Los vínculos de Venezuela con Salta no comenzaron apenas esta semana, con la llegada de la Vinotinto a "La Linda" (como es conocida la norteña ciudad), en el ámbito de la Copa América 2011. En el escenario de las Guerras de Independencia, un hijo del llano guariqueño, Domingo López Matute (o de Matute, como lo llaman los argentinos), dejó su huella en la historia salteña.
Nacido en fecha desconocida, este mestizo (descendiente de indio y blanco) luchó bajo las órdenes de José Tomás Boves en el bando realista, durante los primeros años del conflicto, tal y como ocurrió con otros posteriores héroes, como Pedro Camejo, "Negro Primero".
Luego de unirse a las fuerzas patriotas en Venezuela, con José Antonio Páez como caudillo llanero, López Matute fue destinado a luchar en el sur, siendo uno de los integrantes del grupo que atravesó los Andes por el páramo de Pisba junto con Simón Bolívar en 1819, para terminar de borrar el dominio español de las tierras americanas.
De acuerdo con una novela histórica escrita por el venezolano José León Tapia, además de documentos de la época como cartas escritas por el Mariscal Sucre, López Matute combatió en Pantano de Vargas y Boyacá, Bomboná, Junín y Ayacucho. Sin embargo, luego de terminar con los españoles en Perú, las desaveniencias con los mandos grancolombianos desembocaron, en 1826, en la deserción del capitán López Matute junto con un escuadrón de Granaderos de Colombia hacia el norte del Río de La Plata, entonces territorio inhóspito.
En Salta los recibió el gobernador de la provincia, Álvarez de Arenales, integrándolos a su ejército. Sin embargo, se vio envuelto en la guerra civil entre unitarios y federalistas que desolaba la zona: al final se rebeló contra Álvarez y siguió la guerra con los federales.
Al frente de fuerzas casi anárquicas, que no respondían a nadie sino a sus instintos, sembró el miedo en Salta. Se hizo de una chacra (un fundo) y desde allí mandó. En la ciudad se enamoró de la hija de un comerciante español, Luisa de Ibazeta, raptándola y embarazándola.
Intolerable para la sociedad salteña que un mestizo se uniera a ellos, y menos de la manera que lo hizo, fue acusado de conspirador, y destinado a ser fusilado. Cuando se le anunció la medida, pidió ir a la iglesia: allí tomó el cáliz sagrado y amenazó con romperlo -una herejía para la época-. "Fusílenlo con cáliz y todo", dijo el cura.
El venezolano Domingo López Matute fue ejecutado el 27 de septiembre de 1827 en las salteñas colinas de Medeiros, donde hoy se encuentra la residencia familiar del Gobernador.
Hoy, en la Copa América, nuestros lanceros vienen en son de paz y son recibidos con buenos ánimos en Salta. Pero éstos, como López Matute, no tendrán piedad frente a Ecuador.
El libro sobre el lancero, escrito por el doctor José León Tapia puede ser descargado completamente en la dirección http://www.portaldesalta.gov.ar/libros/Libro_FINAL_LEON_TAPIA_DEF%5B1%5D.pdf
Nacido en fecha desconocida, este mestizo (descendiente de indio y blanco) luchó bajo las órdenes de José Tomás Boves en el bando realista, durante los primeros años del conflicto, tal y como ocurrió con otros posteriores héroes, como Pedro Camejo, "Negro Primero".
Luego de unirse a las fuerzas patriotas en Venezuela, con José Antonio Páez como caudillo llanero, López Matute fue destinado a luchar en el sur, siendo uno de los integrantes del grupo que atravesó los Andes por el páramo de Pisba junto con Simón Bolívar en 1819, para terminar de borrar el dominio español de las tierras americanas.
De acuerdo con una novela histórica escrita por el venezolano José León Tapia, además de documentos de la época como cartas escritas por el Mariscal Sucre, López Matute combatió en Pantano de Vargas y Boyacá, Bomboná, Junín y Ayacucho. Sin embargo, luego de terminar con los españoles en Perú, las desaveniencias con los mandos grancolombianos desembocaron, en 1826, en la deserción del capitán López Matute junto con un escuadrón de Granaderos de Colombia hacia el norte del Río de La Plata, entonces territorio inhóspito.
En Salta los recibió el gobernador de la provincia, Álvarez de Arenales, integrándolos a su ejército. Sin embargo, se vio envuelto en la guerra civil entre unitarios y federalistas que desolaba la zona: al final se rebeló contra Álvarez y siguió la guerra con los federales.
Al frente de fuerzas casi anárquicas, que no respondían a nadie sino a sus instintos, sembró el miedo en Salta. Se hizo de una chacra (un fundo) y desde allí mandó. En la ciudad se enamoró de la hija de un comerciante español, Luisa de Ibazeta, raptándola y embarazándola.
Intolerable para la sociedad salteña que un mestizo se uniera a ellos, y menos de la manera que lo hizo, fue acusado de conspirador, y destinado a ser fusilado. Cuando se le anunció la medida, pidió ir a la iglesia: allí tomó el cáliz sagrado y amenazó con romperlo -una herejía para la época-. "Fusílenlo con cáliz y todo", dijo el cura.
El venezolano Domingo López Matute fue ejecutado el 27 de septiembre de 1827 en las salteñas colinas de Medeiros, donde hoy se encuentra la residencia familiar del Gobernador.
Hoy, en la Copa América, nuestros lanceros vienen en son de paz y son recibidos con buenos ánimos en Salta. Pero éstos, como López Matute, no tendrán piedad frente a Ecuador.
El libro sobre el lancero, escrito por el doctor José León Tapia puede ser descargado completamente en la dirección http://www.portaldesalta.gov.ar/libros/Libro_FINAL_LEON_TAPIA_DEF%5B1%5D.pdf
Que mierda... que discriminación para alguien que tuvo que ver con la independencia de la Argentina.
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