Decepción en clave rojiazul

Unión Atlético Maracaibo cerró en el "Pachencho" Romero -caída 4-2 ante Lara FC- su peor torneo desde que nació deportivamente, en el 2001. A falta de un partido por el final del Apertura 2010 de la segunda división (el domingo 12, ante el CD San Antonio, en Táchira), el bicolor es el último del grupo Occidental, con 15 puntos (tres victorias, seis empates y ocho derrotas en total).

Los números decepcionan por el lado en el que se les mire. Como locales, el cuadro marabino sólo logró el el 40,7% de los puntos totales (11 unidades de 27 posibles), con tres triunfos, dos empates y cuatro derrotas, 12 goles a favor y 12 en contra.

Las victorias solitarias ocurrieron ante el CD San Antonio (en el debut) por 3-0, Lotería del Táchira por 3-1 y UA San Antonio, por 1-0.

De visita es peor el escenario: los marabinos apenas sacaron el 16,6% de los puntos totales, cuatro de 24 posibles (a falta del partido contra el CD San Antonio, de la jornada 18). Ninguna victoria, cuatro empates y cuatro caídas, con 11 goles a favor por 17 en contra.

¿Las causas? Deportivamente, los importados vuelven a irse sin pena ni gloria. No es lo mismo perder con puros locales que hacerlo con tres foráneos en el campo. Se presumía que el brasileño Ramón Biolchini, y los argentinos Pablo Mombiela y Daniel Cotello, serían fundamentales en el desarrollo triunfal del bicolor: nada más lejos de la realidad. Ninguno logró adaptarse a un sistema, Biolchini sufrió por lesiones y por desatenciones propias, Cotello no fue del agrado del cuerpo técnico inicial (con Alex García al frente) y Mombiela ni siquiera terminó la temporada para irse del equipo.

La encomiable labor del experimentado José Félix Gutiérrez no contó con el apoyo de sus compañeros. El delantero oriental anotó diez de los 23 goles totales del equipo, pero la ausencia de goles puntuales afectó en el devenir del cuadro local.

Sin un sistema claro, con jugadores de poca experiencia y mediocres en su desempeño, ya era difícil que el Unión pudiera salir adelante. Pero además se unieron las razones extradeportivas.

El proyecto de Alex García comenzó con la mejor de las expectativas: se logró una victoria 3-0 sobre el CD San Antonio que preveía una feliz temporada que terminara con el ascenso. Pero los choques entre el timonel y la directiva, en especial con el gerente Orlando Arango, la posterior renuncia a viajar con el equipo para el segundo partido contra el Ureña y la aceptación posterior de su regreso al frente hicieron mella. Era la crónica de una muerte anunciada.

García, luego del lamentable episodio del viaje a Ureña, prosiguió con el equipo, pero la racha de empates y derrotas destrozó las intenciones del bicolor. Su renuncia (para muchos fue un sutil despido) no arregló las cosas: la llegada del chileno-venezolano Miguel Vásquez no ayudó a levantar cabeza al equipo.

Entre los jugadores, los hechos de indisciplina no pasaron desapercibidos. Eran públicos y notorios los desplantes o molestias que tuvieron como consecuencia el que un grupo resultara apartado del equipo. Ya a falta de dos fechas para el final se informó que Martín López (motor en el mediocampo, pero sin la suficiente entereza como para el profesionalismo), César Orozco, Aníbal Martínez, Daniel González, Jonathan Fermín, José "Lulo" Barros, Juan Pabón y David Medina no seguirían con el Unión. ¿La razón oficial? "Reestructuración".

La decepción no se reduce al tema de los triunfos, sino también a que las posibilidades de que el equipo se estableciera como club fueron torpedeadas desde un principio. Sin el Centro de Entrenamiento de La Estancia, la Casa Club o la posibilidad de utilizar la cancha Giuseppe "Pepino" Costa, la administración del ingeniero Ricardo Bravo no pudo enarbolar su bandera de convertir en club al equipo. Ni siquiera pudieron venderse las ansiadas camisetas bicolores.

Además, las deudas con los jugadores que formaban parte del antiguo Unión, como Guillermo Beraza, también golpearon los proyectos de la institución.

La premisa para el Clausura 2011 es la de fichar experiencia (si el dinero lo permite) sobre todo en la zona defensiva y establecer una base joven con jugadores zulianos. Nombres como los del mediocampista Lacides Pinto (que disputó todos los partidos del Apertura), Uber Villegas o Devanis Orozco pueden ser los que saquen del foso al cuadro marabino. La presencia de Gutiérrez debe garantizarse, además de la continuidad del técnico Vásquez.

Antes del comienzo de la actual temporada, el ingeniero Bravo proclamaba que el Unión volvería a primera división por victorias o por compra de cupo al final. Quizá la traumática temporada impida, incluso, la segunda opción. Un milagro, o el impulso de jugadores y técnicos juntos, podría ayudar a que los ansiados triunfos lleguen para el primer semestre de 2011.