El rugido del “Tigre” se escucha por España y toda Europa. Es colombiano, pero con un pasado venezolano al 100%. Radamel Falcao García no esconde su historia: al contrario, se muestra orgulloso de tener recuerdos infantiles de la patria de Simón Bolívar.
Radamel García King, padre del goleador del Atlético de
Madrid –clasificado a la final de la Europa League, donde se verá con el
Athletic del vinotinto Fernando Amorebieta- conversó con PANORAMA, vía
telefónica desde tierra colombiana. El exdefensor central de Táchira, Monagas y
El Vigía rememoró su travesía en los años 80 y 90: “Vislumbraba para él un
futuro muy grande, era lo que yo quería cuando lo veía patear, correr.
Analizaba que le gustaba el fútbol. A medida que iba creciendo y jugando en
diferentes categorías, lo iba corroborando. En Venezuela aprendió a jugar”.
A finales de los 80, García King arribó a Venezuela
procedente del Independiente Medellín. Recaló en el Táchira.
“Algo muy curioso. La gente del Táchira fue a buscar a un
jugador a Medellín. Ese jugador no se quiso ir al fútbol venezolano porque
quería representar a una asociación departamental. Entonces, unos periodistas
le manifestaron a los directivos aurinegros que me llevaran a mí. Me buscaron,
hablamos y viajé a Venezuela. Me acuerdo que Táchira en ese entonces iba muy
mal, creo que en los últimos puestos, y tras llegar empezó a ganar. En
Maracaibo ganamos, nos decían que la plaza era muy difícil. Empezamos a ganar y
terminamos de primeros ese año. Pero lastimosamente no sé qué fue lo que pasó:
jugué una temporada más y me sacaron, esa vez llegó Richard Páez.
Inmediatamente me llamó ‘el Cura’ (Sergio Omar) Calderón diciéndome que mi
salida no fue de la mejor manera, que fui el mejor de la temporada. Luego me
fui a Mineros, jugué, pero luego hubo limpieza y pasé al Monagas, donde jugué
dos temporadas. Me devolví a Colombia y después me uní a El Vigía”.
“El Vigía venía de segunda división, era un equipo muy
pobre, muy limitado, entrenábamos en una cancha llena de pasto, no teníamos
médicos, ni medicinas, ni ropa para entrenamiento. Pero fuimos armando un buen
equipo. Llevé algunos jugadores de Colombia y del Táchira. Armamos un muy buen
equipo, en una bonita temporada, quedamos entre los cinco, seis primeros. Quedó
una buena relación con la gente. Eso sirvió para que a Falcao lo quisieran de
la manera como lo quieren en Venezuela. Él empezó a jugar en Venezuela, comenzó
su carrera”.
Con él se llevó a su pequeño Radamel, junto con su esposa
Carmenza Zárate. Falcao, llamado así por el volante brasileño que era ídolo de
su padre, comenzaba a despuntar en el fútbol… y en el béisbol.
El primer pasatiempo de Venezuela se convertía en la pasión
del muchacho nacido en Santa Marta, en 1986. En El Vigía jugó en categorías
infantiles, donde trataba de imitar los pasos de dos de sus modelos en la
pelota caribe, los campocortos Omar Vizquel y Ozzie Guillén.
“Cuando estaba jugando en las inferiores de El Vigía, sabes
que los chamos allá llevan sus guantes y bates de béisbol y empiezan a
calentar, a entrenar. Mi hijo nunca había agarrado una pelota de béisbol ni
nada. Fue a agarrar la pelota y le pegó
en la nariz. Entonces todos los chamos se burlaron de él. Me dijo ‘Papi,
enséñame a jugar béisbol’. Nosotros somos de la costa colombiana, donde jugamos
béisbol. Le compré un bate, una pelota y un guante. En la noche practicábamos
en una de las salas del apartamento, cómo agarrar el bate, el guante. Hablé con
un entrenador que dirigía las categorías infantiles de un equipo de béisbol. Me
dijo ‘Mándamelo a tal hora, y te digo si es bueno o es malo’. Mi sorpresa fue cuando me dijo que ‘era
buenísimo, porque era muy rápido para correr la bases’. Yo entrenaba a las
10:30, 11:00 de la mañana. Tenía que interrumpir mi siesta en la tarde para
llevarlo al béisbol a las 2:00 de la tarde, luego yo entrenar a las 4:00 de la
tarde, donde él también hacía fútbol. Me la pasaba todo el día llevándolo para
hacer deportes.
Tú sabes que en Venezuela, al menos en El Vigía, aplicaban algo
que se debería aplicar en el fútbol: todos los niños debían jugar en todas las
posiciones. Me acuerdo que lo rotaban en la primera base, de pitcher. Él era
muy hincha de Omar Vizquel, porque lo veía en béisbol. Le agradaban Vizquel y
Ozzie Guillén”.
Después de irse al oriente venezolano Falcao solo se enfocó
en el fútbol. Los resultados los vemos hoy, cuando ha destrozado redes en
Argentina con River, Portugal con Porto y España con el Atlético de Madrid.
En Táchira y en Monagas coincidió con jugadores que, 20 años
después, se convertirían en rivales suyos defendiendo la bandera de Venezuela:
Giancarlo Maldonado, hijo del artillero del Táchira Carlos Maldonado; Ricardo
David Páez, el unigénito del compañero de García King en el aurinegro, Richard
Páez Monzón; y César “Maestrico” González, que jugó en las inferiores del
Monagas SC, y con el que Falcao llegó a coincidir en una selección estadal.
“Tiene recuerdos muy bonitos porque empezó a jugar con
Maldonado cuando estaban chamos, en el Táchira. Se reunía con ‘Maestrico’
González en Monagas, tenían 9-10 añitos. Tiene un recuerdo muy grande. Con el
hijo de Richard Páez en San Cristóbal. Cuando se encuentran en Venezuela se
saludan, hablan. Es como yo: tenemos un cariño muy especial por Venezuela. Hace
poco me encontré con ‘El Gato’ (Ramón Hernández), y con el presidente de El
Vigía”.
El éxito no ha dejado de seguir al cañonero de Santa Marta
en su conquista de Europa. Con el Porto portugués marcó 72 goles en 87 partidos
entre 2009 y 2011, ganando una liga y tres supercopas nacionales, así como la
Europa League de 2011; con Atlético lleva 33 goles en 46 partidos en la zafra
2011-12, llegando a la final de la
Euroliga contra el Athletic, que se disputará el 9 de mayo en Bucarest.
“Todos los sacrificios que él hace es porque quiere ser el
mejor. Quiere que sus cosas salgan adelante, que prosperen. Se entrena, se
prepara para hacer las cosas de la mejor manera posible. Campeón en River, en
Porto, ahora va a una final europea con el Atlético. Lo que se propone, lo
logra”. El orgulloso padre sigue velando, a lo lejos, por el futuro de su
muchacho.
El consejo paterno
“Soy un espejo para él. Siempre fui muy profesional”,
destaca García King. “Respeté al fútbol, le decía que el fútbol era para
disfrutarlo al máximo. Nunca llegaba tarde al entrenamiento, ni me emborraché,
siempre me comporté bien, respeté a los entrenadores jugara o no jugara, a mis
compañeros. Siempre fue el ejemplo que le di a mi hijo. Que fuera gente. Que
había dos caminos: uno malo o uno bueno. La persona es de acuerdo al camino que
escoja. Cuando él (Falcao) viene de vacaciones se trae su máquina para entrenar
y su preparador físico. Sale, habla con sus amigos, pero siempre entrena, es lo
primero que hace: pensar en su cuidado personal. Por eso es que le va bien”.
Su hermano, el DT del Zulia FC
Alex García King es hermano de Radamel y tío del goleador
del Atlético. “Lo felicito por lo que está haciendo en el fútbol venezolano.
Hablé con él, me dijo que estaba en los primeros cuatro puestos, clasificado
para pelear por Copa Suramericana. Yo lo traje a Venezuela, cuando en Mineros
necesitaban a un entrenador para las escuelas de fútbol. Es una persona muy
estudiosa, preparada, muy cuidadosa en sus cosas. Estaba trabajando con una
escuela de fútbol y a los tres días ya estaba en Venezuela. A su llegada,
Mineritos empezó a prosperar. Nosotros dirigíamos en las diferentes categorías
para esa escuela de fútbol. Alex revolucionó el fútbol en Puerto Ordaz. Es una
persona muy conocedora, que trabaja muy bien, no deja nada improvisado”.
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