El Mundial se desvanece en casa

El sueño de ir al primer mundial en la historia de Venezuela se va evaporando. Y no por derrotas de escándalo, o por ser débil ante equipos grandes: pasa por no saber defender la casa.



Con la derrota ante Uruguay, el martes en el CTE Cachamay de Puerto Ordaz, son ocho los puntos que ha cedido la selección de César Farías en su hogar. El 1-0, con gol de Edinson Cavani, establece una constante para los criollos, al no saber convertir en un fortín la localía.

Y los tropiezos han sucedido contra rivales directos en la clasificación, esos que están peleando por los últimos puestos para el avión a Brasil. Los charrúas son los últimos en salir con una sonrisa de Venezuela, pero también lo hicieron Chile (triunfo austral 2-0 en Puerto La Cruz) y Ecuador (empate a uno en la misma ciudad).

“Teníamos que dejar los tres puntos en casa, no fue así”, apuntó Salomón Rondón, al término del encuentro. “Nos complicamos nosotros mismos. La eliminatoria sigue allí, estamos a tres fechas de terminar, pero es una hoja escrita en el libro bastante amarga”.

Vencer a Argentina en la ciudad anzoatiguense en la primera fecha (1-0) significó un trampolín tremendo para las aspiraciones venezolanas a Brasil 2014. Luego llegó Bolivia y el resultado, otro 1-0, cimentó las pretensiones. Pero esto fue en 2011.

 Un año después, las cosas no estaban tan claras. El 2012 resultó gris en casa, con la caída ante Chile y el traspié frente a Ecuador.

Aunque 2013 comenzó con la alegría de derrotar a Colombia, la pérdida frente a Uruguay desalienta a técnicos, jugadores y afición.

La Vinotinto es sexta, con 16 puntos, los mismos que la celeste, que hoy es dueña del quinto puesto que otorga la posibilidad de repesca ante un equipo asiático. No obstante, los nacionales tienen peor diferencia de goles (-4 contra -3) y un partido menos por disputar (tres frente a cuatro de los charrúas). Un escenario nefasto.

“Dependíamos de nosotros, ahora dependemos de que ellos cedan puntos. Tenemos que morir con las botas puestas. En la adversidad se ven los buenos grupos”, apuntó el central Oswaldo Vizcarrondo. “Esto nos da una cachetada y nos sirve para corregir detalles, sobre todo de actitud, que no puede faltar en estos partidos”.

El equipo de Farías visitará en septiembre a Chile para luego recibir a Perú. En octubre cerrará ante Paraguay, descansando en la última fecha, la que correspondía ante Brasil, organizadora del Mundial.

“No puedo ver hacia el futuro si en el presente no nos va bien”, recalcó Rondón, autor de cuatro tantos en la eliminatoria. “Nos equivocamos, no hicimos las cosas correctamente, y ahora esperemos a ver qué pasa. Tenemos un partido complicadísimo contra Chile. Veremos qué hacemos”.

En contraposición, el cuadro de Óscar Washington Tabárez tiene una bala más en la recámara. En septiembre visita a Perú y es local frente a Colombia; un mes después parte a Ecuador para cerrar en su hogar frente a Argentina.

La clave para Venezuela, que antes dependía de sí misma, es ganar todos sus duelos, tanto de local como de visitante (nueve puntos) y ligar sendos tropiezos de los charrúas. Los compromisos de los orientales contra Perú (aún con posibilidades de alcanzar a la Vinotinto) y Colombia (en la búsqueda, muy cercana, de ir al Mundial) son trascendentales.

Hay esperanzas para los nacionales, sí, pero más reducidas. Antes de llegar a encontrarse con el equipo uruguayo, solo bastaba ganar en casa para asegurar el boleto. Hoy, toca ganar afuera y adentro y ligar a otros resultados. Muy cuesta arriba está todo. Hacer la proeza y rezar son las únicas opciones para Venezuela.


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