Son grandes muchachas, pero...



Venezuela pasó al Mundial femenino sub 17 de Trinidad y Tobago 2010. Las muchachas de Kenneth Zseremeta lograron, contra todo pronóstico, continuar con la saga iniciada con César Farías de clasificaciones criollas a mundiales de fútbol, cuando el 2009 se convirtió en el año de la sub 20 en Egipto.
Lo primero que clamaron las muchachas después de lograr el tercer puesto del Suramericano fue apoyo. Claro, siempre se les vio como una categoría más, un intento de equipo o, en el peor de los casos, un gasto. ¿Cambiará la visión después de este pase? No lo creo.
El fútbol femenino no tiene futuro como negocio en Venezuela. Y no es por ser odioso, sino porque la visión machista no lo permite. Si a duras penas sobrevive el balompié de hombres, es muy difícil que se le preste atención a una disciplina donde las mujeres son la mayoría.
En Latinoamérica vemos como un chiste a un grupo de mujeres dándole de patadas a un balón. La mayoría de las campeonas criollas estudia en liceos o universidades, me imagino que ninguna verá al fútbol como profesión. En el país no existe una liga profesional que las reúna, y la única opción clara sería emigrar a un país que tenga una desarrollada, preferiblemente en Europa.
El apoyo de los medios de comunicación es casi nulo. El seguimiento que se les hizo durante el Suramericano no pasó de ser un breve en los principales periódicos del país, incluyendo Panorama (lo digo con algo de vergüenza): el segundo diario de Maracaibo ni siquiera tuvo el pudor de colocar una nota sobre el pase al mundial, mientras que Meridiano Televisión, al momento de hacer pública la información, colocó como imágenes de fondo a un entrenamiento del Caracas FC femenino.
La clasificación de la vinotinto femenina al Mundial sub 17 debe verse como una muestra más de la evolución de la sociedad futbolística venezolana, pero no como la explosión del fútbol femenino en el país, pensando en que es el comienzo de algo mayor en su disciplina. Venezuela ya salió del cascarón y ahora está creciendo, de abajo hacia arriba, de las categorías menores hasta las mayores. En cada pueblo de la nación hay por lo menos una persona con una camiseta vinotinto, o jugando fútbol con una pelota de tela, o con un afiche de Maldonado o Rafa acosta o cualquier otro futbolista. Ése es el gran logro. El resto, fuegos de artificio.

Comentarios

  1. esos son hobbis no es algo a lo que haya que pararle, tampoco el sofbol femenino que feas se ven esas mujeres tirando la pelota, que jueguen para matar el tiempo pero no para que nos obliguen, lo mismo con deportes de hombres que son pajuos, aqui lo que manda es el beisbol y el futbol de mayores mas na.
    Richard Fernández

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  2. Con todo respeto me resulta machista y sectario semejante comentario. En todo caso las mujeres son libres de elegir participar en cualquier disciplina deportiva, e incluso, dedicarse a ello si les parece. La estética en este caso es algo superflúo y no viene a lugar...Que entre machistas te veas...En pleno siglo XXI...

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  3. Mi muy querida y estimada Margioni:
    Pese a que no comparto la forma en la que comentó Richard, sí comparto una de sus ideas, como lo has podido ver en mi comentario inicial. ¿Cuántos partidos del fútbol femenino has visto en tu vida? Ni las mismas mujeres ven fútbol femenino!!! Claro que pueden participar, en cualquier disciplina lo pueden hacer, pero nadie les tomará en cuenta!

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