Jimmy Jump: "Me gustaría saltar en el Pachencho"

A propósito del salto de Jimmy Jump en la final del Mundial de Suráfrica 2010, publico una entrevista que le hice al personaje en 2007.

Bajar a los campos durante los juegos es su afición. Estuvo en la final de la Copa América en Maracaibo, pero no pudo pisar el estadio por la seguridad. “Coronó” a Messi en su primer partido después del torneo.


Humberto Perozo Suárez
No es jugador, ni entrenador, ni directivo ni periodista. Sin embargo, Jaume Marquet Cot es uno de los personajes más conocidos del balompié español y europeo.

Conocido por su seudónimo Jimmy Jump, este catalán de 32 años es famoso por saltar a los campos de juego (lo ha hecho en cuatro de los cinco continentes), sea para llevar algún mensaje, colocar una barretina (el típico sombrero catalán, de color rojo) o, a su manera, demostrar las fallas en un sistema de seguridad.

Sin embargo, divertir es su misión principal.

Conoció Maracaibo, estuvo en la final de la Copa América entre Brasil y Argentina, pero no pudo pisar el gramado del estadio José “Pachencho” Romero.

Seguidor del FC Barcelona (“creo que este año vamos a ganar la Champions en Moscú, y voy a saltar en la final, como ya lo he hecho”, comentó), el excéntrico hombre nacido en Sabadell conversó, vía correo electrónico, con PANORAMA, donde expuso lo que ha sido su vida y habla sobre lo que más le gusta hacer: saltar.


—¿Cuál es su propósito en la vida?

—Saltar muy alto y conocer el mundo. Cuantos más países, mejor, para saber acerca de muchas culturas.

—¿Trabaja? ¿Cómo hace para gestionar sus viajes?

—Sí, soy vendedor de libros y trabajo en Enciclopedia Catalana, donde consigo un dinero que gano e invierto para mis saltos en el mundo entero. Me encanta viajar.

—¿Cuándo y cómo comenzó a saltar a los campos? Háblenos de su primera experiencia.

—Desde pequeño me gustaba colarme en los cines y campos de fútbol cuando iba con mi padre. Luego, cuando me hice mayor, iba a fiestas de famosos y siempre intentaba colarme, para hacerme una foto con los personajes de la farándula.

Mi primer salto en campo de fútbol fue para homenajear a un jugador del Barcelona que ya no estaba en el equipo, pero era muy querido por los catalanes: Abelardo Fernández, “Pitu”.

Salté con una camiseta que decía “Pitu per sempre”, o “Pitu para siempre”. Estuvo muy bien, salí en los diarios deportivos y comenzó mi leyenda personal.

—¿Alguna vez le han tacleado tan fuerte para pensar en el retiro?

—Todavía no, aunque en Portugal, durante la final de la Eurocopa 2004, fueron muy duros conmigo, al igual que en la última final de la Champions League, en Atenas.

—¿Cómo nació la tradición de colocarle barretinas a los jugadores?

—Soy catalán y amo a Catalunya. Salto con barretina y se las coloco a los jugadores para hacer algo bonito y gracioso, que esté bien, para que me reconozcan que soy el de siempre, sin hacer daño a nadie.

Simplemente es un homenaje a un jugador o algo gracioso, para la diversión del público.

—¿Es sólo a los del Barcelona? ¿Cuál fue el primero?

—No solamente a los del Barcelona. He puesto barretinas a jugadores de tenis en la final de la Copa Davis y en programas televisivos. Es divertido hacerlo, saltar barreras y colocar barretinas.

La primera importante fue a Samuel Eto’o, en su primer partido con el Barcelona.

Samu jugaba en Madrid y luego lo fichó el Barcelona. Durante su primer partido como blaugrana y encuentro con la afición culé, que coincidía con la celebración en Catalunya de La diada (un día histórico en la ciudad condal), le puse la barretina y le coroné como un faraón egipcio en el coliseo azulgrana, ante el jolgorio de los fanáticos barcelonistas.

Tengo que decir que Maracaibo tiene los mismos colores que mi equipo preferido, y me gustaría saltar en el “Pachencho”.

—Estuvo en Maracaibo durante la final de la Copa América. ¿Qué conoció de la ciudad?

—La Chinita me emocionó y el puente sobre el Lago de Maracaibo también. En general, es una gran ciudad, pero con mucho calor.

Estuve tres días en la isla de Margarita y también me lo pasé en grande, antes de llegar a la capital zuliana.

Quería hacerle un homenaje a El Libertador, pero no fue posible. Me gusta Simón Bolívar, todo fuerza, coraje y valor.

—¿Buscaba coronar a Messi?

—Sí, por supuesto, pero fue imposible con el ejército y la seguridad. Otra vez será.

—¿Por qué no pudo saltar al “Pachencho”?

—Tiene vallas muy altas y máxima seguridad. Hubiese sido muy difícil.

—A pesar de esto, logró coronarlo en el partido ante el Bayern Múnich...

—Sí, allí en su primer partido luego de la Copa América. Lo coroné y fue lindísimo hacerlo en Múnich, donde el año pasado no jugó en el Mundial, lo que él deseaba junto a todos sus fans.

Fue genial, me aplaudió todo el público. Lástima que tuve que pagar mil euros para estar libre... Gajes del oficio de saltador.

Se merecía esta coronación porque en el club es el que más corre, el más joven y el más simpático.

—¿Tiene algún “modus operandi” antes de entrar al campo?

—Es “top secret”, pero no utilizo entradas. Soy muy rápido, veloz y astuto.

—Su experiencia no sólo se resume a las canchas. ¿En cuáles otros lugares ha estado como “invitado”?

—Pasarelas de moda, grandes premios de Fórmula uno, partidos de tenis, basket, programas de televisión, inauguraciones, fiestas...

—¿Cómo quiere que le recuerden?

—Como el mejor saltador del mundo, el que saltó más alto en todos los continentes.

Solamente me falta Oceanía, y mi salto más feliz sería en la final de una Copa del Mundo y en la entrega de los Oscars, en Hollywood.

“Saltarín”



Su primer gran salto fue el 4 de julio de 2004, en la final de la Euro entre Grecia y Portugal, donde le lanzó al jugador Luis Figo una bandera del Barcelona. El pasado 15 de agosto, “coronó” a Lionel Messi, en el Barcelona-Bayern.

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