El niño tímido. El adolescente inocente. La estrella impetuosa. El capitán maduro. El excéntrico nuevo rico. El truhán malogrado. La piltrafa vilipendiada. El enfermo terminal. El resucitado. El líder de los desposeídos. El eterno rebelde.
Dios encarnado en un rollizo atleta, en un gigante de 1,66 metros. Basura de la sociedad, drogadicto y poca cosa. Diego Armando Maradona inspira devoción máxima y odio en partes iguales.
Este 30 de octubre llega a los 50 años de vida el eterno dorsal 10. Su zurda mágica, sus gambetas, los golazos, sus dos manos levantando la Copa del Mundo del 86. Sus frases, ocurrentes, salidas de tono. Su vida, una película donde le ha tocado ser héroe y villano. Al margen de su reverenciado Che Guevara, es el argentino más conocido en el planeta.
El 2010 para el hijo de Villa Fiorito ha sido un volcán en suprema erupción, que apenas va calmándose en los últimos meses. Comenzó el año al frente de su adorada selección argentina, montado en un caballo blanco que lo guiaba, era su decir, a obtener la copa mundial de Suráfrica 2010.
Nunca carburó el equipo, pese a contar con Lionel Messi, proclamado como su heredero, y salió humillado en cuartos de final, 4-0 ante la maquinaria alemana.
Salió por la puerta de atrás del combinado albiceleste, no sin antes disparar a diestra y siniestra. “Agarre quien agarre la selección, que sepa que la traición está a la vuelta de la esquina”, dijo.
Hace poco profetizó que volvería, tarde o temprano, a tomar las riendas argentinas. Que tendría su revancha. Que, como en el 86, volvería a llevar a la selección a la gloria. Pero no, por ahora se dedica a dictar clínicas de fútbol, a visitar presidentes como a su amigo, el venezolano Hugo Chávez, y a refugiarse en los brazos de su joven y atractiva novia, Verónica Ojeda.
Esta semana acompañó a la presidenta argentina, Cristina Fernández, en el sepelio de su esposo y líder de la nación, Néstor Kirchner.
Su cumpleaños no pudo caer en un momento más triste. Ya el lunes, su yerno y portavoz, Fernando Molina, había dicho a este diario desde Buenos Aires que festejaría íntimamente, con sus familiares y amigos más cercanos. Con el luto implantado por la muerte de Kirchner, se hará aún más sencilla la celebración, si sigue en pie.
Pero en la memoria y en la retina de sus seguidores sí habrá fiesta.
El video de la evolución del rostro de Maradona pertenece a http://www.canchallena.com/
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