: cualquiera ataca, cualquiera defiende. Es ley.

Con Lucena y Vizca defendiendo, el atacante Juan Arango bajó también a cooperar con Gabriel Cichero en la banda izquierda, despejando cuanto balón le pasara por el frente. Tomás Rincón se multiplicó en el medio campo, rompiendo juego, como es su especialidad.  Renny Vega tapando todo, amargándole la vida al rival con su dominio del área.

"Estábamos bastante preocupados, con un jugador menos. Gracias a Dios tenemos un jugador polivalente como Lucena, que puede cumplir cualquier función defensiva en la cancha. Luego se integró Grenddy, para aportarle al equipo", explicó Vizcarrondo.

Y regresó Perozo, ahora con su venda cubriendole la frente, la imagen perfecta de un guerrero en media batalla. Se unió a sus compañeros, logrando mantener el muro venezolano en alza: dos partidos jugados contra dos gigantes -Brasil y Ecuador- con dos ceros tan grandes como catedrales.

"Pudimos mantener nuestra valla en cero, se nos ha dado en los dos compromisos, y eso nos da la seguridad y la tranquilidad para seguir afrontando el resto de la copa", recalcó Marcos Mathías, asistente técnico de Farías y uno de los arquitectos del orden defensivo, al finalizar el partido.

Es la muestra más fehaciente: esta Vinotinto destila orgullo. El coraje de ser venezolano trasladado a un campo de juego.