La noche del lunes nació la leyenda. Antes era sólo una historia que comenzaba a contarse: hijo de una familia de colombianos venida a Venezuela en la búsqueda de una mejor oportunidad —como otro estandarte del fútbol nacional, Juan Arango—, la pelota fue su primer juguete. En los terrenos del duro barrio de Cardonal Norte forjó su fútbol de picardía, chispa, alegría. El toque del pequeño futbolista pasó por el fútbol de salón, por la Casa D’Italia, hasta llegar al Unión Atlético Maracaibo, donde la regla del juvenil sub 20 lo hizo debutar de la mano de Gilberto Angelucci, el 5 de agosto de 2007, ante el Deportivo Anzoátegui (1-1, jugó 72 minutos).
“Fue difícil. Me llegaban muy rápido los jugadores, con mucha presión, pero a los 10 minutos empecé a agarrarle el ritmo”, contó al diario PANORAMA un día después del estreno. La timidez ha cedido un poco desde entonces, pero la sencillez es la misma.
Con el bicolor pasó las maduras y las verdes (en ese orden). En la buena época, se fue haciendo un hueco entre nombres ilustres como los de Gabriel Urdaneta y Jorge Alberto “Zurdo” Rojas. Poco a poco ganaba minutos en el campo y admiración en el corazón de los zulianos.
Pero llegaron las vacas flacas y la antigua administración del Unión no le cumplió lo prometido en sueldos y beneficios. Era el comienzo del hundimiento azulgrana, y allí emergía la figura de un golpeado Yohandry, al que se le prohibió jugar con otro equipo durante largos meses. Finalmente, logró salir del Unión para recalar, antes del Mundial juvenil de Egipto 2009, en el Zulia FC.
Allí pasó casi desapercibido, pero la semilla germinaba. En 2010, con César Farías confiando en su clase, Orozco tuvo minutos y juego. Se convirtió en líder ofensivo del Zulia FC y de la sub 20 nacional.
La noche del lunes, su golazo ante Perú significó su explosión en el ámbito internacional. Desde España hasta Argentina, su nombre sonó con fuerza. Muchos se frotan las manos esperando un destino jugoso en dinero y fama, pero Yohandry, el muchachito de Cardonal Norte, no se desespera por esto.
Su mayor obsesión es jugar con la pelota, donde sea. Así se forja una leyenda.
Dos puntos se vislumbran en el futuro inmediato del dorsal 10 vinotinto. El primero, para Yohandry, la persona: ¿cómo manejar tanta presión mediática y de los "amigos" que siempre aparecen cuando las cosas están bien?. El segundo, para Orozco, el jugador: ¿cuándo llegará el momento de salir al fútbol internacional?
En la madurez que ha acumulado con el roce de partidos, y en la humildad que le inculcaron sus padres desde pequeño están la respuesta a la primera pregunta. Sin embargo, no es lo mismo ahorita, cuando es un crack en crecimiento, que cuando lluevan los contratos multimillonarios, el dinero y la fama.
Para la segunda pregunta, todo depende del destino del futbolista. El técnico César Farías, en una entrevista con PANORAMA, había afirmado que el jugador venezolano debe salir luego de haberse cimentado como figura en el país y de haber disputado, por lo menos, una copa internacional. Para el sucrense, la edad ideal para salir es 23 años.
No me imagino a la familia de Orozco, o al mismo Orozco, de 19 años, esperar dos o tres más para vestir la camiseta de un equipo en el exterior. Lo ideal es que, al seleccionar el equipo, tenga la oportunidad de ver minutos, no de pulir banca (como fue en el caso de Rafael Romo al irse al Udinese, o peor, el de José Manuel Velázquez en Villarreal, donde ni siquiera era convocado).
Del apuro sólo queda el cansancio, o bien la desilusión. Orozco es joven y con un futuro brillantísimo. Hay que tener mucha mano zurda, tan zurda como su pie, para acertar en su destino.
Humberto la verdad la has dicho con todas las palabras, esperemos que la situacion economica actual y la oportunidad de emigrar a un grande para ver jugar a otros no arruinen la brillante carrera de Yoandry, me gusta la opcion de PSV o Ajax.
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