Francia, nido de villanos

Los mayores siempre advertían que “juego de manos es juego de villanos”. La participación francesa en el Mundial de Suráfrica 2010 ya se advertía borrascosa, cuando logró pasar gracias a una mano de Thierry Henry en el partido de clasificación contra Irlanda. Allí comenzó el calvario.

La conducta terca y prepotente del seleccionador Raymond Domenech, con decisiones controversiales como haber dejado sin mundial al delantero del Real Madrid, Karim Benzema; el empate a cero y la derrota con México; las ofensas de Nicolás Anelka contra el DT y su expulsión de la concentración; el boicot a los entrenamientos encabezado por Patrice Evra y su consiguiente “ajusticiamiento”, perdiéndose el último compromiso; la renuncia de dirigentes federativos...

Francia fue un culebrón, y siempre es más sencillo apuntar a un personaje poco querido como Domenech, pero los jugadores también tuvieron culpa. La actitud infantil de muchos de ellos, a diferencia de ídolos y líderes como Zidane, Thuram y Blanc, próximo seleccionador galo, ocasionó la debacle de los “bleus”.

La selección del Gallo no se merecía una presentación tan vergonzosa.  Y sin embargo, nadie pensó en conjunto, sino individualmente. La guillotina tiene que caer.

Al minuto final del cotejo entre franceses y surafricanos, ganado 2-1 por los “Bafana bafana”, el técnico brasileño Carlos Alberto Parreira fue a saludar a su colega Domenech. “El astrólogo” no quiso devolverle el saludo, lo que terminó en un pequeño rifirrafe entre ambos timoneles. Lo que comenzó con una mano terminó con otra. Los villanos franceses se quedaron sin premio.  

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