Tercer máximo goleador en la historia del Real Madrid, solo detrás de Raúl González Blanco y Alfredo Di Stéfano, y mundialista con España en 1978 y 1982, Carlos Alonso González, inmortalizado con el nombre de su pueblo, Santillana, es leyenda viva del fútbol ibérico.
En su carrera con el equipo merengue sumó 290 goles, ganando nueve ligas y dos copas de la Uefa. Con la roja anotó 15, y tras disputar dos mundiales llegó a la final de la Eurocopa de naciones de 1984, perdida ante Francia.
Santillana conversó con PANORAMA, analizando las opciones de la España campeona, ubicada en el grupo B, con Holanda, Chile y Australia. El combinado de su amigo y excompañero Vicente del Bosque trabajará para repetir las mieles de 2010, cuando los hispanos cosieron, por primera vez, una estrella por encima de la corona real.
—¿Cómo llega el campeón del mundo a Brasil 2014?
—Seguimos más o menos con la misma base con la que ganamos la Copa de Europa y el Mundial. Es cierto que jugadores como Xavi Hernández llegan con más edad, lo que se nota. Pero el tema futbolístico, la filosofía de juego, sigue siendo la misma, de mantener el balón, tocar la pelota de un lado al otro, ir buscando diagonales para llegar a los hombres de arriba e intentar hacer gol. Lo que pasa es que también es cierto que hay que defender un título, y es complicado, porque todos los demás equipos te quieren ganar, te han estudiado para contrarrestar el fútbol que haces, y pasaremos bastantes dificultades. No va a ser nada fácil para España.
—En los últimos meses el estilo de juego del Barcelona, base de España, ha generado críticas. ¿Pasó el tiempo del tiki-taka? ¿Debe cambiar la roja la forma?
—Ahora mismo su filosofía es esa, la que les ha dado los éxitos. Con los jugadores que hay en la selección se debe jugar de la misma manera. ¿Qué han ido pasando las épocas? Todos los demás equipos te estudian para contrarrestarte. Pasa lo mismo en Barcelona. Lo único que pasa es que el Barcelona tiene a un jugador como Messi, que en un momento determinado puede romper cualquier estrategia y cualquier defensa. La selección española no tiene un Messi, pero debe ser fiel a sí mismo, con la idea de Vicente del Bosque. Lo cual no significa que en un momento determinado puedes sacar a dos delanteros centro, que puedes hacer un fútbol diferente que pueden entrar por las bandas cuando se va perdiendo, cuando hay dificultades. Que tengan un plan B.
—¿Cuál será el aporte de Diego Costa?
—La valoro muy bien, porque le da esa alternativa. Puedes jugar a lo mejor con Torres o Negredo, o los delanteros que vayan al Mundial, y puedes jugar de otra manera con Diego Costa. Dejándole en esa posición arriba, aumentando más gente en el medio campo. Puede ayudar a recomponer al equipo. O si va Llorente, que es un jugador alto. Costa le da una alternativa más para España, una forma diferente, pero positiva.
—¿Hasta dónde llega el toque de Vicente del Bosque en el momento dorado de la selección?
—Vicente se encontró un equipo que estaba madurado por Luis Aragonés, con una idea de juego, con un concepto de fútbol. Vicente fue lo suficientemente inteligente para seguir esa línea, que nos ha traído los éxitos que ha conseguido. Al margen de tener una idea de juego parecida, Vicente es un hombre de paz, como lo digo yo. Tiene mucha mano izquierda en el vestuario, sabe tratar a los futbolistas, siempre que tiene la oportunidad le da sitio a jugadores que no entran habitualmente para que se sientan incluidos en el equipo. Es un hombre que dialoga con sus futbolistas. Siempre, aunque haya muchas figuras de grandes equipos, todo el mundo se reúne alrededor de él. Vicente le da seguridad, paz, tranquilidad a los jugadores, en momentos cuando los resultados son contrarios, como ocurrió en Suráfrica, en el primer partido contra Suiza.
—Holanda, Chile y Australia son los rivales de España. ¿Cuál será la clave para avanzar en el grupo?
—El primer partido es fundamental. Si ya te encuentras con tres puntos en el primer partido es fundamental. Al que cae, le cae una losa. Holanda primero, pasaremos dificultades con Chile, que es una gran selección, que juega en Suramérica, un gran equipo con grandes jugadores. Australia, en principio, es la selección débil. Pero lo fundamental, es el primer partido.
—Usted vivió, como europeo, el último mundial realizado en Suramérica, el de Argentina 1978. ¿Cuánto le cuesta a un jugador del Viejo Continente adaptarse al sur?
—En Argentina fue diferente, porque el clima era bastante parecido al de España, en aquel momento era invierno. Pero realmente Brasil es más complicado, porque de una ciudad a otra puede haber una diferencia de grados muy grande, una humedad altísima en algunos sitios. Puede cambiar bastante. Para cualquier equipo europeo, jugar este tipo de mundiales en Suramérica es difícil, es complicado. Brasil, Chile, Argentina van a rendir muy alto, y los europeos deben rendir muy bien para poder ganarles.
—Y también fue local usted en España 82, como lo es hoy Brasil… ¿Cuánto pesa el estar en casa?
—La experiencia en el mundial de España fue dura. Nos pesó muchísimo la responsabilidad. Todo el mundo quería que ganáramos, que llegáramos al menos a la semifinal o a la final. Teníamos grandes jugadores, era una gran selección, con Juanito, Zamora, Quini, estaba yo, Arconada, Camacho, buenísimos jugadores. Pero en España, tanto la prensa como el público, nos veían mejores de lo que éramos. Queríamos ser campeones del mundo cuando no éramos campeones de Europa, no habíamos hecho grandes cosas. Toda esa responsabilidad nos pesó muchísimo. Había partidos en los que no podíamos con las piernas. Contra Yugoslavia, contra Irlanda, no podíamos correr. Realmente lo pasamos mal, francamente mal.
—Al margen de su selección, ¿cuáles pueden ser candidatos para ganar el Mundial?
—Yo creo que Brasil, lógicamente. Siempre hay que contar con ella. El fútbol brasileño sabemos lo que es, juegan en su país, el fútbol para ellos es todo en la vida, van a dejar la piel en el campo. Argentina puede hacer un gran papel, no nos olvidemos de Chile, selecciones suramericanas. En Europa, Alemania tiene una gran selección, y yo espero que la selección española esté entre los cuatro mejores. Después veremos qué es lo que pasa.
En su carrera con el equipo merengue sumó 290 goles, ganando nueve ligas y dos copas de la Uefa. Con la roja anotó 15, y tras disputar dos mundiales llegó a la final de la Eurocopa de naciones de 1984, perdida ante Francia.
Santillana conversó con PANORAMA, analizando las opciones de la España campeona, ubicada en el grupo B, con Holanda, Chile y Australia. El combinado de su amigo y excompañero Vicente del Bosque trabajará para repetir las mieles de 2010, cuando los hispanos cosieron, por primera vez, una estrella por encima de la corona real.
—¿Cómo llega el campeón del mundo a Brasil 2014?
—Seguimos más o menos con la misma base con la que ganamos la Copa de Europa y el Mundial. Es cierto que jugadores como Xavi Hernández llegan con más edad, lo que se nota. Pero el tema futbolístico, la filosofía de juego, sigue siendo la misma, de mantener el balón, tocar la pelota de un lado al otro, ir buscando diagonales para llegar a los hombres de arriba e intentar hacer gol. Lo que pasa es que también es cierto que hay que defender un título, y es complicado, porque todos los demás equipos te quieren ganar, te han estudiado para contrarrestar el fútbol que haces, y pasaremos bastantes dificultades. No va a ser nada fácil para España.
—En los últimos meses el estilo de juego del Barcelona, base de España, ha generado críticas. ¿Pasó el tiempo del tiki-taka? ¿Debe cambiar la roja la forma?
—Ahora mismo su filosofía es esa, la que les ha dado los éxitos. Con los jugadores que hay en la selección se debe jugar de la misma manera. ¿Qué han ido pasando las épocas? Todos los demás equipos te estudian para contrarrestarte. Pasa lo mismo en Barcelona. Lo único que pasa es que el Barcelona tiene a un jugador como Messi, que en un momento determinado puede romper cualquier estrategia y cualquier defensa. La selección española no tiene un Messi, pero debe ser fiel a sí mismo, con la idea de Vicente del Bosque. Lo cual no significa que en un momento determinado puedes sacar a dos delanteros centro, que puedes hacer un fútbol diferente que pueden entrar por las bandas cuando se va perdiendo, cuando hay dificultades. Que tengan un plan B.
—¿Cuál será el aporte de Diego Costa?
—La valoro muy bien, porque le da esa alternativa. Puedes jugar a lo mejor con Torres o Negredo, o los delanteros que vayan al Mundial, y puedes jugar de otra manera con Diego Costa. Dejándole en esa posición arriba, aumentando más gente en el medio campo. Puede ayudar a recomponer al equipo. O si va Llorente, que es un jugador alto. Costa le da una alternativa más para España, una forma diferente, pero positiva.
—¿Hasta dónde llega el toque de Vicente del Bosque en el momento dorado de la selección?
—Vicente se encontró un equipo que estaba madurado por Luis Aragonés, con una idea de juego, con un concepto de fútbol. Vicente fue lo suficientemente inteligente para seguir esa línea, que nos ha traído los éxitos que ha conseguido. Al margen de tener una idea de juego parecida, Vicente es un hombre de paz, como lo digo yo. Tiene mucha mano izquierda en el vestuario, sabe tratar a los futbolistas, siempre que tiene la oportunidad le da sitio a jugadores que no entran habitualmente para que se sientan incluidos en el equipo. Es un hombre que dialoga con sus futbolistas. Siempre, aunque haya muchas figuras de grandes equipos, todo el mundo se reúne alrededor de él. Vicente le da seguridad, paz, tranquilidad a los jugadores, en momentos cuando los resultados son contrarios, como ocurrió en Suráfrica, en el primer partido contra Suiza.
—Holanda, Chile y Australia son los rivales de España. ¿Cuál será la clave para avanzar en el grupo?
—El primer partido es fundamental. Si ya te encuentras con tres puntos en el primer partido es fundamental. Al que cae, le cae una losa. Holanda primero, pasaremos dificultades con Chile, que es una gran selección, que juega en Suramérica, un gran equipo con grandes jugadores. Australia, en principio, es la selección débil. Pero lo fundamental, es el primer partido.
—Usted vivió, como europeo, el último mundial realizado en Suramérica, el de Argentina 1978. ¿Cuánto le cuesta a un jugador del Viejo Continente adaptarse al sur?
—En Argentina fue diferente, porque el clima era bastante parecido al de España, en aquel momento era invierno. Pero realmente Brasil es más complicado, porque de una ciudad a otra puede haber una diferencia de grados muy grande, una humedad altísima en algunos sitios. Puede cambiar bastante. Para cualquier equipo europeo, jugar este tipo de mundiales en Suramérica es difícil, es complicado. Brasil, Chile, Argentina van a rendir muy alto, y los europeos deben rendir muy bien para poder ganarles.
—Y también fue local usted en España 82, como lo es hoy Brasil… ¿Cuánto pesa el estar en casa?
—La experiencia en el mundial de España fue dura. Nos pesó muchísimo la responsabilidad. Todo el mundo quería que ganáramos, que llegáramos al menos a la semifinal o a la final. Teníamos grandes jugadores, era una gran selección, con Juanito, Zamora, Quini, estaba yo, Arconada, Camacho, buenísimos jugadores. Pero en España, tanto la prensa como el público, nos veían mejores de lo que éramos. Queríamos ser campeones del mundo cuando no éramos campeones de Europa, no habíamos hecho grandes cosas. Toda esa responsabilidad nos pesó muchísimo. Había partidos en los que no podíamos con las piernas. Contra Yugoslavia, contra Irlanda, no podíamos correr. Realmente lo pasamos mal, francamente mal.
—Al margen de su selección, ¿cuáles pueden ser candidatos para ganar el Mundial?
—Yo creo que Brasil, lógicamente. Siempre hay que contar con ella. El fútbol brasileño sabemos lo que es, juegan en su país, el fútbol para ellos es todo en la vida, van a dejar la piel en el campo. Argentina puede hacer un gran papel, no nos olvidemos de Chile, selecciones suramericanas. En Europa, Alemania tiene una gran selección, y yo espero que la selección española esté entre los cuatro mejores. Después veremos qué es lo que pasa.
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