El justo término medio (no al video en el fútbol)

¿Cómo terminar con la polémica arbitral? Existe una teoría que indica que a la Fifa no le conviene hacerlo. La razón apunta a que al fútbol, por ser un deporte que se practica una vez a la semana (a diferencia de otros como el béisbol y el baloncesto), se le hace difícil mantener la emoción viva en los aficionados, salvo los partidos trascendentales.

Sin embargo, cuando ocurren errores como los de aquel domingo trágico para la justicia futbolística, los del Alemania-Inglaterra y el Argentina-México, la polémica aumenta, nadie olvida de lo que pasó y todos comentan lo que será el futuro. Todos hablan de fútbol, de lo malo que son los árbitros y de lo pobre de los equipos que tienen mala suerte con las decisiones.

Pero, parafraseando a Maradona, “la pelota no puede mancharse”. El fútbol tiene que ser lo más exacto posible, pero con una exactitud humana, no tecnológica. No estoy de acuerdo con el uso de videos, porque le quita lo humano al deporte.

Además, ¿cuándo utilizar el video? ¿Cuántas veces durante un partido? ¿Quién considera que una jugada es controversial o no lo es? ¿Se imagina un partidazo de ida y vuelta, en el minuto 95, suspendido porque quieren ver una repetición? ¿En cuáles niveles se utilizarán videos, sólo en mundiales o también en torneos de otras instancias? Sí estoy de acuerdo con el uso del video, pero sólo para después del partido, como una prueba de alguna jugada extradeportiva que devenga en sanción. Y hasta allí.

La solución está en el justo término medio, definición dada por Aristóteles. No a los videos, pero tampoco a los errores groseros. Entonces, ¡que se aumente el número de árbitros en el partido! La Uefa lo probó en la Europa League la campaña pasada, aumentando dos asistentes más al juez, cuatro en total. Reduce la proporción de desaciertos y mantiene el elemento humano presente.

Tanto el arbitraje, como la jerarquía de la Fifa, están en la mira del planeta fútbol. ¿Usted qué piensa?

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