Samuel Sosa y Adalberto Peñaranda. |
Los guerreros de Rafael Dudamel vencieron en penales 4-3 (reglamentario 1-1) con una brillante actuación del arquero Wuilker Faríñez.
Samuel Sosa marcó un golazo para empatar al minuto 90+1, un tiro libre soberbio para igualar el tanto que anotó Nicolás De la Cruz al 49, un penal polémico, determinado por el asistente de video arbitraje.
Luego de 120 minutos de combate, en la definición desde el punto penal, Faríñez paró dos remates sureños, incluyendo el de la revancha ante De la Cruz, para darle el pase a la final del domingo en Suwon (6:00 am).
Maracaibo, Montevideo, Daejeon. Tres ciudades que, en la historia del fútbol criollo, estarán teñidas de vinotinto por la eternidad. Y tres escalones hacia la gloria, con Uruguay como víctima.
Venezuela celebra el triunfo en penales. |
Estadio “Pachencho” Romero, 14 de agosto de 2001. El primer campanazo. El combinado dirigido por Richard Páez venció 2-0 al elenco oriental en el Premundial de Corea del Sur-Japón 2002. El hoy seleccionador Dudamel ahogó los gritos de gol uruguayos, dando el golpe sobre la mesa sudamericana: ¡Aquí está la Vinotinto!
Estadio Centenario, 31 de marzo de 2004. “Venezuela, no existís”, decía una publicidad en la prensa montevideana. Ese día, con Páez de nuevo al frente, los criollos bailaron 3-0 a los charrúas en el Premundial de Alemania 2006. Sí, existían, ganaban y goleaban.
Estadio de la Copa del Mundo de Daejeon, 2017. Luchar, sufrir y vencer. Un gol en el 90+1 de Sosa, una electrizante tanda de penales y la Vinotinto juvenil, con Dudamel como seleccionador, derrotaba a la celeste para pasar a la final del Mundial.
Fue el partido más duro para los nacionales en el torneo, en el que continúan invictos (tres victorias en fase de grupos, más los triunfos en tiempo extra sobre Japón en octavos y Estados Unidos en cuartos). Sobrevivieron al oportunismo uruguayo, al video arbitraje y a los contragolpes, siempre con un Faríñez monumental.
Faríñez detiene el penal para el triunfo venezolano. |
Una barrida de Josua Mejías sobre Agustín Canobbio en el área, al principio de la segunda mitad, obligó al polaco Szymon Marciniak a acudir al asistente del video arbitraje, que determinó el penal anotado por De la Cruz al 49.
Con el duelo trabado, Dudamel optó por darle entrada a Yeferson Soteldo. La movildad del volante, aún en proceso de recuperación de sus dolencias físicas, generó peligro en la zaga celeste, que se cerró aún más.
Soteldo recibió una falta que no fue observada en video por el árbitro Marciniak, lo que generó la indignación en la banca venezolana.
La derrota se asomaba cuando, al 90+1, Sosa marcaba el gol de tiro libre. Adalberto Peñaranda y Soteldo, cerca de la pelota, escenificaron una discusión que desconcertó a los uruguayos: el sub 17 del Deportivo Táchira cobró el zurdazo que entró por el ángulo superior izquierdo del arquero celeste Santiago Mele.
En los penales se agigantó Faríñez, muro de nivel mundial. Tapó los remates de José Luis Rodríguez y Nico De la Cruz; con la nueva disposición de tiros, Soteldo y Yangel Herrera lanzaron consecutivamente, fallando el primero y anotando el segundo.
La historia estaba escrita. Ahora, Venezuela va por más, por la gloria absoluta.
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