Con las botas bien calzadas y un Padre nuestro en los labios, Venezuela sale hoy a buscar que se le abran los cielos. Debe ganar, pero no solo ganar, sino por goleada. Debe golear, pero no le basta, porque tiene que ligar otros resultados. Está la Vinotinto, pues, en la línea que separa la realidad de lo casi imposible.
El último capítulo de las eliminatorias a Brasil 2014 llega hoy, en el estadio polideportivo de Pueblo Nuevo. Desde las 4:30 de la tarde, la selección nacional recibe a Paraguay, en la fecha 17, aún con opciones numéricas de avanzar, al menos, al repechaje contra Jordania.
Pero las cosas no lucen de la mejor manera para el equipo de César Farías.Con 19 puntos en el premundial y una diferencia de goles de -6, laVinotinto debe arrasar con los guaraníes, últimos y ya eliminados en la tabla. Uruguay y Ecuador, con 22 unidades y diferencia de gol de 0 y +4, respectivamente, juegan en Quito, restándole además un choque más por disputar (contra Argentina y Chile): un empate entre ambos dejará a los criollos fuera de Brasil.
Vistas las opciones, la resignación es el estado de ánimo de los nacionales. Luego de haber desperdiciado puntos en casa (un empate frente a Ecuador, por ejemplo) y victorias que duraron 85 minutos (la de Bolivia en La Paz, que terminó con paridad a uno), esto es lo que queda para hoy.
Las lesiones de Tomás Rincón, líder del mediocampo; Salomón Rondón, máximo goleador en el premundial (5); César González, el pulmón de la zona medular; el polivalente Rolf Feltscher y el sacrificado Luis Manuel Seijas, le quitaron a Venezuela herramientas de peso. Farías lo sabe, y para ello recurrirá al talento de la juventud y a la fuerza de otros experimentados.
Probablemente hoy repita la zona defensiva que planteó en el triunfo sobre Perú, el 3-2 septembrino en Puerto La Cruz: Dani Hernández; Alexander González, Oswaldo Vizcarrondo, Fernando Amorebieta y Roberto Rosales. En el medio, entraría desde el inicio Franklin Lucena; más arriba, Rómulo Otero acompañaría a Juan Arango y al zuliano Yohandry Orozco; en el ataque, Josef Martínez y Nicolás "Miku" Fedor (o Fernando Aristeguieta) buscarían hacer daño a la retaguardia paraguaya.
“Es un sistema totalmente riesgoso, estaremos siempre atacando”, señaló Lucena, antes del duelo. “A la hora de perder la pelota tenemos que estar cerca del contrario para poder quitársela y hacer nuestro fútbol. Se parece mucho al sistema contra Perú”.
Ataque total. No le queda otra opción a Farías. La locura al frente, golear, destrozar, pero siempre con orden en la parte posterior. “Necesitamos salir 100% concentrados en el planteamiento del partido,física y mentalmente para poder sacar un resultado positivo”, apuntó Alexander González. “Debemos enfocarnos en Paraguay, más allá de los otros resultados. Tenemos que sumar”.Coincide con él el marabino Orozco: “Venezuela no se rinde, esto dura hasta el final. Esperemos que la gente nos apoye en todo momento, en cualquier circunstancia”.
El último cotejo entre ambas selecciones, en Asunción, terminó con victoria nacional 2-0, con dos goles del hoy ausente Rondón, una gran actuación de Dani en el arco y la revelación de Josef como segunda punta de lanza. Pero las cosas han cambiado.
Paraguay tiene nuevo técnico, Víctor Genes, que ha apelado a sangre joven, como la del cañonero del Barcelona B, Antonio Sanabria. A San Cristóbal arribó también un experto en estas lides, Roque Santa Cruz, la carta de gol del Málaga español.
Ganas de aguarle la alegría a la Vinotinto siempre tienen: es una rivalidad que viene creciendo: cayeron en tierra caribeña 3-1 en la ruta al Mundial de 2002, pero borraron el sueño nacional con un triunfo 1-0 en el tramo final del premundial 2006 y 2-0 en el de 2010, y los eliminaron, por penales y con un magro juego, en las semifinales de la Copa América 2011.
El estadio polideportivo de Pueblo Nuevo, con 40 mil almas que sueñan con un milagro, estará a rabiar. Venezuela agota, hoy, su último cartucho en esta guerra que, en algún momento, estuvo ganada.
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