Polaco al servicio de los germanos, con 36 años sumó gol en su cuarto mundial consecutivo. Festejó la diana como lo hace tradicionalmente, con una voltereta, aunque estuvo a punto de resbalar: está para seguir anotando, pero no para celebrar así.
Los africanos contaron con mejores oportunidades en la primera mitad. Ya al minuto siete Asamoah Gyan hizo temblar a la zaga europea con un disparo gracias a una habilitación de Atsu, pero el balón se fue por encima. El pasador contó con su ocasión de gol, con un zurdazo de media distancia que tapó Manuel Neuer, seis minutos más tarde.
Sami Khedira fue víctima de la solvencia de Faute Dauda al 18, luego de un pase de Mesut Özil. Respondió Kevin Prince Boateng con un chute de media distancia que saludó, de lejos, el poste derecho teutón.
En la segunda mitad llegaron los goles. Mario Götze anotó el primero, al 51, un tanto extraño en el que cabeceó mal y la pelota le pegó en una pierna, metiendo la diana.
Andrés Ayew, tres minutos después y con un gran cabezazo, igualó el marcador para las “Estrellas negras”. Al 63, Asamoah Gyan metía el 2-1, con una internada por la derecha que no pudo detener Neuer.
Klose, el cazador de balones, el goleador silencioso, anotó el 2-2 para darle la paridad a Alemania y para convertirse en leyenda.
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