Las jugadas a balón detenido son la clave para que el combinado nacional esté en lo más alto del continente, junto con las tradicionales Uruguay y Argentina. Y no sólo es en el premundial a Brasil 2014: en la Copa América también fue el arma fundamental.
Amorebieta (1,92 metros de estatura) anotó, de cabeza y luego de un tiro de esquina cobrado por Juan Arango, el gol de la victoria histórica ante Argentina 1-0 en Puerto La Cruz.
Vizcarrondo (1,91 metros), que ya había anotado un tanto con la frente en los cuartos de final de la Copa América contra Chile (ganancia 2-1), logró por la misma vía la anotación para vencer a Bolivia 1-0 en San Cristóbal. Julio Álvarez cobró el tiro de esquina.
Aunque con humildad y serenidad Vizca preconiza que es “una pieza mínima en este engranaje, no sólo depende de mí”, sus compañeros reconocen de su valor al momento de los balones detenidos, tanto ofensivos como defensivos. “Vamos por buen camino. Venezuela le ganó a un rival muy complicado, que se planteó muy bien, que hasta último momento buscó el gol”, analizó el lateral izquierdo Gabriel Cichero. “Pero se consiguió con una línea defensiva muy ordenada, con garra y presencia. Demostramos que en la pelota quieta, que es un arma muy importante en el fútbol, somos fuertes”.
“Tenemos muy buenos jugadores en pelota detenida, hoy no fue la excepción”, apuntó César González. “Es uno de los puntos fuertes de nosotros”.
Durante la Copa América, además del gol de Vizcarrondo contra Chile en cuartos de final, también brillaron a balón detenido Grenddy Perozo (Paraguay, fase de grupos) y Cichero (Chile, cuartos).
El técnico boliviano Gustavo Quinteros también distinguió el cabeceo vinotinto. “Trabajamos para frenar la pelota aérea pero por ahí vino el único gol (...) Venezuela aprovechó bien sus saltadores y nos hacen el gol así. Venezuela tiene más variantes adelante y se defiende bien”, indicó.
Los entrenamientos a puerta cerrada del combinado patrio son básicos para preparar las jugadas a balón parado, siempre cobrando los tiros de esquina con efecto hacia el arco y buscando a los hombres de altura, como Vizca o Amorebieta.
“Aquí se prioriza lo colectivo. Tarea cumplida. Habrá mucho tiempo para el análisis. Esto recién comienza”, advirtió Farías. Y con el cielo de testigo, como gran arma de la Vinotinto.
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