En la cumbre evolutiva

Sueño cumplido para España. Después de años de fracasos, de actuaciones grises o de errores letales, cuando el máximo hito pertenecía a los tiempos de blanco y negro, la roja por fin pudo entrar al cielo de los campeones.


Lo hizo con un fútbol de primer nivel, pese a que la cifra de goles no correspondiera con ese estilo (ocho en siete partidos disputados, la más baja entre los campeones de todos los tiempos).

Toques, chispa, alegría ofensiva. Vocación para ir al frente, orden para defender. Y sobre todo, control de balón.

El equipo de Vicente del Bosque, sucesor del campeón de la Eurocopa de 2008, de Luis Aragonés, selló un ciclo histórico. Este plantel de Villa, Iniesta y Xavi, Casillas, Puyol y Piqué, y otros guerreros ibéricos, se unió a otros dos cuadros legendarios que ganaron Eurocopa y Mundial: la Alemania de Franz Beckenbauer y Gerd Müller (Euro 72 y Mundial 74), y la Francia de Zinedine Zidane (Mundial 98 y Euro 00).

Lo que comenzó con jóvenes promesas a finales de los 90, terminó con estrellas maduras a finales de la primera década del 2000. ¡Y qué forma de terminar! ¡Enhorabuena, España, que estás en la cumbre evolutiva! Un ejemplo para Venezuela.

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