La resurrección de Yohandry Orozco: "Estaba esperando la oportunidad"

Foto AVS
Puño derecho al frente, como un golpe al mentón, sonrisa y un sísmico grito de gol, abrazado y alzado por el mejor jugador venezolano de todos los tiempos. Todo, en un escenario soberbio: el estadio polideportivo de Pueblo Nuevo, ante más de 25 mil personas y en una lluviosa noche de los Andes venezolanos.

Yohandry Orozco resucitó. Está de vuelta.



El golazo, de foto y marco, para museo, coronó el regreso de “La Perla” zuliana a la selección venezolana. Apenas un año atrás entraba casi al final del amistoso en Japón, de relleno, sustituyendo a Luis Manuel Seijas para que su nombre apareciera en las fichas técnicas de todos los diarios. Pisar el campo de Sapporo y salir a descansar, nada más. Un golpe a la moral.

La noche del miércoles, tras anotar la diana de volea para el empate a dos entre Bolivia y la Vinotinto, era elevado a los cielos por Juan Arango, en las celebraciones. Cómo cambian las cosas.

“Me siento feliz, estaba esperando la oportunidad”, señaló el volante ayer, en una conversación con PANORAMA. “Gracias a Dios marqué el gol del empate. Hay que pasar la página del pasado, ahora tengo que concentrarme en el club y en la selección”.

El regreso de Orozco al fútbol vinotinto, con el 10 en su espalda, viene precedido por su fichaje por el Deportivo Táchira. Tras pasar dos años en el ostracismo, sin ser tomado en cuenta por el Wolfsburgo alemán, que se había estimulado con su gran tanto frente a Perú en el Suramericano sub 20 de 2011, el volante zurdo de 22 años decidió fichar por el club más popular de Venezuela.

Llegar y besar el santo. El pasado domingo participó, ante más de 12 mil aurinegros que asistieron a Pueblo Nuevo, en la victoria 3-1 del Deportivo Táchira sobre el Deportivo La Guaira, jugando los 90 minutos y recibiendo una amarilla.

El miércoles ingresó al campo al 63, por César “Maestrico” González, su compañero y gran apoyo en el Táchira.  “(El seleccionador César Farías) me pidió que agarrara el mediocampo, que tuviera manejo de la pelota y que pudiera meterle más química, más nivel al mediocampo, para poder buscar el empate”, reveló el de Cardonal Norte.

Se vio superado por los zagueros bolivianos al principio, pero después se soltó en todo el frente vinotinto. Hasta que llegó su momento.

Alexander González envió un centro teledirigido que remató Yohandry, de zurda y sin dejarla caer, para meterla con rabia por la derecha del arquero boliviano Vaca. Era el 2-2 que le quitaba kilos de sufrimiento a una Venezuela que dominó a su antojo, pero que no pudo sentenciar y tampoco resistir ante dos golazos de Rudy Cardozo y José Luis Chávez.

“No lo habíamos practicado”, explica Orozco, desde San Cristóbal. “Yo era el que estaba tirando los centros en el entrenamiento y él insistió e insistió hasta que me quedó una a mí atrás, la pude agarrar como venía y la metí”.

Josef Martínez había adelantado a los criollos, luego de dos recortes y un zurdazo con más ubicación que fuerza.

Es el primer gol del marabino Orozco en 19 duelos con el equipo de mayores de Venezuela. Y llegó en el tiempo, del partido y de la vida de Yohandry, más necesitado.

Porque no se olvidan sus faltas en las convocatorias del Wolfsburgo, el ser borrado de las listas de Venezuela, el regaño público y notorísimo de César Farías en 2011 o aquellos segundos agridulces de Japón.

“He venido trabajando para esto, para seguir adelante, para conseguir los éxitos a los que aspiro”, recalcó “La Perla”. “Quiero seguir luchando para consolidarme”.

“Nos estamos preparando bien, trabajando de la mejor manera para estar en un buen nivel contra Chile. Son tres partidos fuertes los que nos tocan, no hay que dar nada por perdido”.

 El grito de gol, que quiere aparecer ahora en las eliminatorias rumbo a Brasil contra Chile y Perú, fue como una resurrección, la resurrección de Yohandry Orozco.

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