A falta de seis fechas para el final, dos penales decidieron el partido, una batalla entre la ofensiva de Josep Guardiola y la defensiva de José Mourinho. Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, destinados a ser los paladines de sus equipos en el Clásico, anotaron los goles desde los doce pasos.
El miércoles, se reencontrarán ambos equipos en la final de la Copa del Rey, en Mestalla. El 27 de abril y el 3 de mayo, los dos episodios finales del "Multiclásico" español: semifinales de Liga de Campeones.
El estadio Santiago Bernabéu encendió sus luces con dos sorpresas. La primera, para los merengues, la aparición del central luso-brasileño Pepe como mediocampista defensivo, junto con Xabi Alonso y Sami Khedira; la segunda, para los culés: Carles Puyol volvía al once inicial casi tres meses después de su lesión.
Pepe encajó a la perfección en la idea de Mourinho: frenar a Messi como de lugar. Lo logró en un 70%, pero ese 30% restante fue peligro tras peligro creado por el argentino.
El primer tiempo transcurrió con más frustraciones que alegrías. Cristiano y Karim Benzema tuvieron sus ocasiones para los de “Mou”, sendos disparos detenidos y desviados por Víctor Valdés.
Messi, cuando pudo salir de la telaraña, también buscó el gol, pero siempre estuvo presente Iker Casillas. El madrileño paró un tiro del rosarino con olor a celebración al 44.
Un minuto más tarde, le llegaba el turno a Cristiano: doble cabezazo en el área tras un córner y el portugués, solo, remató, salvando Adriano casi en la línea.
El marcador cambió de números apenas al minuto 53. Después de un atolondrado intento por frenar a David Villa dentro del área, Raúl Albiol salió expulsado con roja directa. Messi se encargó de marcar, de penal, su 30º gol en la Liga 10-11 y 49º en la temporada de Liga, Copa y Champions.
Al 58, tuvo que salir lesionado Puyol, por una contractura. Adiós al capitán.
Pepe tuvo la igualada al 66, cerca del poste derecho de Valdés, pero el balón pegó en la pared externa.
Al 82 llegó la alegría para los merengues, más con casta y coraje que con calidad. El árbitro Muñiz Fernández cantó como falta una caída de Marcelo ante la barrida de Daniel Alves (la repetición muestra que no lo tocó) y Cristiano rompió su pared de siete duelos sin poder marcarle al Barcelona (con Manchester y Madrid).
La liga es más blaugrana que nunca, sí, pero Mourinho consiguió lo que quería: frenar al Barcelona. El miércoles, en el segundo episodio de la batalla de España, verá quién se lleva la vencida.
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