El oficio más injusto del mundo

Vincent Enyeama lleva 15 disparos detenidos en lo que va del Mundial de Suráfrica 2010, el que más lo ha hecho en todo el torneo. En 180 minutos, contra Argentina y Grecia, el nigeriano se ha convertido en el héroe del partido, designado por la Fifa. Y sin embargo, no ha podido ganar. 
Luego de desplegar paradas de antología ante la poderosísima Argentina de Lionel Messi, Gonzalo Higuaín, Carlos Tévez y compañía, ayer comenzaba de la misma forma ante Grecia. Ni un Jabulani podía entrar entre los tres postes africanos, mucho menos después del gol que abrió el tanteador, de Uche. 
Hasta que comenzó su calvario, luego de la expulsión estúpida de Kaita, al 33. 
Un tiro de Salpingidis, a un minuto del medio tiempo, tropezó en un defensor y entró. Gol griego. La andanada de disparos helénicos rebotaba en el muro vestido de amarillo. Enyeama sacaba uno y otro, volando, lanzándose a un lado y otro. Y llegó Tziolis, con su trallazo de media distancia: el portero nigeriano abrió su palma derecha y la pelota quedó rifada, para que Torosidis rematara. 
Ganó Grecia, complicó a Nigeria y hundió a Enyeama, que después de ese error volvió a hacer gala de su fiesta defensiva. 
Ya lo decía el uruguayo Eduardo Galeano, en su mítico y más que recomendado El fútbol a sol y sombra: “El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo. Cuando un jugador cualquiera comete un penal, el castigado es él: allí lo dejan, abandonado ante su verdugo, en la inmensidad de la valla vacía. Y cuando el equipo tiene una mala tarde, es él quien paga el pato, bajo una lluvia de pelotazos, expiando los pecados ajenos”. 
Suráfrica 2010 ha sido, hasta ahora, el mundial de la maldición de los porteros. Pero no precisamente por la tan cacareada movilidad del balón Jabulani, sino por errores que pueden ocurrir con pelotas de 1930 o el 2000. El argelino Chaouchi, el inglés Green o el paraguayo Villar, por nombrar a los que más caro han pagado los errores, son los ejemplos más visibles de trabajar en el oficio más injusto del mundo.

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