Locura. Fanatismo. Histeria. Delirio. La selección española de fútbol, rival de Venezuela en el amistoso de mañana en Puerto La Cruz, llegó. La campeona del mundo, encabezada por Iker Casillas, Andrés Iniesta y David Villa, convirtió en un manicomio el aeropuerto de Barcelona, donde cientos de personas la esperaban, anoche.
La terminal aérea José Antonio Anzoátegui comenzó a recibir aficionados desde las 3:00 pm. Unos 30 se apostaron en la puerta principal que conduce a las pistas de aterrizaje, vestidos algunos con la camiseta roja, otros de particular.
Carupanera, pero hija de canarios, Melissa Déniz esperó desde las 4:00 pm al avión. “Mi favorito es Casillas. Hice una cola de casi 14 horas para comprar las entradas. Llegué a las 7:30 de la noche del día anterior y compré mis boletos a las 11:00 de la mañana”, explicó la ingeniera en Telecomunicaciones, de 24 años.
La terminal aérea José Antonio Anzoátegui comenzó a recibir aficionados desde las 3:00 pm. Unos 30 se apostaron en la puerta principal que conduce a las pistas de aterrizaje, vestidos algunos con la camiseta roja, otros de particular.
Carupanera, pero hija de canarios, Melissa Déniz esperó desde las 4:00 pm al avión. “Mi favorito es Casillas. Hice una cola de casi 14 horas para comprar las entradas. Llegué a las 7:30 de la noche del día anterior y compré mis boletos a las 11:00 de la mañana”, explicó la ingeniera en Telecomunicaciones, de 24 años.
Con el paso del tiempo, el número de espectadores aumentó. “Casillas, dame tu camiseta”, o “Bienvenida España” se leían en los carteles. Era las 6:00 de la tarde y ya se podía hablar de un centenar de aficionados.
“Admiro a la selección española”, confesó Manuel Ojeda, ataviado con la camiseta del Barcelona. “Se ha esforzado mucho y con su juego logró ganar la Eurocopa y el Mundial”, recordó.
La policía y la Guardia Nacional protegían la zona. Se estimaba para las 8:00 de la noche la llegada de la campeona. Para las 7:30 pm, se contaban cientos, quizá 500 enfervorecidos aficionados, locos por ver a la Furia roja.
Y llegó el avión. El N753MA Boeing 737, procedente de Estados Unidos, pisó el asfalto venezolano a las 8:05 de la noche. Los aficionados comenzaron a correr hacia la zona izquierda del portón principal. Algunos sobrepasaron a los policías, que se movilizaron hacia otro lugar del aeropuerto, casi despejado, donde salió el autobús que llevaría a los españoles a su lugar de descanso, el Gran Hotel de Puerto La Cruz.
Los espectadores que ingresaron unos metros hacia la zona de aterrizaje fueron sacados por la GN. Antes, sacaron de su canal al gran portón negro que bloqueaba su paso. Corrieron como desaforados, buscando perseguir, inútilmente, a la dueña de Europa y el mundo futbolístico.
Que tristesa. Ojala que esa gente valla a españa para que los traten como indios o perros. jajaja... GRANDE VINOTINTO.
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