La serenidad de don Víctor Pignanelli

Cortesía El Tiempo de Bogotá
"En el partido de vuelta contra Emelec en Quito (Copa Libertadores de 1994), antes de empezar el juego, llegaron unos periodistas ecuatorianos y le preguntaron al profe si estaba nervioso. Él lo que hizo fue prender el yesquero para que le vieran el pulso de la mano: 'Miren cómo estoy nervioso', les dijo, con ironía y buen humor". Minerven ganó en los penales.

La anécdota narrada por Edson Tortolero refleja a plenitud a aquel hombre sereno llamado Víctor Pignanelli, Don Víctor. Esta semana se cumplieron 20 años de la eliminación, por parte de la Vinotinto sub 23 que él conducía, de Brasil en su camino a los Juegos Olímpicos de 1992; y tampoco se olvida que, a dos días del comienzo de la Copa Libertadores 2011, él llevó a Minerven de El Callao a los cuartos de final del torneo en 1994.

Pignanelli (que en Venezuela, por error de redacción siempre fue conocido como Pignarelli), nació en Montevideo en 1932. Fue un central alto, de peso, de porte atlético, maña y fuerza. De esos defensores que pare por decenas Uruguay.

Como jugador destacó en el fútbol colombiano, donde militó en los años 60 con el Cúcuta Deportivo y América de Cali, luego de haber pasado por Peñarol y Wanderers. Cuando colgó las botas, decidió que lo suyo era la dirección técnica. Y enfiló baterías hacia Venezuela.

Clubes como Deportivo Táchira, Pepeganga de Margarita, Minerven y Monagas SC le tuvieron en el banquillo desde su llegada al balompié venezolano, a comienzos de la década de los 80.

"Una persona extraordinaria, nos enseñó sus vivencias y desde allí empezó a enseñarnos su forma de ver al fútbol", evoca Stalin Rivas, que jugó bajos sus órdenes en la selección venezolana y en Minerven de El Callao. "Transmitía mucha tranquilidad. Eso siempre me llamó la atención de él, siempre con una buena respuesta, con la misma calma, independientemente de la situación".

Pignanelli asumió el timón de la selección venezolana para la Copa América de Chile 1991. La Vinotinto perdió los cuatro partidos que disputó en el grupo A, con sólo un gol a favor por 15 en contra. Eran tiempos en los que la falta de orden y apoyo le pasaban factura a los criollos.


Cortesía Deportivo Táchira

A pesar de los problemas, la Federación Venezolana de Fútbol ratificó al uruguayo para el preolímpico de Paraguay, eliminatorio para los Juegos de Barcelona 1992.

Llevando la batuta ante jóvenes promesas como Félix Golindano, Ceferino Bencomo, José Luis Dolgetta y Edson Tortolero, el combinado patrio terminó último del grupo uno, con sólo un punto de doce posibles.

Sin embargo, Venezuela dio la sorpresa tras eliminar, en el último partido de la zona, a Brasil. Los verdeamarelos contaban con nombres que darían lustre al fútbol mundial, como Cafú y Roberto Carlos. Un gol de Edson Rodríguez abrió el marcador, empatando Elivelton. Paraguay pasaría sobre los amazónicos en el Grupo uno, junto con Colombia.

"Ya Brasil no se reirá y olvidará de nosotros", afirmó Pignanelli, recordando aquellas ácidas palabras del periodista y ex técnico brasileño Joao Saldanha: "El fútbol venezolano es un chiste".

Rodríguez, autor del gol criollo, siempre manifestó su admiración por "el profesor", como llamaba a Pignanelli. "De él puedo decir todo lo mejor, porque trata a uno como un profesional. Me ayudó mucho, dijo que estuviera tranquilo, dándome confianza para entrar al partido", recordaba el atacante en su conversación con Edgardo Broner, para el libro Gol de Venezuela.

La palabra clave en la vida de Pignanelli era "tranquilidad". Todo el que se refiere al uruguayo recuerda su actitud siempre sosegada.

"Te mantenía motivado, te daba confianza a lo que tu podías y sabías hacer", señala Tortolero, que de él recibió la cinta de capitán de Venezuela. "En lo psicológico aprendí mucho de él para tratar al grupo. Me ayudó a crecer".

"Estábamos una vez de pretemporada en Margarita con Minerven y nos sirvieron la comida", interviene Juan García. "Me acuerdo que era una sopita de pollo y a un jugador le sirvieron las patas del pollo. El jugador se indignó, porque él dijo que era una ofensa. El profesor se molestó y le dijo que cómo era posible, que eso era comida. Que cuántas personas no habían en la vida porque no tenían un plato de comida y nosotros quejándonos".

El logro más grande de Pignanelli en el fútbol venezolano ocurrió en la Copa Libertadores de América de 1994, con Minerven de El Callao. El uruguayo condujo a un equipo clásico, confeccionado con jóvenes figuras que harían historia en el balompié nacional, como Gilberto Angelucci, Stalin Rivas (goleador de la competición, con siete tantos), David McIntosh y Juan García, entre otros.

Los azules llegaron a los cuartos de final del torneo, cayendo eliminado en la serie contra el Vélez Sarsfield de Carlos Bianchi y José Luis Chilavert por 0-0 y 0-2. Los argentinos se coronarían, a la postre, como campeones de la justa.

"Cuando eliminamos a Emelec en Ecuador, en los penales (octavos de final, por 4-2), antes de los cobros nos reunió y nos dijo que tenía fe en clasificar. Estando el estadio lleno, con todo el mundo contra nosotros, nos habló como si fuese un entrenamiento", apuntó Stalin.

Pignanelli falleció en Montevideo en 2006. Problemas familiares y desaciertos administrativos lo hundieron en la pobreza. Llegó a vivir en los camerinos de un estadio en Bucaramanga, Colombia, con "seis desgastadas mudas de ropa, dos viejos pares de zapatos y una colchoneta flaca y raída", como lo narró al diario El Tiempo de Bogotá. Tuvieron que hacer una colecta para pagar su pasaje a la tierra que lo vio nacer y morir.

 "Murió en circunstancias de abandono", rezaba un comunicado de la Federación Venezolana de Fútbol, "porque su condición de caballero del deporte lo llevó a rechazar toda ayuda de instituciones y amigos que desearon tenderle la mano en su momento".

Comentarios

  1. Nací y viví en ciudad guayana por 25 años y en ese tiempo pude ver los avances y crecimientos del futbol guayanes. Como guayanees soy un fanatico del futbol y en el tiempo que estube allá puder ver a mineros de guayana campeon, minerven aun siendo sub campeon de venezuela pudo llegar tam lejos a los cuartos de final de la copa libertadores del 94, bajo la direccion tecnica del uruguayo profesor victor pignanelli. lo veia a el y a su grupo de jugadoes entrenar tales como edson tortolero, luis makenko morales, oracio matuzsik, david makintoch, david grueso, dario erramuspe, juan garcía entre otros. el profe siempre muy calamdo y lleno de pacioencia en las practicas... pocos entrenadores he visto como el... vaya mis recuerdos y mi admiración para el profe pignanelli... fue una gran persona y entrenador... Saludos desde Quiriquire edo. Monagas Eloy García Jr.

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  2. A veces los periodistas deberian informarse antes de publicar cualquier versión, si bien es cierto que estuvo un tiempo en un camerino por capricho de el mismo ya que casi toda su familia estaba ya radicada en Montevideo, y tembien es cierto que se hizo una colecta en bucaramanga para costear su pasaje a Uruguay. Como toda persona mayor y al estar ese tiempo en cisrcunstacias poco salubres afectaron su salud, pero llegó a Uruguay y falleció dos años despues, rodeado de su familia, esposa, hijos y nietos. Soy una de las hijas.

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    1. Hola conoci a tu papa, disfrutamos su genialidad, me dolio saber su final, siempre le recordare, un abrazo

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  3. A quien le creemos? Wikipedia ubica su muerte en Bucaramanga ( Colombia), y otros comentarios sugieren que fué en Montevideo (Uruguay)

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    1. Falleció en Montevideo, soy bumangues lo conocí era un tipo extraordinario, un caballero. Sé que Bucaramanga fuè muy especial para él, pero falleció en Montevideo.

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  4. Grande jajaja a quien dirijo por favor, que ganó como jugador. Los hijos se le robaron la plata, ni en su vida personal ni profesional fue un grande

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    1. Fue el mas grande que paso por mi pais y de los mejores que pasaron por el tuyo, gran amigo, mejor persona.

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