Cómo medir un fiasco (los fracasos en el mundial)

Parece fácil medir un fracaso, pero puede tener muchas vertientes. Primero, establezca una meta: quedar campeón, llegar a una determinada instancia, marcar tantos goles. Después, saque la cuenta: ¿lo logró o no? ¿Cumplió con los objetivos, falló ante una situación imposible de superar o quedó fuera por un error propio?

Suráfrica 2010 significó la tumba, a lo sumo la cama de hospital deportiva, de muchos equipos y jugadores. Para nadie es un secreto que el vigente campeón, Italia, fracasó al quedar eliminada en primera ronda, detrás de un equipo semiamateur y otro con una federación de reciente creación, Nueva Zelanda y Eslovaquia. O Francia que, pese a estar en un grupo difícil (Suráfrica, Uruguay y México), estuvo muy por debajo del rendimiento que se esperaba, al no lograr ni un triunfo.

El continente africano también decepcionó. En la primera copa en su tierra, con seis equipos presentes (la local Suráfrica, Argelia, Nigeria, Camerún, Ghana y Costa de Marfil), apenas pudo pasar una sola oncena, Ghana, que todavía se encuentra peleando por pasar a las semifinales de la justa.

Otros casos son más difíciles de señalar como fracaso, Inglaterra, por ejemplo. Los británicos, con nombres tan llamativos como los de Wayne Rooney, Frank Lampard y Steven Gerrard, nunca consiguieron su juego, y sufrieron mucho para lograr su pase a octavos de final, haciéndolo como segundos de la zona C.

En la instancia estuvieron frente a Alemania: le hicieron un juego de igual a igual, un partidazo, mejorando respecto a las presentaciones anteriores, pero sucumbieron a la practicidad germana y a un error arbitral. ¿Perder con Alemania es un fracaso? No: cualquiera puede caer. Pero el fiasco radica en que traicionaron su estilo ofensivo, el de antaño, el de la pegada y la celebración.

¿Y los jugadores? Las expectativas creadas sobre el francés Ribéry, el inglés Rooney, el italiano Cannavaro y el portugués Cristiano Ronaldo se esfumaron con la eliminación de sus países. Exceso de ansiedad, falta de liderazgo, o problemas en la resolución de acciones les afectaron. El resultado, lo sabemos todos.

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