Vicente Vega, la pared de Maracay

Nuestra tercera entrega de Martes de Gloria, dedicada a las Glorias del fútbol venezolano. Seguimos con Vicente Vega, ex arquero nacional y padre de Renny Vega.

Frente a la poderosa oncena brasileña, aquella que hacía temblar de miedo a las defensas, la de Zico, Toninho Cerezo y compañía, se paró aquel negro de Maracay, empeñado en evitar a toda costa la caída de su cabaña.

Treinta mil banderas ondeaban al cielo en el estadio Olímpico de la capital de la República. Era la tarde del 8 de febrero de 1981.

Los muchachos del legendario Telé Santana insistieron una y mil veces frente a un Vicente Vega inspirado, que paró de todo. Tenía que ser Zico, el “Pelé blanco”, de penal a cinco minutos del final, el que venciera al cancerbero aragüeño. La vinotinto se le había puesto difícil al Brasil del “Samba show”.

Nacido el 21 de febrero de 1955 en el barrio La Democracia de Maracay, en el que vería la luz años después un tal Juan Arango, Vega tiene como uno de los recuerdos más gratos el lance contra los amazónicos.

De humildes padres, Vicente comenzó su trajín futbolístico con el Independiente FC de Maracay. “Fue tan buena la actuación que me llevaron a la selección en 1975, con apenas 16 años. Fuimos al Suramericano juvenil de Chile”, rememora el portero.

Allí coincidió con Vicente Flores, William Salas y un joven Richard Páez, a la postre técnico nacional.

“Cuando a uno le hacen una invitación a la selección es algo especial. Amplía los horizontes”, afirma Vega, que fue nombrado como el mejor portero del campeonato.

De vuelta a la patria, es fichado por el Deportivo San Cristóbal, el primer equipo de la andina ciudad.

Jesús García Regalado, secretario general de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), define a Vicente como “uno de los arqueros más importantes del fútbol nacional. Era extraordinario en las salidas, a pesar de no tener gran altura, y unos reflejos a toda prueba”.

Mientras, Walter “Cata” Roque, entrenador de Venezuela en aquel partido contra Brasil y reconocido técnico de clubes nacionales, opina que Vega “tenía en ese momento el dinamismo y la juventud necesaria, mostrando muy buenas condiciones en las pelotas aéreas”.

Dos años pasaron para que fuera transferido al poderoso Portuguesa FC. El once rojinegro ya se había llevado tres competiciones venezolanas y quería extender su reinado.

“Cuando yo llegué, lo primero que me dijo el técnico (Vladimir Popovic) fue: ‘No te preocupes, ahorita no vas a jugar. Después sí lo vas a lograr”, recuerda Vega.

Con 19 años, en 1977 era el tercer portero del club llanero. “Antes estaban el uruguayo Gárate y Santiago Romero, guardavallas de la selección. Hasta que el primero pidió permiso para irse a su país y el segundo fue vendido. Llegó mi chance”.

Se adueñó de los tres palos de Portuguesa. Allí estuvo con Ramón Echenausi, el argentino Carlos Horacio Moreno, Richard Páez, el paraguayo Pedro Pascual Peralta y un puntero derecho brasileño y campeón del mundo, de nombre Jairzinho.

Los llaneros se terminaron de pasear por Venezuela, con dos trofeos más. Se ganaron el apodo con el que hoy todavía son conocidos, el “Penta”. Vicente estuvo entre los autores que firmaron ese libro.

Disputadas copas Libertadores de América contra el Libertad de Paraguay y el Peñarol de Uruguay, y después del histórico 0-1 contra Brasil, le llovieron las ofertas para irse al fútbol amazónico. Nada más que el Flamengo de Zico y el Vasco da Gama querían sus servicios. Pero Portuguesa no le dejó.

“Fue una de las grandes frustraciones de mi vida. Todavía siento molestia al hablar sobre eso, pero hay que seguir adelante”, apunta Vega. “Hubiese sido la oportunidad de abrir el mercado brasileño para los venezolanos, pero no se pudo”, agrega.

Se iría de Portuguesa cuando pasaron los buenos tiempos para él. “Pudo haber sido más grande, pero con la competencia que tuvo, el tiempo fue más reducido”, comenta el secretario de la FVF, García Regalado.

La vida familiar sería una válvula de escape, con su flamante esposa, Estrella Hernández, con la que tendría su primer hijo, Renny.

Admirador de Renny Ottolina, la leyenda de la televisión venezolana, todos sus hijos llevarán nombres similares.

No obstante, la dicha del nacimiento del pequeño Renny se oscureció: Estrella moriría un año después.

En segundas nupcias se casó con Deisy de Vega, con la que tendría a Rina Vanessa, René y Videisy, sus tres jóvenes retoños.

Pero el fútbol lo llamó de nuevo. El Deportivo Italia le esperaba, donde estuvo cuatro temporadas. Allí formó once con jugadores como Pedro Febles y el delantero Gianni Savarese, ambos selección nacional en su momento.

A los 36 años se retiró de las canchas, dejando el testigo en las manos de su hijo Renny, hoy cancerbero de la vinotinto. “Mi papá es un espejo para mí en lo personal. Me he fijado mucho en la trayectoria como futbolista de mi padre”, confiesa el guardavallas del Carabobo FC.

Y lo describe en el ámbito personal: “Es un tipo tranquilo, sereno, siempre trata de llevar todo con tranquilidad en los momentos difíciles”, comenta Vega.

Y culmina el cancerbero, el hijo de Vicente: “Antes de los encuentros siempre me llama para aconsejarme, para darme ánimos. Dentro y fuera de la cancha, siempre es así”.

Desde hace 13 años, Vicente es entrenador de la Escuela Liceo Militar de Maracay, “gracias a mi colega y amigo, el brasileño Pablo Muñiz, que me dio la mano para ingresar”.

Vega tiene su lugar como uno de los mejores arqueros en la historia del fútbol venezolano. La “Pared de Maracay” descansa hoy al lado de sus hijos y de su esposa en la ciudad que le vio nacer, suspirando por su selección y por las oportunidades perdidas.

En corto
Vicente Vega nació en Maracay, estado Aragua, el 21 de febrero de 1955.

Portero, militó en los equipos Independiente FC de Maracay, Deportivo San Cristóbal, Portuguesa FC y Deportivo Italia (primera división venezolana).

Estuvo en la selección nacional de Venezuela en 15 oportunidades, desde 1975 a 1983.

Desde hace 13 años es entrenador de cadetes de la Escuela del Liceo Militar de Maracay, además de trabajar en la Base Aérea Libertador con los soldados.