Para la fecha 32, aprendió la lección. De nada vale salvaguardar la historia en blanco y negro, la de la belleza ofensiva de los tiempos de Di Stéfano o Butragueño, si el equipo va a salir castigado. Y apeló a su sistema ultradefensivo y contragolpeador. Apareció el muro de “Mou”.
Con Pepe como principal figura de un “trivote” junto con Xabi Alonso y Sami Khedira, reubicado desde la defensa central hacia el medio campo, frenó el tornado atacante del Barcelona. Poco apareció Andrés Iniesta, lució incómodo Lionel Messi, Pedro se borró y David Villa falló una y otra vez.
¿El resultado? Empate a uno, con dos goles desde el punto penal de Cristiano Ronaldo y Messi, y el hallazgo, por parte de Mourinho, de la fórmula mágica para detener al Barcelona que le funcionó dirigiendo al Inter de Milán.
“Fue un choque propio de equipos que se respetan, que saben que el rival es fuerte y eso hizo que no hubiese grandes oportunidades de gol”, explicó el portugués en la rueda de prensa. Sin embargo, lamentó quedarse con diez desde el minuto 53 por la expulsión de Albiol.
La liga quedó igual, con el líder culé a ocho puntos de distancia de los merengues. Pero el miércoles, en el episodio 2 del “Multiclásico” —final de la Copa del Rey—, habrá que esperar si el “InterMadrid” puede volver a atascar al Barcelona.
“Han hecho marcas individuales. Esperábamos algo de esto (...) Veremos el miércoles a ver como va la final”, destacó Guardiola en la rueda de prensa post partido. ¿Cuál será la próxima movida de los maestros?
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