Rusia y Qatar, las sorpresas



Habló la Fifa: el fútbol tiene que extenderse, dejar las tradicionales sedes y seguir conquistando espacios en la geografía planetaria. Y decidió: Rusia y Qatar organizarán los mundiales de 2018 y 2022, respectivamente, en una selección que muchos consideran como sorpresiva.

Sobre todo cuando candidaturas como la conjunta entre España y Portugal, la de Inglaterra y la de Estados Unidos quedaron sin opción ante el gigante euro-asiático y la  minúscula nación del Medio Oriente.

 “Vamos a tierras que nunca han organizado la Copa del Mundo. Europa del Este y Oriente Medio han estado esperando esto durante mucho tiempo, así que estoy feliz como presidente de poder cumplir con el desarrollo del fútbol”, fue el centro del mensaje del presidente del ente balompédico, el suizo Joseph Blatter, ayer en Zúrich. Ése es el norte de la Fifa: conquistar y colonizar a toda la Tierra en el nombre del fútbol.

 “Este deporte tiene un valor social, educacional. Se basa en la disciplina y en el respeto. Es un combate pero con el espíritu del juego limpio. Es un deporte que da esperanza a la humanidad”, sentenció, filosóficamente, Blatter.



Pese a la teóricamente noble intención de Blatter, los escándalos de corrupción que salpicaron la elección y que terminaron con  el  tahitiano Reynald Temarii y el nigeriano Amos Amodu apartados de la votación afectaron la credibilidad de las designaciones.

 Las decepciones también dejaron perlas como la de Vicente del Bosque, seleccionador español y actual campeón del Mundo: para el timonel salmantino, la Fifa quiere “expandir el fútbol a nuevas tierras, a los países que son económicamente poderosos, a los que tienen dinero”.

O las de Marc Wilmots, perteneciente a la candidatura de Holanda-Bélgica: “Rusia es una opción política y Qatar es una opción económica. Se puede decir que, en cierta medida, el deporte ha sido el perdedor con la decisión”.

En todo caso, Rusia y Qatar tienen los mundiales, y les toca mucho trabajo por hacer. Eso lo reconoce, entre otros, el hombre fuerte de Moscú, el premier Vladimir Putin:   “Rusia ama al fútbol y el país tiene todo lo que hace falta para que el Mundial  tenga lugar al máximo nivel”.

Coincidió  con él, en el caso qatarí, uno de sus “embajadores”, el estelar ex jugador francés Zinedine Zidane. Para el legendario atacante, de origen argelino,  “es la victoria del mundo árabe. Qatar ha estado respaldado por todo el mundo árabe, y creo que eso ha desempeñado un papel importante”.   

Luego de Corea-Japón 2002 y  Suráfrica 2010, las designaciones de Rusia 2018 y Qatar 2022 le demuestran al mundo que el fútbol, en manos de la Fifa,  sigue en constante expansión.  Aunque sean sorpresivas o controversiales.

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