La violencia va ganando por goleada

Foto Miguel Vallenilla
Ya con el partido bien avanzado, la violencia le sigue ganando la partida al fútbol venezolano, y por goleada. El torneo Apertura 2010 se ha convertido en el campo de combate para los irracionales, y ya el problema parece escaparse de las manos de la Federación Venezolana de Fútbol.

El domingo, en la fecha 14, el estadio Olímpico se convirtió en el último escenario de la vergüenza. Todo ocurrió después del empate a dos entre el local, Caracas FC, y el Deportivo Petare, cuando  un grupo pequeño de la barra del equipo rojo evitó que la seguridad interna del estadio  actuara, lanzando botellas.

 Entraría la Policía Metropolitana a reprimir a los aficionados, violentamente y utilizando hasta las sillas del estadio Olímpico, sin distinguir entre “justos y pecadores”. Ayer, el Consejo General de Policía (CGP) reconoció los excesos, el “uso desproporcionado de la fuerza en contra de los fanáticos, entre los que había personas con movilidad reducida  y niños, niñas y adolescentes”.

El CGP instó al Consejo Disciplinario de la Policía Metropolitana a establecer responsabilidades, y a la Fiscalía General de la República y la Defensoría del Pueblo a actuar.

No es la primera vez que ocurren desórdenes en el Olímpico: en la Copa Libertadores 2010 y en otros compromisos de los torneos Clausura  y Apertura 2010 fueron públicos y notorios. Pero la intervención brutal de la policía, en un partido televisado para el exterior, magnificó el hecho de violencia, apenas el último de dos semanas de locura.

Ya en la jornada 13, la barra de Trujillanos se enfrentó con la Policía Regional en el   “Pachencho” Romero, de Maracaibo;  y radicales de Aragua y  Carabobo, así como los de El Vigía en el duelo contra el Táchira, hicieron de las suyas.
  
En el Zulia, la Brigada Especial de la Policía Regional  trabaja en las áreas destinadas a los eventos deportivos y de espectáculos. El deber ser es que utilicen equipos antimotines, pero reconoce Odalys Caldera, secretaria de Seguridad y Orden Público de la Gobernación del Zulia,  que no será sino hasta el próximo año que lleguen.

  “Nuestros policías tienen una formación en la que se les indica que deben tener unos niveles de tolerancia importantes. Pero no van a tolerar que los humillen”, recalcó. “El público debe respetar a la autoridad, y el oficial, con su comportamiento y probidad, debe dar ejemplo”. 

La FVF actuó con sanciones sobre los equipos implicados en los hechos de violencia de la fecha 13. Pero ayer solo emitió un tibio comunicado (en forma de entrevista) a través del vicepresidente Laureano González, en el que repudia y condena “todo acto de violencia contra las personas y los bienes que sirven de sostén a la actividad del fútbol”.

 Nelson Carrero, ex jugador de  fútbol y hoy abogado, aumenta el grado de responsabilidad de la FVF, reconociendo, además,  los problemas que generan los seguidores.

¿Cómo frenar a los violentos, del lado que sean? “Hay que aplicar la ley, sancionar muy fuerte a la gente que va a perturbar los partidos”, destaca Carrero, subrayando la frase “aplicar la ley”. El objetivo es remontar y ganarle el juego a la violencia.

Hoja de ruta a la paz
1  Rechazo a los fanáticos violentos, aplicación de la ley y apartar su presencia, a través de imágenes difundidas entre los equipos, para evitar su ingreso a los estadios.

2  Depuración de la policía y realización de cursos para tratar a los fanáticos. Entrega de armamento acorde al espectáculo (equipos antimotines). Llegada de las autoridades a tiempo al estadio. 

3  Sanciones pecuniarias al club local si falló en el tema de la organización en la seguridad. Medidas especiales, como clausura del estadio o rebaja de   puntos en la tabla clasificatoria.

4  La Federación Venezolana de Fútbol debe aplicar con severidad los reglamentos, sin retardos ni diferencias entre equipos. Debe hacer valer todos los cuerpos legales  sin distingos.

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