Táchira es más



El Clásico venezolano entre el Caracas FC y el Deportivo Táchira, en el estadio Olímpico de la capital, llega este miércoles con la posibilidad de ser uno de los más abiertos de todos los tiempos. Que no terminará con un empate a cero. Que puede ser una oda a la alegría del fútbol.

O por lo menos ésa es la esperanza.

Las realidades son distintas en ambos equipos. Si bien ambos hicieron una pésima campaña en la Libertadores, sólo Táchira pudo acumular una victoria. Y en la fase previa contra el Libertad de Paraguay. Mientras que el rojo terminó con apenas un empate y, el resto, derrotas.

Táchira mantiene a su técnico, Carlos Maldonado, mientras que los caraquistas se quedaron sin Noel Sanvicente. Será el primer Clásico de Ceferino Bencomo al frente de las filas saurias.

Los andinos, campeones del Apertura 09, están en el tercer puesto del Clausura 10 con 26 unidades, a uno del Caracas, que es segundo, detrás del Zamora. El equipo de Maldonado viene de vencer 3-1 al Monagas, con goles de Anderson Arias (43') Edgar Pérez Greco (45+1') y Marlon Fernández (51'). Mientras, los de Bencomo cayeron por el mismo 3-1, pero ante el Deportivo Italia. Marcó el "Colorado" Fernando Aristeguieta.

En el pasado torneo, los aurinegros vencieron 1-0 a los rojos, con gol de Daniel Arismendi, en un atípico duelo en San Cristóbal que tuvo que ser suspendido por lluvia y reanudado al día siguiente.

Sumando y restando, el Táchira debe mostrar un buen rostro en la capital: incluso para llevarse los tres puntos. A Caracas no se le puede disminuir, pero lo que se vio en el compromiso ante el Italia, el fin de semana, da para ponerlos a sufrir. Un equipo falto de ideas, lento ante la velocidad de los delanteros itálicos. Una caricatura de lo que, bajo Sanvicente, fue.

El punto de honor estará en las gradas. La directiva del Caracas prohibió que los fanáticos aurinegros llevaran trapos de apoyo a los suyos, en aras de mantener la paz y evitar que sus propios aficionados provoquen a los del Táchira. Una medida que no es la primera vez que se aplica en el mundo, que atenta contra la libre expresión de la afición, pero cuyo fin está en preservar la seguridad de los seguidores.

Como si los trapos mataran...

Quizá era mejor aumentar la cantidad de efectivos, pero las arcas rojas, al parecer, no dan para tanto.

En todo caso, que gane el fútbol, tanto en las gradas como en el campo.

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