Manuel Arteaga, dinamita zuliana

Foto: Luis Bravo

César Farías lo reta, lo provoca y le pega un grito: “¡Manuel, presiona, más fuerte, no te quedes!”. El escenario, el estadio José Antonio Anzoátegui, de Puerto La Cruz. Ante estrellas consagradas como Juan Arango, y jóvenes líderes como Tomás Rincón, Manuel Arteaga busca impresionar al seleccionador nacional.

Es un entrenamiento entre la sub 17 y la selección de mayores, pero hay que tomárselo como el último partido de sus vidas. O por lo menos así lo pide el técnico de la selección. Y Arteaga no se amilana ante los grandes: por el contrario, los busca, trata de quitarle el balón, intenta llegar a la meta rival.

El único representante del estado Zulia en la selección venezolana, que busca la gloria en el Suramericano sub 17, nació en Maracaibo el 17 de junio de 1994. Es un delantero alto, 1,82 metros de estatura, y con más hueso que carne. Tiene ímpetu, habla con seguridad pese a su edad, casi que con irrespeto. No tiene miedo, cuando muchos a su edad son tímidos al hablar.



“Nosotros tenemos en la mente clasificar al Mundial, es la meta grupal, es lo que queremos. Hay que trabajar duro, poco a poco, y luchar por lo que hemos venido trabajando durante un año seguido, con tantos partidos internacionales”, recalcó a PANORAMA, en la zona de calentamiento del estadio Anzoátegui.

Decir esto con tanta seguridad roza la arrogancia, sobre todo después de la eliminación de la sub 20 en el Suramericano de la categoría, y d elos rivales de grupo, como Brasil y Paraguay. Pero Arteaga tiene fe, no sólo en él y su cabeza goleadora, sino en todo el grupo, dirigido por Marcos Mathías.

“Nos sacrificamos mucho en la cancha, mostramos compañerismo, no damos una pelota por vencida, además que tenemos buen toque de pelota”.

Sus técnicos resaltan de él esa animosidad ofensiva, ese correr a la desesperada en la lucha por el balón. Alex García, hoy DT de la sub 20 del Zulia FC, lo dirigió en las categorías infantiles  del Centro Gallego.

“Tiene buena proyección, es alto para su edad, desde pequeño demostraba esas ganas, esa hambre de gol, siempre yendo al frente”, destacó el timonel, un obrero del fútbol juvenil marabino. “Siempre encara al defensa, presiona, busca el arco rival. Sólo le falta rodaje, más experiencia, y eso llega con el tiempo y las oportunidades”.

Mario Conversano le condujo en la sub 17 zulianista. No se esconde el hoy dirigente de las categorías juveniles negriazules al momento de hablar de sus virtudes y sus fallos.

“Venía del Unión Atlético Maracaibo y lo tuve en cuanto llegó al Zulia. Es versátil, con buena estatura, va muy bien por arriba. Su problema principal es que cae fácil en las provocaciones, algunas veces me ha afectado el colectivo con una expulsión. Eso lo tiene que mejorar”.

Pero reconoce Conversano que “es educado y consecuente con los consejos que le dan, es muy obediente, asimila las correcciones”.

Esta dinamita que admira a Fernando “El Niño” Torres y a Nicolás “Miku” Fedor  —físicamente es similar a los dos delanteros—, vive en Milagro Norte y busca un futuro similar al que hoy tiene otro orgullo del Zulia FC, Yohandry Orozco: el ir a jugar en Europa.

“El Zulia FC me ha ayudado mucho, me ha dado las oportunidades, y quiero seguir adelante”, recalcó Arteaga. Cuenta con calidad para ello, pundonor y capacidad física.